IA soberana: cómo los gobiernos buscan independencia tecnológica en inteligencia artificial

El auge de la IA soberana está redefiniendo la geopolítica tecnológica. Descubre por qué los gobiernos quieren desarrollar su propia inteligencia artificial en lugar de depender de las Big Tech
La inteligencia artificial (IA) está dejando de ser una tecnología digital para convertirse en un elemento clave del mundo físico. Desde robots autónomos hasta sistemas de asistencia inteligente, la IA física (Embodied AI) está redefiniendo cómo interactuamos con las máquinas. En el último Future Trends Forum, la Fundación Innovación Bankinter reunió a 40 expertos internacionales para analizar el impacto de esta revolución en la industria, la movilidad y la sociedad.
En este encuentro, David Shrier, profesor de IA e Innovación en el Imperial College London y Director General de Visionary Future, aportó una perspectiva clave: más allá de la interacción humano-máquina, la IA se ha convertido en una cuestión estratégica y geopolítica. Su intervención se centra en el concepto de IA soberana, un modelo en el que los gobiernos buscan desarrollar sistemas de inteligencia artificial propios, en lugar de depender exclusivamente de las grandes tecnológicas. En un mundo donde la IA es cada vez más influyente en la economía y la seguridad nacional, ¿quién debería controlarla?
Si quieres ver la ponencia de David Shrier, aquí puedes verla:
David Shrier: “Sovereign AI Highlights” #EmbodiedAIForum
La soberanía de la IA: ¿Por qué los gobiernos están reaccionando?
La inteligencia artificial está transformando la economía global. Según David Shrier, hasta el 60% de la fuerza laboral podría verse afectada por la automatización, pero al mismo tiempo, la IA podría generar 13 billones de dólares adicionales en el PIB mundial para 2032, según un estudio realizado con Evercore ISI.
Más allá de la disrupción en el empleo, la IA también puede potenciar la productividad. Un estudio reciente de Harvard Business School y Boston Consulting Group (BCG) apunta que los trabajadores pueden mejorar significativamente su rendimiento cuando colaboran con herramientas de IA generativa. Según este análisis, los profesionales que usaron IA completaron tareas un 25% más rápido y con 40% mejor calidad que aquellos que no la utilizaron.
Este impacto no ha pasado desapercibido para los gobiernos, que ven en la IA mucho más que una herramienta tecnológica; un activo estratégico. Hasta ahora, el desarrollo de la IA ha estado en manos de un pequeño grupo de corporaciones como OpenAI, Google DeepMind o Anthropic. Sin embargo, cada vez más países están impulsando estrategias para crear su propia IA, asegurando que sus valores, idiomas y prioridades económicas queden reflejados en estos sistemas.
¿Qué es la IA soberana?
Shrier define la IA soberana como un modelo en el que los gobiernos, en colaboración con empresas y organismos multilaterales, impulsan su propio desarrollo de IA en lugar de depender de actores privados extranjeros. Pero hace una distinción clave: IA soberana no significa IA gubernamental. No se trata de que los gobiernos controlen directamente los modelos de IA, sino de que establezcan las condiciones para un desarrollo alineado con sus intereses nacionales.
Este cambio de paradigma responde a múltiples razones:
- Geopolítica y autonomía tecnológica: La guerra comercial entre EE.UU. y China ha evidenciado que la tecnología es un arma estratégica. Algunos gobiernos temen que futuras restricciones limiten su acceso a la IA de empresas estadounidenses.
- Soberanía de datos y valores culturales: OpenAI y otras empresas han entrenado sus modelos principalmente con datos en inglés y con un sesgo cultural anglosajón. Varios países han planteado la necesidad de desarrollar modelos de IA que reflejen sus propios idiomas, valores y normas sociales.
- Resiliencia ante cambios políticos: Un eventual regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. (nota del redactor: esta ponencia es de principios de diciembre de 2024) podría derivar en nuevas restricciones tecnológicas, bloqueando el acceso de otros países a modelos avanzados de IA.
- Seguridad y privacidad: La IA está siendo utilizada en sectores críticos como sanidad, finanzas y defensa. No controlar estos sistemas puede representar un riesgo de seguridad nacional.
Los retos de la IA soberana
Shrier advierte que la soberanía en IA no es una meta fácil ni barata. Desarrollar un modelo de IA avanzado puede costar hasta 1.000 millones de dólares y mantenerlo operativo requiere una infraestructura digital robusta. Además, los países deben considerar:
- Ciberseguridad: Los modelos de IA pueden ser vulnerables a ataques que manipulen sus resultados o roben datos sensibles.
- Regulación y gobernanza: Es necesario diseñar políticas que equilibren innovación, control y ética.
- Infraestructura digital: Solo unos pocos países tienen la capacidad técnica y económica para desarrollar modelos propios. Para el resto, la solución puede estar en alianzas multilaterales.
Un ejemplo es JAIS, un consorcio impulsado por varios países árabes para el desarrollo conjunto de IA. Iniciativas como esta permiten compartir costes, talento y capacidades tecnológicas.
¿Cómo deben responder los países?
El auge de la IA soberana ha puesto a los gobiernos ante un desafío complejo: desarrollar estrategias para no depender exclusivamente de las grandes tecnológicas, sin caer en la ineficiencia o el desperdicio de recursos. David Shrier plantea que los países deben abordar la soberanía en IA desde varias dimensiones clave:
1. Creación de marcos regulatorios y políticas nacionales de IA
Shrier menciona que muchos países están elaborando o revisando sus estrategias nacionales de IA para asegurar que la inteligencia artificial se alinee con sus intereses económicos, culturales y de seguridad. Estas políticas deben abordar aspectos como:
- Gobernanza y regulación: Definir normas claras sobre el uso de la IA, con énfasis en transparencia, seguridad y ética.
- Pro innovación: Evitar regulaciones demasiado restrictivas que frenen el desarrollo de startups y empresas tecnológicas locales.
- Protección de datos: Garantizar que la IA se entrene con información representativa del país, sin depender exclusivamente de datos extranjeros.
Muchos gobiernos ya han iniciado este camino, con iniciativas que van desde la regulación de IA en Europa hasta el impulso de modelos nacionales en regiones como el Golfo Pérsico y Asia.
2. Inversión en infraestructuras digitales y soberanía de datos
Uno de los principales obstáculos para la IA soberana es su altísimo coste. Entrenar un modelo de IA avanzado puede costar 1.000 millones de dólares, tal y como se ha mencionado anteriormente, y mantenerlo operativo requiere una infraestructura robusta. Shrier destaca que los gobiernos deben:
- Desarrollar centros de datos nacionales y potenciar la capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos.
- Garantizar la soberanía de los datos, asegurando que los modelos de IA reflejen la realidad y valores del país.
- Explorar alianzas público-privadas para reducir costos y fomentar la colaboración con la industria.
3. Ciberseguridad y resiliencia frente a amenazas
Shrier menciona que los gobiernos han tomado conciencia de los riesgos asociados con la IA en términos de desinformación, ataques cibernéticos y manipulación de modelos. Proteger los sistemas de IA es clave para su éxito, y esto implica:
- Implementar estrategias para detectar y mitigar ataques a modelos de IA.
- Regular el acceso a tecnologías críticas para evitar interferencias externas.
- Proteger la integridad de los datos utilizados en el entrenamiento de la IA.
4. Desarrollo de talento y capacitación en IA
Para que la IA soberana sea viable, los países necesitan expertos en inteligencia artificial, algo que aún es un desafío en muchas regiones. Shrier destaca que algunos gobiernos están invirtiendo en:
- Programas de formación y educación en IA en universidades y centros de investigación.
- Creación de incentivos para atraer y retener talento tecnológico.
- Fomento de startups y hubs de IA para impulsar la innovación local.
5. Alianzas multilaterales para compartir recursos y costos
Shrier enfatiza que el desarrollo de modelos de IA avanzados está fuera del alcance de muchos países debido a sus altos costes. Sin embargo, algunos gobiernos han optado por crear consorcios internacionales, como el mencionado JAIS.
Estas colaboraciones permiten:
- Compartir infraestructura de datos y cómputo.
- Desarrollar modelos de IA entrenados con datos representativos de múltiples regiones.
- Reducir la dependencia de grandes tecnológicas sin asumir todos los costos de manera individual.
Los países se enfrentan a una disyuntiva: ¿crear su propia IA desde cero o depender de modelos extranjeros? La clave, según David Shrier, es encontrar un equilibrio entre independencia y colaboración, asegurando que la IA refleje sus valores y necesidades sin aislarse del ecosistema global.
El futuro de la IA soberana aún está en construcción, pero lo que es seguro es que jugará un papel clave en la economía y la geopolítica de la próxima década.
Conclusión: el futuro de la IA será geopolítico
La inteligencia artificial ya no es solo una cuestión tecnológica. Como destacó Shrier en el Future Trends Forum, su control determinará qué países lideran la economía del futuro y cuáles quedan rezagados. La pregunta ya no es si los gobiernos deben impulsar su propia IA, sino cómo pueden hacerlo de manera sostenible y sin caer en modelos autoritarios.
En el Future Trends Forum seguimos explorando el impacto de la IA en la sociedad, la economía y la geopolítica global. ¡Mantente atento a nuestros próximos análisis!