Movilidad urbana: un reto para la ciudad del futuro

Hoy por hoy, el 55% de la población mundial vive en ciudades, una cifra que se prevé no dejará de aumentar en los próximos años, y es que se estima que siete de cada diez personas vivirán en ciudades a mitad de siglo. Al ya complicado reto que se plantea en cuanto a capacidad y gestión urbanística, se suman el de la movilidad de todas estas personas y el de llevar a cabo una transformación sostenible de las urbes. Persiguiendo una movilidad inteligente.

Para tener una idea más clara de qué podemos esperar de la movilidad del futuro hemos hablado con Raúl Rojas, profesor en el Departamento de Matemáticas e Informática de la Universidad Libre de Berlín e investigador en Inteligencia Artificial y redes neuronales. Además, ha participado en proyectos de circulación autónoma en diferentes países y es miembro del Forum de Fundación Innovación Bankinter.

En este tercer capítulo de Innoverse, nuestro podcast de innovación, queremos dar respuesta a algunas de las dudas más comunes que surgen alrededor de la movilidad del futuro, desde los tipos de vehículos que existirán hasta nuevos modelos de urbanismo o los retos de sostenibilidad de la movilidad.

Movilidad eléctrica y movilidad compartida: conceptos del hoy para el mañana

En los últimos años, nuevos vehículos han comenzado a formar parte de nuestro día a día a través de servicios que buscan complementar al transporte público mediante alternativas de movilidad compartida. Es el caso del carsharing, las motos o los patinetes eléctricos que hoy ya utilizamos en mayor o menor medida como soluciones de movilidad. Este sistema híbrido del transporte nos ayuda a desarrollar ciudades más eficientes y sostenibles, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos.

Para Rojas la movilidad compartida es una alternativa hacia el futuro que las ciudades están impulsando a través del apoyo a soluciones cada vez más completas. Asimismo, se está comenzando a legislar de forma que cada vez sea más complicado utilizar el coche particular en el centro de las grandes ciudades, al tiempo que se ponen trabas incluso físicas para ello, como la reducción de carriles y el fomento de zonas peatonales.

Respecto a la movilidad eléctrica, Rojas afirma que “el futuro le pertenece a los automóviles eléctricos”, y así lo confirman las decisiones empresariales de grandes fabricantes alrededor del mundo, que centrarán su producción en estos tipos de vehículo. Sin embargo, aún queda margen de mejora, especialmente en cuanto a infraestructuras de carga y capacidad de las baterías. Pese a ello, Rojas se muestra optimista de cara al futuro y afirma que se han producido grandes avances y se seguirá mejorando a buen ritmo los próximos años, como en el caso de las baterías, cuya capacidad viene aumentando en torno a un 17% cada año.

La movilidad eléctrica no es la única solución que se destaca en el podcast. El hidrógeno verde es otra opción de movilidad eléctrica y sostenible que debe tenerse en cuenta debido a la capacidad para contener mucha energía por peso de un solo kilo de hidrógeno. Este combustible supone, además, una oportunidad para aprovechar mejor el excedente de energía de plantas eólicas, pues puede producirse en estas.

El vehículo autónomo: un lejano cambio de paradigma

Raúl Rojas ha tenido la oportunidad de trabajar en proyectos de conducción autónoma de vehículos en Estados Unidos, Alemania y México. Gracias a esta experiencia ha podido compartir con nosotros una visión privilegiada sobre el estado actual de esta tecnología y qué podemos esperar de ella en el futuro.

En línea con la tendencia de fomentar la movilidad compartida que ya comienza a establecerse en ciudades de todo el mundo, el vehículo autónomo tiene más futuro dentro de esta modalidad del transporte que para un uso particular. En este sentido, lo que podemos esperar de las ciudades inteligentes es que, gracias a su hiperconectividad, dispongamos de una red de transporte que integre diferentes soluciones de movilidad que se complementen entre ellas.

Los vehículos autónomos funcionarán como taxis en movimiento permanente, según la visión de Rojas. Así, cuando una persona requiera desplazarse a otro punto de una ciudad, podrá utilizar el servicio del vehículo autónomo para llegar hasta una parada de metro que le enlace con su destino o directamente hasta este, de forma conectada y coordinada, siendo utilizando el mismo desplazamiento para transportar a otras personas que vayan a realizar el mismo trayecto o parte de este.

Sin embargo, para que esto sea posible Rojas advierte de que será necesario convencer a los usuarios tanto ofreciendo una alternativa de movilidad eficaz como haciéndolo barato y accesible. En los cálculos que el investigador maneja, se estima que frente a los 1,3 millones de vehículos que se desplazan hoy en una ciudad como Berlín, se podría mover a toda la población con apenas 100.000 vehículos. Esta reducción de la densidad del tráfico traería consigo además una reducción en el tiempo de los desplazamientos.

Pero Rojas ve esta situación aún lejana: “cuando empezamos con nuestra investigación, que fue en 2007 (…), yo siempre decía que faltaban 30 o 40 años para que esto fuera una realidad. Ya pasaron 15 años, así que puedo decir que vamos a la mitad del camino”.

Y es que la movilidad autónoma tiene varios retos aún hoy que deben superarse antes de convertirse en una solución real y eficaz. De lo que se habla en la actualidad cuando se anuncian avances en vehículos autónomos es realmente de prototipos muy caros que funcionan en lugares muy concretos y cuyo logro, por lo general, es que puedan mantenerse en su carril en carretera abierta. De esto a una conducción autónoma “inteligente” y completa aún queda margen de mejora mientras se desarrollan tecnologías como la inteligencia artificial.

Aun así, estos avances que vamos alcanzando poco a poco gracias a la investigación en conducción autónoma se aplican, incluso mediante regulaciones, a la conducción actual. Elementos como el control de permanencia en el carril, el reconocimiento de señales de tráfico o la frenada de emergencia en situaciones de poca velocidad para evitar accidentes son tecnologías de las que nuestros coches ya disponen.

Urbanismo en las ciudades inteligentes: fundamental para la movilidad

Si algo nos queda claro de la charla con Raúl Rojas, es que no se puede entender una movilidad sostenible y eficiente en el futuro sin una adaptación del urbanismo y de cómo construimos nuestras ciudades. Tan importante será el cómo nos moveremos como el por dónde nos moveremos y qué haremos con los vehículos que se utilicen.

En cuanto al vehículo eléctrico, por ejemplo, se está trabajando en ideas de planificación urbana que cuenten con edificios específicos para vehículos cada tres o cuatro calles en los que se puedan cargar y aparcar, dejando libres las calles para las personas, sin coches. Desarrollar iniciativas como esta es imprescindible, pues en la actualidad no existen suficientes puntos de carga para ese futuro que se anuncia a partir de 2030.

El enfoque en movilidad compartida también es un reto para el urbanismo, sobre todo en zonas de suburbios, peor conectadas y con menos servicios de transporte compartido en la actualidad. Se deben ofrecer alternativas reales a las personas para que consideren el uso de redes de transporte público y compartido integradas antes que el vehículo particular. No se le puede pedir a las personas que dejen de utilizar sus coches si la alternativa es un trayecto más largo en vagones de metro saturados.

Por otra parte, una reorganización del urbanismo basada en la movilidad del futuro puede tener otras consecuencias: “si no tenemos vehículos aparcados en las calles, los peatones van a tener la tendencia a cruzar la calle en cualquier lugar donde se les ocurra. Una forma de evitar eso es utilizar el espacio urbano para poner plantas, como una barrera de setos que impida que la gente cruce las calles. Es solo un ejemplo de cómo de cómo la tecnología tiene que ir asociada con un proceso de rediseño urbano”.

Rojas destaca también el término medio entre la aportación de más y mejores soluciones de movilidad y la reducción de la demanda de transporte de las personas. En el segundo caso, el teletrabajo o el trabajo híbrido pueden tener un peso muy importante y hoy ya no parece tan impensable como hace unos años. Se debe tener en cuenta, no obstante, el aumento del comercio online y el reparto de última milla.

Ciudades y movilidad inteligente: más allá de la utopía

El futuro que nos plantea Raúl Rojas sobre la movilidad urbana es el de un transporte conectado, eficiente y barato, una visión esperanzadora y optimista a la que Rojas pone algún pero: no se conseguirá una transformación real de la movilidad si no se integran todas las soluciones dentro del transporte colectivo, de forma accesible para todas las personas y con costes asumibles para la mayoría.

Además, aún queda trabajo por hacer para mejorar la percepción que las personas tenemos sobre estas nuevas tecnologías, como en el caso de la conducción autónoma, algo que sigue generando desconfianza. Nos queda, en definitiva, un trabajo de convicción social a través de la innovación y el aporte de soluciones reales que sigan poniendo en el centro a las personas. De este modo la transición hacia la movilidad sostenible se verá como un avance y no como una imposición. Más que una utopía, la movilidad sostenible es y será un hecho, un elemento imprescindible a tener en cuenta en las ciudades del ahora y del futuro.