Futuro Social
Estos son los nuevos modelos de negocio que han aceptado los desafíos de la COVID-19
La COVID-19 ha acelerado la innovación en modelos de negocio orientados a una mejor calidad de vida durante la última etapa de la vida.
La COVID-19 ha generado cambios profundos en el mundo sanitario y en los modelos de negocio que orbitan a su alrededor. La OMS ya predijo en mayo de 2020 que la pandemia afectaría a la estadística de longevidad y esperanza de vida, datos que el CSIC y el INE corroboraron poco después.
Pero esta emergencia sanitaria también ha destinado más recursos a I+D+i. Y eso se ve en nuevas iniciativas empresariales, que no solo están enfocadas a ayudarnos a envejecer más tarde, sino a envejecer mejor y disfrutar con plenitud de esa última etapa. Una que, gracias a los avances médicos y a la calidad de vida que tenemos, cada vez es más larga.
La COVID-19 resta longevidad, pero impulsa la investigación.
Según el Sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo), la pandemia reduce la esperanza de vida en unos 0,5 a 0,7 años (−0,8%) y la esperanza de vida a partir de los 65 años en unos 0,4 a 0,5 años (−2,6%). Curiosamente, este y otros datos complicados han hecho que la inversión en investigación médica crezca con rapidez.
Y de estos fondos surgen iniciativas y proyectos que no solo esperan paliar esta bajada ‘drástica’, sino que también tratan de proponer nuevos modelos de negocio que aumenten (aún más) una longevidad creciente.
‘Entrenar’ la longevidad para poder disfrutarla.
El número de años que se vive con una buena calidad no crece tan rápido como el número de años que se vive, a secas. Hasta los 60 o 65 años es frecuente vivir sin limitaciones graves, pero pasada esa fecha resulta excepcionalmente complicado. Parte del problema reside en muchas décadas sin hábitos saludables.
Es por ello que startups españolas como Rosita funcionan como ‘entrenador de longevidad’ para que los adultos implanten rutinas que aumenten su bienestar. A través de una aplicación para móvil se proponen una serie de ejercicios de entrenamiento básico. Lo más curioso es cómo se clasifica la funcionalidad muscular, a través de preguntas como “¿Puedes peinarte o lavarte la cabeza sin dolor?”.
Este tipo de coaches virtuales están entrando en el mercado y son aún un negocio emergente. Se espera que en el futuro se especialicen y generen entrenamientos completamente individualizados. Tras la COVID-19, este tipo de funcionalidades se van a demandar más, especialmente si se ha sufrido cierto deterioro funcional por infección o por el encierro.
Así funciona la monitorización total en hospitales.
Las plantillas de los hospitales lo pasaron bastante mal durante 2020, cuando estos centros alcanzaron el máximo de pacientes que podían tratar e incluso tuvieron picos que superaron esta capacidad. Durante la pandemia surgieron todo tipo de aplicaciones y gadgets para monitorizar a los pacientes.
Una de ellas es Atlas, una aplicación cuyo objetivo era evitar contagios de COVID-19 en hospitales, donde el rastreo manual se ha demostrado inviable. Atlas pertenece a una generación de aplicaciones llamadas ‘soluciones de trazabilidad en tiempo real’ (RTLS por Real Time Location Systems) y funciona leyendo constantemente las pulseras de los pacientes y los móviles de otros compañeros sanitarios.
En cierto sentido, funciona como Radar Covid, compartiendo información cifrada de forma que se protejan los datos. Lo interesante de este tipo de aplicaciones es que no solo son útiles en picos de trabajo hospitalario o pandemias. Detectar un brote de legionella o el inicio de una gripe es más fácil con ellas, y protegen en todo momento la identidad de usuario y profesional.
Cuidados a domicilio, un negocio en auge
El negocio de los cuidados a domicilio no es nuevo, pero sí está en plena transformación y crecimiento. Dice el CSIC en su informe ‘El envejecimiento de la población’ que tenemos una de las poblaciones más envejecidas del planeta. A medida que envejecemos, los cuidados domésticos se vuelven imprescindibles.
Es por ello que empresas como Cuideo, especializados en cuidados a domicilio, o Helpycare, que funciona como una agencia de colocación franquiciada, tienen un margen de crecimiento considerable. Este modelo de negocio tiene una doble vertiente: conectar cuidadores con empleados del hogar (B2C), y transmitir el know how de la empresa por estar el sector en expansión (B2B).
Nuevos modelos en residencias de mayores
Una alternativa al cuidado a domicilio, que exige trasladar personal a casa, es el cambio de domicilio a un entorno en el que los cuidados sean un componente básico. Es el sector de las residencias para la tercera edad, que según la consultora PwD en España el 41% son de titularidad privada en diferentes modalidades, y el 34% son concertadas.
Sin embargo, según indica el informe ‘Longevidad’, de la Fundación Innovación Bankinter, el 90% de los mayores prefieren envejecer en casa y no en una residencia. Al menos no una como las que predominan hoy día. Algo no siempre posible debido a la falta de autonomía de los ancianos.
Por la edad de la población de las residencias, la COVID-19 ha impactado seriamente en ellas. Si antes de la pandemia las residencias eran entornos multifunción con actividades y cuidados, ahora la innovación apunta a diseñar residencias más parecidas a comunidades de vecinos que a entornos hospitalarios. El término oficial es senior housing, y promotoras como Aedas Homes ya trabajan en este segmento. La idea es que se diseñen y construyan edificios de retiro más similares a las viviendas tradicionales.
Inteligencia artificial y voz para ayudar a personas mayores
La asistencia a personas mayores es una actividad cada vez más frecuente de los sistemas integrados de salud. Tanto las visitas a domicilios como la teleasistencia, que suele llamar cada cierto tiempo para preguntar cómo están y hablar, son herramientas básicas que ayudan a paliar la soledad.
Hace unos años la startup española Tucuvi, con la que tuvimos ocasión de hablar hace unos días, empezó a desarrollar su ‘cuidador virtual’. Haciendo uso de inteligencia artificial y tecnología de voz (tanto en reconocimiento de voz como en sintetizador), hace un seguimiento de las personas mayores con llamadas automatizadas.
Durante la pandemia, y especialmente durante el encierro, parte del sistema nacional de salud colapsó al enfocarse a la emergencia sanitaria. Eso dejó a muchos ancianos sin apoyo emocional cuando los call centers centraron el foco en informar sobre la COVID-19.
Tucuvi, con la CEO María González a la cabeza, recuerda cada día a los mayores que han de tomar su medicación, les pregunta sobre su estado de ánimo o deriva a un profesional. Está pendiente de los mayores. Es una herramienta que no exige la instalación de ningún dispositivo nuevo y que aporta tranquilidad.
Con la pandemia, tanto startups existentes como de nuevo cuño dentro del sector de la salud han sabido adaptar sus modelos de negocio a las necesidades de la población. Todo un logro si se tiene en cuenta la velocidad a la que se han dado los cambios en los últimos meses, y una garantía de futuro si pensamos en cómo crecerá la esperanza de vida en los próximos años.