Sistema alimentario
El futuro de los alimentos: los sistemas alimentarios sostenibles

El nuevo sistema alimentario debe ser sostenible, tanto desde el punto de vista económico, como social. Y por supuesto, medioambientalmente.
Roberto Ridolfi, Subdirector General de la FAO, nos dice que el futuro de la alimentación tiene que asociarse colos sistemas alimentarios sostenibles y, en concreto, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sobre todo, con el ODS nº 2 que persigue erradicar el hambre, y con el ODS nº 12 que persigue garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
La transformación de los sistemas alimentarios del mundo, deben pivotar sobre los siguientes ejes:
- Impacto económico -Prosperidad.
- Impacto social – Personas.
- Impacto medioambiental – Planeta.
¿Cómo avanzar hacia una sostenibilidad alimentaria?
- Tomando como ejemplo las costumbres tradicionales y culturales más saludables y sostenibles.
- Educando y empoderando a los consumidores.
- Aprovechando la potencia de las tecnologías digitales para acelerar y escalar ideas innovadoras con alto potencial de impacto en la alimentación y la agricultura, transformando las soluciones y los servicios digitales en bienes públicos globales.
Avanzar hacia una mayor sostenibilidad social, implica atacar y corregir las deficiencias más críticas de los sistemas alimentarios, que han aflorado con la pandemia, amenazando la vida y el sustento de las personas en todo el mundo, especialmente a los más colectivos más vulnerables.
Para avanzar hacia una mayor sostenibilidad medioambiental, debemos repensar los sistemas alimentarios para proteger la biodiversidad y hacer lo posible por ralentizar el cambio climático.
El coste de la biodiversidad
La FAO, en su informe de 2019, “The State of the World’s Biodiversity for Food and Agriculture”, proporciona una evaluación de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en todo el mundo. Esta evaluación describe las numerosas contribuciones que hace la biodiversidad a la seguridad alimentaria y la nutrición, y a la resiliencia de los sistemas de producción, y apunta los principales impulsores hacia un cambio de tendencia:
- Las políticas públicas de protección de la biodiversidad.
- Los avances en Ciencia y Tecnología.