Turismo espacial

Resumen generado por IA

Hasta ahora, solo siete personas han pagado para visitar la Estación Espacial Internacional (EEI), siendo Dennis Tito en 2001 el primero y Guy Laliberté en 2009 el más reciente. Estos viajes se detuvieron tras el retiro de los transbordadores espaciales de la NASA en 2011, dejando a las cápsulas Soyuz como única opción, que están reservadas para astronautas oficiales. Sin embargo, 2019 marcó un posible cambio con el lanzamiento de vuelos tripulados comerciales a precios mucho más accesibles mediante el cohete New Shepard de Blue Origin y el avión cohete SpaceShipTwo de Virgin Galactic. Estos vuelos ofrecen breves experiencias de ingravidez, aunque el turismo espacial orbital aún debe esperar.

El futuro del turismo espacial en órbita podría estar en estaciones espaciales privadas, como las que planean construir Bigelow Aerospace y Axiom Space, que funcionarían como hoteles espaciales. Para acceder a ellos, se están desarrollando naves tripuladas como CST-100 Starliner de Boeing y Crew Dragon de SpaceX, ambas con contrato con la NASA pero con potencial comercial. Sin embargo, el mercado sigue siendo pequeño debido a los elevados costos y la complejidad tecnológica. A pesar de ello, acuerdos como el firmado en 2019 entre Roscosmos y Space Adventure apuntan a nuevos turistas espaciales en breve, aunque su concreción está por verse.

Michael Lopez Alegría, astronauta y consultor, destaca la necesidad de estaciones espaciales comerciales como motor clave para la expansión y sostenibilidad del turismo espacial. Estas estaciones no solo ofrecerían nuevas oportunidades para viajeros privados sino que también podrían fomentar el desarrollo económico y tecnológico en el espacio, allanando el camino para una presencia humana más continua y diversificada en órbita.

En los próximos años asistiremos a los primeros viajes espaciales turísticos.

La eterna promesa. Hasta el momento sólo siete personas han podido visitar el espacio, el turismo espacial, en concreto a la Estación Espacial Internacional, pagando su billete. El primero fue Dennis Tito, quien entre abril y mayo de 2001 pasó siete días a bordo. El último  hasta el momento ha sido Guy Laliberté, quien pasó allí varios días en septiembre de 2009. Estos viajes a la Estación Espacial Internacional quedaron en suspenso después de que la NASA retirara del servicio los transbordadores espaciales en 2011, pues eso dejo las cápsulas tripuladas Soyuz como la única opción para alcanzar la Estación y  desde entonces todas las plazas están ocupadas por astronautas de las agencias participantes en la Estación.


Pero 2019 puede ser el año en el que por fin el turismo espacial baje de precios de muchos millones de euros a «tan sólo» unos cientos de miles con los primeros vuelos tripulados del cohete New Shepard de Blue Origin –empresa de la que es dueño Jezz Bezos, el propietario de Amazon– y del avión cohete SpaceShipTwo de Virgin Galactic, propiedad del Richard Branson. Las dos ofrecerán breves viajes al espacio en los que los participantes experimentarán unos minutos de ingravidez antes de volver a tierra. No hay que olvidar, de todos modos, que en octubre de 2004 el SpaceShipOne alcanzaba dos veces el espacio, lo que parecía augurar que ese tipo de vuelos estaban a la vuelta de la esquina… y que 15 años después aún seguimos esperando, con un accidente mortal por medio.
 

Y aún tendremos que esperar un poco más para volver a ver turistas espaciales en órbita, ya sea en la EEI o en las estaciones espaciales privadas –podríamos pensar en ellos como hoteles espaciales– que quieren construir empresas como Bigelow Aerospace y Axiom Space. No sólo hay que construir esos hoteles espaciales –Bigelow lleva ventaja con la experiencia que ha adquirido con el Bigelow Expandable Activity Module, un módulo que lleva en la EEI desde 2016– sino porque también necesitarán naves espaciales con las que llegar a ellos.

En este sentido tanto Boeing como SpaceX están a pocos meses –si no se tuercen las cosas– de poner en servicio la CST-100 Starliner y la Crew Dragon, sus naves tripuladas con capacidad de poner astronautas en órbita. Las dos empresas tienen contratos con la NASA para llevar tripulantes a la EEI, pero nada les impide comercializar vuelos con ellas.

Con todo, y dados los precios, es un mercado relativamente pequeño; las estimaciones hablan de unos 1.300 millones de dólares dentro de cinco años. Y eso suponiendo que no se tuerzan las cosas y de verdad puedan empezar a volar turistas al espacio.
Es difícil, además, que se produzcan grandes avances en los próximos años porque desarrollar naves espaciales tripuladas es caro y complicado, por lo que por mucho tiempo será un segmento de mercado intrigante pero pequeño. Sin embargo la agencia espacial rusa, Roscosmos, y la empresa estadounidense Space Adventure firmaban un acuerdo a principios de 2019 para llevar a dos nuevos turistas espaciales a finales de 2021, aunque habrá que ver si se sustancia.

Los factores que impulsan una estación espacial comercial.

Conferencia de Michael Lopez Alegría, ex piloto de pruebas de la Armada de EEUU y astronauta de la NASA, consultor y speaker, en la XXXI reunión del Future Trends Forum sobre la Comercialización del Espacio.

Michael explica los motivos por lo que se hace necesario desarrollar una estación espacial comercial.