
La IA física (embodied AI) está revolucionando la forma en que las máquinas interactúan con el mundo real. Gracias a sensores, actuadores y modelos de aprendizaje avanzados, la inteligencia artificial no solo procesa información, sino que percibe, actúa y se adapta.
Este avance supone un cambio de paradigma en la relación entre humanos y máquinas. Esto abre nuevas posibilidades en sectores como la sanidad, la movilidad y la automatización industrial, donde la capacidad de adaptación y aprendizaje en tiempo real es clave.