Resumen generado por IA
La relación de la sociedad con la vivienda refleja sus valores históricos y está evolucionando gracias a innovadoras formas de construcción, como la impresión 3D y el diseño colaborativo urbano. La impresión 3D de viviendas, ya en uso en lugares como Estados Unidos, España y China, permite construir casas más rápido, barato y con menor impacto ambiental. Empresas como la valenciana BeMore ofrecen casas personalizadas impresas en 24 horas, mientras que en China se han logrado edificios de hasta cinco plantas. Esta técnica utiliza materiales reciclados y novedosos como el hormigón translúcido y auto reparable, optimizando también el consumo energético, lo que representa una tendencia a medio y largo plazo hacia construcciones sostenibles.
Por otro lado, el diseño colaborativo en ciudades involucra a gobiernos, empresas, universidades y ciudadanos para planificar espacios urbanos más adaptados a las necesidades reales. Ejemplos destacados son los Smart Social City Knowledge Centers y proyectos open-source como WikiHouse, que facilita la construcción de casas sostenibles mediante piezas estandarizadas y diseños compartidos. También destaca bee smart city, una red global con miles de miembros que implementa soluciones inteligentes en más de mil ciudades. Estas iniciativas promueven una mayor participación y democratización en la creación de entornos habitables, reflejando el avance tecnológico y social hacia modelos urbanos más eficientes y sostenibles.
Existen nuevos modos de construcción: la impresión 3D de viviendas o el diseño colaborativo de las ciudades.
“La manera en que nos relacionamos con la vivienda refleja los valores de las sociedades en cada momento de la historia”, nos cuenta Anita Roth, responsable de investigación de políticas en Airbnb, sobre la nuevas formas de construcción.
Conoce algunos de estos nuevos modos de construcción: la impresión 3D de viviendas o el diseño colaborativo de las ciudades.
Impresión 3D
“El espacio importa, por eso hay que usarlo de forma más eficiente. Pronto estaremos hablando de casas construidas con impresión 3D en Estados Unidos”, continúa Anita Roth.
La impresión 3D de viviendas ya es una realidad. La startup valenciana BeMore, por ejemplo, las comercializa por unos 50.000 euros: la firma imprime el diseño personalizado por el cliente en el terreno que este le proporcione en unas 24 horas.
China está muy avanzada en en este terreno: hace cuatro años se presentó una impresora 3D capaz de levantar diez casas de 200 metros cuadrados en un solo día. La empresa responsable, WinSu, incluso ha superado el escollo de la altura (este tipo de viviendas prefabricadas suelen ser horizontales) imprimiendo un edificio de cinco plantas.
La impresión 3D de viviendas permite:
- Abaratar los costes.
- Utilizar materiales menos contaminantes e incluso, reciclados.
- Mucha menos contaminación en el proceso de construcción.
- Optimizar el gasto energético de la vivienda.
- Utilizar nuevos materiales como hormigón translúcido y hormigón auto reparable.
“El uso de materiales reciclados en el diseño y la construcción es una de las grandes tendencias de futuro que vemos a medio y largo plazo”, asegura Chris Johnson, director ejecutivo para Oriente Próximo del despacho de arquitectura, urbanismo y diseño Gensler.
Diseño colaborativo
La eclosión de nuevas tecnologías y la mayor implicación de los actores en su entorno están redundando en experiencias de diseño urbano colaborativo. La participación del sector público, el privado y los propios ciudadanos puede ayudar a desarrollar una planificación urbana mejor adaptada a las necesidades de los habitantes de las ciudades.
Las iniciativas innovadoras de Cuádruple Hélice (empresas, universidades, gobiernos y ciudadanos) alrededor del diseño urbano se multiplican: una de las iniciativas conceptualmente más avanzadas a nivel mundial es la de los Smart Social City Knowledge Centers, impulsadas por la empresa española Smart Social City.
En el siguiente vídeo se explica brevemente el concepto:
Un estudio británico ha lanzado la WikiHouse, un proyecto de construcción open-source de casas que se montan con grandes piezas estandarizadas, como una especie de Lego gigante (o de gran mueble Ikea). La intención es democratizar y simplificar la construcción de hogares sostenibles y con el menor uso de materiales posible. El verdadero atractivo radica en que los particulares pueden intercambiar y mejorar los diseños de las viviendas, tomando el que mejor se adapte a sus necesidades.
Otra iniciativa colaborativa muy potente es bee smart city, la principal red y comunidad global de ciudades inteligentes con más de 13.000 miembros de 170 países y con más de 650 soluciones de ciudades inteligentes implementadas en más de 1.000 ciudades y comunidades en todo el mundo.
Directora de Policy Research en Airbnb