Startups
Estos son los valores empresariales que toda startup debería tener
La existencia de unos valores definidos facilita la identificación de los potenciales clientes con cualquier negocio. Esto es fundamental para crear una comunidad leal en torno a una marca
Los consumidores están cambiando sus hábitos en los últimos años. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, la identificación del cliente con las marcas juega un papel cada vez más importante. Consciente o inconscientemente, la tendencia es la de comprar en empresas cuyos valores se alinean con los nuestros. Por eso, los valores se han convertido en un elemento fundamental.
Para desarrollar una base de clientes sólida, obtener ventas y asegurar un lugar en el mercado, una empresa debe definir sus valores fundamentales desde el principio. Y, con ellos, debe ser capaz de atraer a su público objetivo.
Los valores de la empresa son los principios rectores en los que se basa un negocio y la guía principal para su comportamiento. De este modo, una startup, o cualquier otra empresa, utilizará estas creencias fundamentales para dirigir sus asuntos internos y gestionar sus relaciones con sus clientes, pero también con otras partes implicadas, como los empleados y colaboradores, así como otros stakeholders.
La importancia de los valores radica, sobre todo, en les dicen a empleados y clientes lo que es importante para su empresa. Cuando surjan situaciones difíciles y poco claras, los valores serán la inspiración para tomar decisiones o realizar acciones. Los productos, las personas y las campañas de marketing van y vienen, pero los valores de una empresa se encuentran en su su adn y forman parte de su alma.
Una apuesta por la integridad
Integridad y ética son dos conceptos que juegan al alza. Dicho de un modo sencillo, poner estos valores como guía para nuestra startup, no significa otra cosa que tratar de hacer siempre lo correcto, esto es, de manera honesta, justa y responsable.
Construir todo nuestro negocio sobre la base de la honestidad y la integridad es una apuesta clara dirigida, en gran medida, a construir una relación sólida y de confianza con empleados, clientes y otras partes interesadas .
Una conducta sincera y transparente por parte de todos puede crear una reputación sólida y creíble de la empresa en el mercado, lo que beneficia a los intereses de todos.
Respeto, como base de toda relación
El respeto es un valor fundamental para cualquier tipo de relación. De hecho, si no existe respeto, solo encontraremos relaciones tóxicas, lo que, a su vez, generará una imagen muy poco atractiva.
Este respeto debe ser multidireccional, de forma que repercuta en los empleados, en los clientes, en el entorno de la compañía y en directivos y accionistas.
Pero, además de la imagen que se percibe desde el exterior, el respeto es la base de una organización en la que el compromiso es la columna vertebral. Algo que es fundamental, por ejemplo, y sobre todo, con los miembros del equipo.
Los empleados comprometidos son el eje central de toda la corporación. Sin este compromiso, no es posible un trabajo conjunto de todos para lograr crecimiento y rentabilidad. De hecho, una empresa que muestra el respeto por sus trabajadores y colaboradores, es una empresa con una baja rotación. Algo que, por su puesto, refuerza la estructura y es valorado, tanto fuera como dentro.
Por respeto hacia todo ellos, debemos entender cuestiones como garantizar los derechos humanos individuales y su privacidad, eliminando todo tipo y forma de discriminación, ya sea por motivos de religión, creencias, raza, etnia, nacionalidad, género o discapacidad física. Además, garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable para todos los empleados es una parte importante de respetarlos.
En un entorno que reúna todas estas características, una startup será capaz de incrementar el grado de confianza de los empleados. Y, sin duda, eso tendrá un reflejo muy positivo.
La innovación es una apuesta ganadora
La innovación es cada vez más importante. Las empresas que se centran en estar por delante de sus competidores e introducir nuevas ideas en el mercado se convierten en referentes. Esto es fundamental si una empresa quiere marcar tendencias e introducir nuevos productos que los consumidores aprecien.
Hacer partícipes a todas las partes implicadas de estos procesos de innovación es importante. En parte, porque es una forma de mostrar ese respeto al trabajo que realizan todos, del que hemos hablado antes. Por otra, porque hacerles partícipes significa apostar por crear una organización dinámica, abierta y que, por tanto, tendrá más facilidad para no quedar atascada en productos, servicios o prácticas anticuadas.
Otra posibilidad que se abre con la asunción de este valor es el de facilitar la interacción con otros, por ejemplo, los clientes leales. Escucharles para conocer mejor sus necesidades, sus intereses, sus inquietudes…, es una herramienta fundamental para conocerlos mejor, que se sientan vinculados con la marca y que se les pueda ofrecer aquello que realmente necesitan.
Todo esto, sin duda, se traducirá en productos de éxito para la empresa.
Excelencia en el servicio
Al fin y al cabo, la experiencia del cliente y, por tanto, su satisfacción es lo que determinará si nuestro proyecto sobrevive o no. Brindar un excelente servicio al cliente significa hacer un esfuerzo para asegurarse de que el cliente ve satisfechas sus aspiraciones, necesidades y expectativas puestas en nosotros. También implica ofrecer un servicio a un cliente de manera oportuna y agradable.
Para que este valor se materialice, contar con un buen equipo con excelentes habilidades de comunicación y resolución de problemas es la mejor opción.