Agua
Estrategias para resolver la crisis hídrica global, por David Sedlak

David Sedlak, Catedrático de Berkeley, analiza cómo la innovación y una gestión eficiente pueden asegurar el acceso al agua en un futuro marcado por el cambio climático y la creciente demanda mundial
En un mundo donde el cambio climático, el crecimiento demográfico y la urbanización están ejerciendo una presión sin precedentes sobre los recursos naturales, el agua se ha convertido en uno de los temas más cruciales de nuestro tiempo. En respuesta a esta realidad, la Fundación Innovación Bankinter ha organizado el think tank Future Trends Forum The quest for clean waters, reuniendo a los principales expertos y líderes de pensamiento en el ámbito de la gestión del agua.
Este foro forma parte del continuo esfuerzo de la Fundación para divulgar conocimiento de vanguardia, fomentar la innovación y anticipar las tendencias que moldearán nuestro mundo en los próximos años.
A lo largo de esta serie de artículos que hoy arrancamos, analizaremos las principales conclusiones y debates surgidos en este foro, donde expertos de todo el mundo se reunieron para abordar las cuestiones más apremiantes relacionadas con la gestión del agua. Desde nuevas tecnologías para la depuración y la desalinización hasta modelos de gestión sostenible y políticas globales, esta edición del FTF ofrece una visión integral de los desafíos y oportunidades a las que se enfrenta la humanidad en relación con este recurso vital. Con ello, la Fundación Innovación Bankinter reafirma su compromiso de liderar la conversación sobre las tendencias que definirán el futuro, ofreciendo un espacio para la reflexión y la acción en torno a uno de los recursos más preciados de la humanidad: el agua.
Uno de los expertos participantes ha sido David Sedlak[AGC1] , Catedrático de Ingeniería Medioambiental en la Universidad de Berkeley, quien ofreció una ponencia donde expone el estado crítico de los recursos hídricos a nivel mundial y plantea tres estrategias fundamentales para afrontar el desafío del agua en el futuro: el uso eficiente del agua, la reconceptualización de la infraestructura existente y la utilización de fuentes no convencionales de agua, como la desalinización y el reciclaje. Sedlak recalca que, para lograr un futuro resiliente en cuanto a los recursos hídricos, se requieren inversiones en tecnologías innovadoras y políticas proactivas. Su presentación aborda la necesidad urgente de cambios en la gestión del agua, especialmente frente al crecimiento demográfico, el cambio climático y la intensificación de la demanda global.
Si quieres ver la ponencia de David Sedlak, puedes hacerlo en este vídeo:
La crisis mundial del agua: una cuestión de vida o muerte
El agua, elemento fundamental para la vida en todas sus formas, está al borde de una crisis global sin precedentes. La escasez de agua se ha convertido en una realidad inminente y el cambio climático está empeorando esta situación. Hoy, más que nunca, cada gota cuenta. La creciente demanda mundial pone en riesgo la supervivencia de ecosistemas enteros y la estabilidad de las sociedades. En este contexto, la innovación no es una opción; es una necesidad urgente.
Sedlak plantea un futuro que, si no se toman medidas drásticas, podría ser alarmante. Para 2070, cuando una niña nacida hace poco tenga 50 años, el mundo será un lugar radicalmente diferente: la población habrá aumentado un 20%, alcanzando los 10 mil millones de personas, y el estándar de vida en países que hoy son de bajos ingresos se habrá elevado considerablemente, lo que aumentará la demanda de carne y otros productos alimenticios.
Este escenario se traducirá en una mayor demanda de alimentos y, por tanto, en una mayor necesidad de agua, en un momento en que la crisis climática habrá hecho que muchas regiones experimenten temperaturas más altas y precipitaciones más erráticas. Para entonces, regiones como el suroeste de Estados Unidos tendrán un clima similar al del norte de México, y España se parecerá al norte de África en términos climáticos. En ese futuro, las infraestructuras hídricas actuales, como presas y embalses, recibirán solo una fracción del agua que hoy recogen. Por tanto, algo deberá cambiar para garantizar un futuro en el que el agua siga siendo un recurso accesible.
Tres enfoques para un futuro hídrico sostenible
Sedlak propone tres enfoques principales para afrontar este desafío global del agua:
- Uso eficiente del agua: con las tecnologías existentes y estrategias de gestión probadas, es posible reducir entre un 25% y un 50% el consumo de agua en hogares, campos, granjas y fábricas. Este primer paso requiere optimizar el uso del agua, minimizando el desperdicio a través de prácticas más eficientes.
- Reconceptualización de la infraestructura hídrica: las infraestructuras actuales, como presas, embalses y canales, pueden operarse de manera diferente. Sedlak sugiere la implementación de técnicas como la recarga gestionada de acuíferos, la operación de embalses informada por pronósticos meteorológicos y la restauración de humedales. Estos enfoques, junto con una mejor gestión forestal en las cuencas hidrográficas, podrían incrementar la cantidad de agua disponible para uso humano.
- Fuentes no convencionales de agua: este es el enfoque central de la presentación de Sedlak. Se trata de aprovechar fuentes de agua que hoy son consideradas no potables sin tratamiento avanzado, como el reciclaje de agua y la desalinización de agua de mar y de acuíferos subterráneos. En lugares como el Medio Oriente y el norte de África, donde los recursos hídricos son extremadamente limitados, la desalinización ya es una fuente vital de agua.
Sin embargo, Sedlak reconoce que tecnologías como la desalinización no están exentas de controversia. En California, por ejemplo, grandes plantas de desalinización han sido rechazadas debido a preocupaciones medioambientales y la falta de confianza en las empresas privadas que las gestionan. Aun así, esta tecnología tiene un gran potencial, especialmente si se logra reducir los costes y aumentar su aceptación social.
El reciclaje de agua como solución clave
El gran tema destacado en la ponencia de Sedlak es el reciclaje de agua. El concepto de tomar agua residual tratada y reutilizarla para diversos fines, incluyendo el consumo humano, es una solución ya probada. California es un ejemplo líder en el reciclaje de agua, donde la práctica de la reutilización indirecta de agua potable ha ganado aceptación social y se proyecta que, para 2040, el 40% del agua suministrada en el estado provendrá del reciclaje.
Ciudades como Singapur y Windhoek, en Namibia, también están implementando estrategias de reciclaje de agua a gran escala. En Europa, aunque ciudades como Berlín y Barcelona reutilizan agua, este tema no se discute abiertamente debido a preocupaciones sobre la aceptación pública.
Sedlak también explica la posibilidad de aplicar el reciclaje de agua a una escala local: a nivel de edificios individuales. En ciudades como Tokio y Nueva York, se están desarrollando tecnologías para reciclar agua en cada edificio, lo que permitiría una gestión hídrica autosuficiente y reduciría la dependencia de fuentes externas.
Innovación y derechos en la economía circular del agua
El concepto de la economía circular del agua no se limita solo a la reutilización del agua. Sedlak argumenta que tecnologías emergentes, como el reciclaje de nutrientes del agua y la conversión de residuos sólidos en biogás, pueden transformar la manera en que gestionamos los recursos hídricos. A medida que estos sistemas se vuelven más accesibles y rentables, tienen el potencial de expandirse desde los países desarrollados hacia las economías en desarrollo, permitiendo una transición hacia modelos de consumo más sostenibles.
Finalmente, Sedlak destaca la importancia de que estos avances tecnológicos sigan el principio de la Ley de Wright: a medida que una tecnología se desarrolla, la experiencia adquirida y las economías de escala reducen los costes, haciendo que tecnologías como la desalinización y el reciclaje de agua sean más accesibles para todos.
Conclusión: el futuro está en nuestras manos
El mensaje final de David Sedlak es claro: lo que hagamos hoy determinará si las generaciones futuras vivirán en un mundo con suficiente agua. La innovación tecnológica, junto con políticas audaces y una gestión eficiente, será clave para evitar que la crisis hídrica se convierta en una realidad irreversible. El foro FTF The Quest for Clean Waters busca precisamente catalizar estas discusiones y promover acciones concretas que aseguren un futuro donde el agua sea accesible y sostenible para todos.
En última instancia, el desafío no es solo técnico o financiero; es una cuestión de voluntad política y social. La crisis del agua puede ser una oportunidad para reinventar nuestras sociedades y construir un futuro más resiliente y justo.