Ciencia
Terapias genéticas orientadas: cómo afinar la última milla de la medicina

Las terapias genéticas orientadas, ya sea mediante virus modificados o con nanopartículas lípidas, suponen un vector de esperanza para corregir genes defectuosos
Las terapias genéticas o génicas se han mostrado muy eficaces a la hora de corregir defectos genéticos que ocasionan algunas patologías. La medicina personalizada abre la puerta a nuevos tratamientos. Sin embargo, presentan aún retos de importancia que requieren de un esfuerzo en innovación.
Las terapias génicas orientadas, encumbradas por Nature como uno de los hitos de 2022, suponen un avance significativo en la mejora de estas terapias. Tanto por su eficiencia como por la mejora del trato hacia el paciente, así como por su coste, las terapias genéticas orientadas son el futuro de la medicina.
¿En qué consiste una terapia génica?
Según el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, las terapias génicas son aquellas que “tratan enfermedades mediante la alteración del material genético del paciente”. Según otra definición, se trata de la “transferencia de genes a células humanas específicas con el objetivo de producir un efecto terapéutico con el que se pueda corregir un defecto genético”.
Esta “transferencia de material genético a las células de un individuo”, en palabras de otros investigadores, resulta compleja. El cuerpo humano está compuesto por 30 billones de células, cada una de las cuales incluye copias del material genético. Cuando un grupo específico de células y tejidos hacen uso de un gen defectuoso para expresar un comportamiento, la terapia génica requiere “sustituir el gen alterado por la versión normal” en todas las células.
La mayoría de estos procesos están todavía en fase de experimentación, aunque con muy buenos resultados, y persiguen corregir la expresión de un gen defectuoso causante de una patología. Al reprogramar este gen defectuoso mediante algún tratamiento genético, el gen que causa la enfermedad se modifica a valores nominales.
Terapias in y ex vivo: cuáles son sus diferencias
Existen dos grandes tipos de terapias genéticas, que se dividen según el lugar en el que se corrijan los genes defectuosos:
Terapia ex vivo: por el exterior del cuerpo
Esta técnica toma muestras de tejidos mediante biopsia que, una vez alterados en un laboratorio, se trasplantan de nuevo al paciente con el objetivo de que su cuerpo entienda que la nueva expresión del gen es la correcta. Suele ser más precisa pero también más costosa y desagradable para el paciente.
Terapia in vivo: por el interior del cuerpo
Para esta terapia genética se usan vectores que entregan el gen correcto a las células, a menudo mediante virus modificados llamados ‘vectores virales’. Estos virus son herramientas con cada vez más precisión. Han sido alterados para que su programación biológica de ‘atacar’ se use para entregar el gen adecuado.
Terapias genéticas orientadas a tejidos específicos

Las terapias genéticas orientadas a tejidos específicos (targeted genetic therapies) suponen, según Nature, una de las siete tecnologías a tener en cuenta a lo largo de 2022. Como destacan en esta publicación, “la mayoría de las terapias [actuales] requieren la administración local o la manipulación ex vivo de las células que se extraen y luego se trasplantan al paciente”.
La clave de las terapias genéticas orientadas a tejidos específicos es la entrega del material genético a una localización específica, pero sin necesidad de biopsia y mediante inyecciones no necesariamente locales. A menudo la ‘zona específica’ a donde ha de ir el virus alterado es algo tan abierto como ‘los huesos’ o ‘la sangre’ y una vez allí el virus ha de modificar solo algunos tipos de células.
Un retrovirus ‘clásico’, diseñado para modificar algunas células del hígado, incluso inyectado cerca de este órgano, podría alterar algunas otras células en otro órgano o no llegar a localizar el conjunto de células afectadas con el gen defectuoso. Para ello, las terapias genéticas orientadas a tejidos específicos introducen herramientas ‘de dirección’ que ayudan al gen a moverse.
Terapias genéticas para moverse por el cuerpo
Todos los virus, bacterias, células, enzimas, moléculas o partículas tienen una serie de direcciones preferentes una vez están dentro del cuerpo humano. A través de distintos marcadores e interacciones químicas son capaces de orientarse y llegar a donde necesitan estar. Este mapa químico es extremadamente complejo, pero hace uso de algunos atajos.
En el caso de las terapias génicas orientadas que usan virus adeno-asociados (VAA), este actúa como vector de entrega porque ha sido programado para interactuar solo con determinados tipos de tejidos. Sin embargo, los virus VAA no son la única forma de realizar estas terapias.
Recientemente, se ha descubierto que algunas nanopartículas lípidas son una interesante a los virus, y que es posible construir estas nanopartículas para “sesgar la biodistribución”. Es decir, que el cuerpo las transporte allí donde tienen que estar, y que solo sean abiertas por las células dañadas.
Tecnologías como la inteligencia artificial y el big data están impulsando avances significativos en estas líneas de investigación. Abriendo nuevas puertas a terapias hasta hace poco imposibles.