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Qué es el fondo de maniobra y por qué tu startup no debe perderlo de vista

Qué es el fondo de maniobra y por qué tu startup no debe perderlo de vista

Cómo mantener en niveles saludables un parámetro que indica si una empresa tiene los recursos que necesita para seguir funcionando en el corto plazo.

El fondo de maniobra, también conocido como capital de trabajo o en su nombre en inglés Net Working Capital, (NWC), representa la diferencia algebraica entre los activos circulantes de una empresa (efectivo, facturas aún no cobradas, existencias de materias primas y productos terminados) y sus pasivos circulantes (pagos a proveedores, por ejemplo).

Básicamente, el fondo de maniobra es la cantidad de recursos que componen y financian la actividad operativa de una empresa y un indicador utilizado para verificar su balance financiero. Sin embargo, esta definición tan concisa debe integrarse, especificando que los activos y pasivos a corto plazo deben ser:

  • no financieros
  • relacionados con el core business
  • monetarios (no contables)

En otras palabras, el fondo de maniobra es un indicador clave para medir la liquidez, la eficiencia operativa y la salud financiera a corto plazo de una empresa. Es evidente que también es un parámetro fundamental para los inversores que operan en el universo startups, los cuales necesitan métricas ciertas para comprender dónde y cómo invertir sus capitales.

Dicho todo esto, el fondo de maniobra por sí solo no es suficiente para juzgar positivamente una gestión financiera. Por lo tanto, es útil compararlo con otros parámetros. Tal y como explica José Carlos Huerta, Jefe de Análisis del programa de Venture Capital en Bankinter, «normalmente los inversores en VC prefieren modelos de Software as a service (Saas), donde el fondo de maniobra es positivo, ya que se cobra a los clientes por adelantado. Si bien la facturación es la métrica fundamental para medir el éxito de una startup, está íntimamente relacionada con el fondo de maniobra.”

Fondo de maniobra negativo o positivo

Se dice que una empresa tiene un fondo de maniobra negativo si sus activos circulantes son menores que sus pasivos circulantes. Tal situación es una indicación de tensión financiera en curso o inminente, lo que debería hacer saltar la alarma. Una empresa con un desequilibrio financiero, de hecho, corre el riesgo no solo de no cumplir con vencimientos a corto plazo sino, en casos extremos, de terminar en bancarrota.

Si una empresa tiene actividades corrientes por 100.000 € y un pasivo de 80.000 €, su fondo de maniobra será de 20.000 €. Un resultado en línea o por encima del promedio de la industria para una empresa de un tamaño comparable generalmente se considera un signo de la salud de la compañía. Por el contrario, un fondo de maniobra bajo puede indicar un riesgo de insolvencia.

Para evitar llegar al punto de ruptura, lo primero que se debe hacer es investigar las causas y estudiar la dinámica de absorción de la caja. Un rendimiento negativo puede haber sido causado por un evento no recurrente. Por ejemplo, la entrega retrasada de un pedido muy grande, o la devaluación de un crédito incobrable.

Huerta explica que para mantener el fondo de maniobra en niveles saludables, “lo primero es ver cuáles son los niveles saludables en la industria o comparables. Luego habrá que ver si es algo intrínseco al modelo de negocio o si es una peculiaridad de la empresa. En todo caso, hay que buscar la manera adecuada de financiarlo y tratar de corregirlo hacia el terreno positivo. En este sentido, pueden ayudar medidas tales como las preventas, dilatar pagos a proveedores, minimizar inventario/existencias, mejorar previsión de ventas y compras etc.“

Por otro lado, un fondo de maniobra positivo indica que una empresa puede financiar sus operaciones actuales y, posiblemente, invertir en negocios y crecimiento futuros. Sin embargo, un resultado alto no siempre es una señal positiva, especialmente para una startup en desarrollo. Podría indicar, de hecho, que la empresa no está invirtiendo el exceso de liquidez. La mayoría de las inversiones, ya sean orientadas a la expansión de la producción o al crecimiento en nuevos mercados, implican una reducción del fondo de maniobra.

Cómo se calcula el fondo de maniobra

La fórmula estándar para calcular el fondo de maniobra es deducir los pasivos circulantes de los activos circulantes de la empresa.

Los activos circulantes incluyen:

  • liquidez,
  • créditos,
  • inventario,
  • otros activos que deben ser liquidados o convertidos en liquidez en menos de un año.

Los pasivos circulantes incluyen:

  • deudas pendientes hacia proveedores,
  • sueldos,
  • impuestos a pagar,
  • la parte de la deuda a largo plazo que vence dentro de un año.

Hay que aclarar que en finanzas corporativas, el concepto de ‘circulante’ se refiere a un período igual o menor a un año. De ello se deduce que los activos circulantes están disponibles dentro de los 12 meses y los pasivos vencen dentro del mismo plazo.

Por lo tanto, contar con un fondo de maniobra positivo es muy importante. En teoría, de hecho, una empresa podría quebrar incluso si es rentable, porque no puede confiar en las ganancias futuras para pagar recibos que deben ser liquidados inmediatamente. Este mecanismo es particularmente relevante en el desarrollo de una startup.

De hecho, comenta Huerta, “las startups suelen requerir volúmenes de inversión significativos: desarrollo, tecnología, marcas, aplicativos informáticos, etc. Esa inversión no está incorporada en la cuenta de pérdidas y ganancias, pero implica una salida de caja y, además, genera un IVA soportado que también deberá financiarse”. Además, añade el experto, “en startups donde en las primeras fases es habitual que haya pérdidas y, por lo tanto, más costes que ingresos, el IVA soportado suele ser superior al IVA repercutido. Ese diferencial debe financiarse y no se incluye en la cuenta de pérdidas y ganancias”.

Por qué es importante

Por lo que hemos visto hasta ahora, está claro que este indicador refleja la salud financiera de una empresa. Sin embargo, con demasiada frecuencia las finanzas corporativas son vistas por empresarios y directivos como un tema ajeno a la gestión diaria de la organización, algo que puede ser delegado a consultores externos de los que recibir asesoramiento sobre cómo gestionar la liquidez.

Según Huerta, “los emprendedores actuales suelen ser bien preparados y formados para entender estos conceptos; de cualquier manera siempre es positivo contar con un buen CFO en la empresa. Si en un primer momento no se dispone de recursos suficientes para tener ese perfil dentro del equipo, siempre se puede contratar un CFO externo o as a service, lo que es más barato y suele ayudar a los emprendedores a tener más control sobre la parte financiera de la empresa”.

Lo cierto es que subestimar la importancia de la gestión de la liquidez en el corto plazo es un riesgo que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, no se pueden permitir. En particular, la adecuada gestión del fondo de maniobra tiene una importancia estratégica a efectos de la creación de valor para los inversores de una startup.

El fondo de maniobra, junto con el flujo de caja, forma parte de esos sistemas de alerta temprana que no pueden descuidarse si se quiere garantizar la continuidad del negocio. Es por ello que no medirlo al final de cada período de referencia tiene como único resultado postergar un problema, el financiero, que tarde o temprano la empresa deberá afrontar, con la esperanza de que aún sea solucionable.

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