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Misión, visión y estrategia: ¿qué son y cómo te van a ayudar con tu startup?
Todo startup debería ponerlos por escrito. El objetivo es hacer que todo el mundo en la compañía tenga claro el camino a seguir, dónde se quiere llegar y cómo recorrerlo
Misión, visión y estrategia para startups. Primero, hay que entender los conceptos. Es una realidad que desde hace algunos años, y cada vez más, las empresas tienen claro que deben esforzarse en ofrecer lo mejor de sí mismas. En ese trayecto que nos ha traído hasta aquí, se han ido incorporando al lenguaje empresarial términos y conceptos que han ganado importancia. Algunos de ellos son productivos, otros, en cambio simplemente están de moda o son confusos. Esta confusión se multiplica cuando se utilizan varias palabras para transmitir temas relacionados pero separados. Un ejemplo claro, en el que tanto empleados como gerentes a menudo son víctimas de equívocos, lo encontramos con cuatro palabras: visión, misión, valores y estrategia. Mientras se realizan esfuerzos por lograr la coherencia con cada una de ellas, es fácil que existan equívocos o ideas erróneas.
Visión empresarial: lo queremos ser en el futuro
Cuando nos referimos a la visión de una empresa estamos señalando hacia dónde se dirige la empresa. De una modo sencillo: la visión nos informa de cuál es el propósito de la empresa, una meta de plazo amplio, en el que se fijan las aspiraciones sobre los logros y lo que se desea en el futuro. Por eso, la visión es lo que da sentido a los objetivos de corto plazo y mediano plazo, tanto a nivel estratégico como operativo y, por tanto, sirve como camino a seguir para directivos y empleados.
Por esta vocación de formar parte de la esencia de la empresa, la declaración de visión no debería, en principio, ser revisada con frecuencia; es la base de la empresa y se basa en las creencias fundamentales de la misma. Estas creencias son las que permanecen constantes, independientemente del clima empresarial, el nivel de ganancias o el ciclo de ventas.
Plantear algunas preguntas puede ayudar: “¿Qué queremos logar?” “¿Dónde queremos estar en el futuro?” “¿Qué podríamos hacer para alcanzar más público potencial?” “¿Para quienes lo haremos?” “¿Qué productos servicios más podríamos ofrecer?” “¿Qué debemos lograr para ampliar nuestro ámbito de actuación?
Algunos ejemplos inspiradores los encontramos tanto en compañías con mucha historia como en innovadoras startups:
Google: “Proporcionar acceso a la información del mundo en un solo clic”:
Ikea: “Mejorar la vida diaria de muchas personas”.
Netflix: “Convertirse en el mejor servicio de distribución de entretenimiento global”:
invision: “Ofrecer la mejor experiencia de productos digitales por medio de nuestra plataforma”.
Misión: lo que vamos a hacer
Al igual que la visión, la misión también informa a todos los interesados sobre cuáles son los propósitos de la organización. En cierta forma, responde a la pregunta “¿Para qué existe la organización?” “¿Cuáles son los objetivos que queremos alcanzar?” Por tanto, se trata de definir de un modo claro y preciso los objetivos de la empresa y qué pasos se darán para lograr lo definido en la visión.
Por tanto, la declaración de misión es el modo en el que se expresa la visión en términos prácticos. Debe ser concreta e incluir un lenguaje orientado no solo a objetivos, sino también a objetivos mensurables. Esto debe facilitar que cada parte de la organización pueda evaluar si sus propias actividades servirán para ayudar a la empresa a lograr su misión.
Al tratarse de un documento que combina la visión de futuro con los objetivos actuales, es susceptible de modificarse en mayor medida. Sin embargo, nunca debe perder de vista la necesaria lealtad a la visión y los valores de la empresa.
Siguiendo con los ejemplos anteriores:
Google: “Organizar la información del mundo y lograr que sea útil y accesible para todo el mundo”.
Netflix: “Prometemos a nuestros clientes un servicio estelar, a nuestros proveedores un socio valioso, a nuestros inversores las perspectivas de un crecimiento rentable sostenido y a nuestros empleados el atractivo de un gran impacto”.
Ikea: “Ofrecer una amplia gama de productos de muebles para el hogar, bien diseñados y funcionales a precios tan bajos que la mayor cantidad posible de personas podrá pagarlos”.
invision: “Cuestionar la hipótesis. Pensar en profundidad. La repetición como un estilo de vida. Detalles y más detalles. El diseño en todas partes. Integridad”.
Valores: la guía de nuestro comportamiento
Por último, los valores hacen referencia a los principios éticos en los que se basan los compromisos y las pautas de comportamiento de la empresa con respecto a los denominados stakeholders. Ejemplos que pueden servir como parte de esta guía, tenemos: transparencia, sostenibilidad, calidad, innovación, compromiso social, etcétera.
La empresa que logre clarificar a los miembros de su equipo por qué existe (misión), cómo debería ser en el futuro (visión) y cuáles son sus valores, puede lograr que entiendan mejor la estrategia y guíen su comportamiento y el desarrollo de sus actividades hacia ella.
Estrategia: cómo lo vamos a hacer
Por último, pero no por ello menos importante, no podemos olvidar la estrategia. Definir la visión, la misión y los valores es fundamental antes de comenzar con los elementos estratégicos. Al fin y al cabo, con la estrategia, lo que pretendemos no es más que marcar el definir el camino por el cual vamos a intentar cumplir los anteriores.
En el documento donde se define la estrategia no deben faltar metas a corto y largo plazo, así como una explicación sobre cómo lograrán esas. Así, la estrategia toma como elemento central las acciones actuales y los resultados necesarios para acercarse al logro de la misión. Las estrategias de la empresa evolucionan y se actualizan con el tiempo para adaptarse a los factores actuales, como las condiciones económicas locales y las necesidades de la empresa.