Futuro Social

¿Cómo influye la innovación en la calidad de vida? 

¿Cómo influye la innovación en la calidad de vida? 

La innovación juega un papel importante en la calidad de vida, e históricamente ha sido uno de los factores que más ha influido en la mejora del Índice de Desarrollo Humano.

¿Puede la innovación mejorar la calidad de vida de las personas? Lo cierto es que el desarrollo tecnológico ha sido uno de los factores que más han influido en la calidad de vida a lo largo de la historia. Innovaciones como el alcantarillado, la internet o las vacunas han potenciado el bienestar de la población, algo que influye de forma positiva en la felicidad de las personas. 

Como no toda innovación es positiva, ¿es posible dirigir la innovación hacia estas metas universales, y mejorar con ello la vida de la gente? Para el Día Mundial de la Felicidad, Nuria Oliver, experta internacional en inteligencia artificial, y April Rinne, asesora estratégica y de políticas, nos ayudan a entender la relación entre innovación, calidad de vida, desarrollo humano y felicidad. 

Un mundo que se reinventa constantemente 

“Vivimos en la cuarta revolución industrial”, comenta Nuria Oliver en un #FutureTalk y, como las anteriores, “está transformando todos los ámbitos de nuestra sociedad” de formas complejas. No hay un solo ámbito que no se haya visto afectado por la innovación, y esto genera nuevos escenarios en los que hemos de aprender a vivir y a desenvolvernos. 

Como resuelve April Rinne a la pregunta ‘¿Afecta el cambio constante del mundo a la percepción de la felicidad?’: “la percepción de la felicidad está influida por todo tipo de factores, tanto internos como externos” para alcanzar esa parte de la felicidad generada por la sensación de estabilidad. La incertidumbre, prosigue, está “relacionada con la infelicidad y la ansiedad”. 

Es por ello que la innovación, en cierto sentido casi inevitable, requiere de una regulación que la encauce en la dirección hacia la que quiere mirar la población. Nuria Oliver destaca que “es importante la educación a todos los niveles y el empoderamiento de la ciudadanía, para poder decidir qué tipo de desarrollo tecnológico queremos” porque “no todo desarrollo tecnológico conlleva un progreso”. 

Antes de hacernos la pregunta de cómo podemos medir el progreso y la calidad de vida, cabe preguntarse: ¿es posible parametrizar la felicidad y el desarrollo tecnológico? 

¿Cómo se mide el desarrollo y la felicidad? 

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) que valió el Nobel a Amartya Sen es uno de los indicadores más importantes cuando se habla de nivel de desarrollo. Data de 1990, pero no fue de los primeros modelos. Ya en 1964 Nikolai Kardashev diseñó la ahora llamada ‘escala de Kardashev’, que medía el grado de evolución tecnológica de una civilización. Entonces se pensaba que había una relación ideal entre tecnología, desarrollo y consumo de energía. 

Hoy sabemos que “no todo desarrollo tecnológico conlleva un progreso”, como señala Nuria Oliver, porque no toda tecnología o uso de la misma sirve para beneficiar a la humanidad o al planeta. Sí que existe, como sospechaba Kardashev y como defiende Juan Lema, colaborador de Akademia, una relación entre el consumo energético, el desarrollo económico y la calidad de vida, aunque esta tiene algunos márgenes que ya se han ido alcanzando. 

Los más evidentes son los nueve límites planetarios (procesos fundamentales para la estabilidad del sistema ecológico terrestre), superados los cuales la vida en el planeta se hace complicada e inestable. La economía no puede desarrollarse sobrepasándolos, porque entonces el IDH entra en una fase de rendimientos decrecientes (más energía no implica más ‘felicidad’) y finalmente negativos (más energía deriva en más infelicidad). De ahí que los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen el cuidado medioambiental. 

Por descontado, índices como el IDH o el Índice de Prosperidad suelen quedarse cortos para evaluar la complejidad de lo que nos hace felices (aunque precisamente la innovación, esta vez de la mano de la IA, nos da algunas pistas). Incluso modelos más novedosos, como el desarrollado por el reino de Bután en 1972 (el Índice Nacional de Felicidad) tienen retos notables. 

Como apunta April Rinne, “la felicidad tiende a ser fugaz” mientras que “la satisfacción es más permanente y duradera”. A menudo, cuando se mide ‘felicidad’, se está mostrando el nivel de satisfacción y bienestar de la población en el medio y largo plazo. Una serie de parámetros que aumentan a medida que aumenta la calidad de vida. 

Cómo se mide el desarrollo y la felicidad
Innovación y felicidad 

Uno de los estudios más importantes sobre qué hace feliz a la humanidad tiene 75 años de historia y ha determinado  lo mismo que destaca Rinne: que “la felicidad tiende a correlacionarse con la conexión humana, con el hecho de sentirse querido y atendido y con formar parte de una comunidad”. Las relaciones de calidad son clave, aunque otros factores (por ejemplo, la reducción de las desigualdades) aumentan la posibilidad de estas relaciones. 

¿Cómo puede la innovación ayudar a mejorar la calidad de vida? 

Como explica Nuria Oliver, hace años, cuando los Objetivos del Milenio llegaban a su fin, “el secretario general de las naciones unidas hizo un llamamiento para el uso de los datos, porque se dio cuenta de que había muchos datos que nos podrían ayudar a mejorar el mundo”, y encargó el informe Data Revolution Report a un comité de expertos. 

La idea de este informe es la de “esbozar una visión de cómo los datos nos podrían ayudar para conseguir lo que iban a ser los nuevos objetivos mundiales” que eventualmente serían los conocidos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que hoy modelan nuestro día a día. Una perspectiva similar se lleva a cabo en el libro blanco ‘La IA como facilitador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible’

El uso de datos para el bien social, ahora combinados con herramientas IA, se utiliza con varios enfoques: 

  1. Cómo medir mejor o rellenar los huecos de los datos. 
  1. Cómo tomar mejores decisiones con los datos que se tienen. 
  1. Cómo diseñar, ejecutar y evaluar las políticas públicas. 
  1. Cómo asegurar que el impacto de Data e IA son positivos. 

Aún a día de hoy se están analizando y reevaluando todos estos puntos, y es que la persecución del bien social es una disciplina que exige iteración a lo largo del tiempo. 

Hacia una innovación para las personas 

El uso ético de la inteligencia artificial, la recogida consentida de datos y toda la literatura científica apuntan a que hay formas de maximizar las experiencias positivas, el bienestar y la felicidad. April Rinne pone como ejemplo cómo “las bibliotecas de barrio, los espacios compartidos, las comidas y las iniciativas que fomentan las relaciones” son formas de potenciar estas experiencias. 

La tecnología que permite, por poner otro ejemplo, la economía colaborativa, “es el medio, no el fin”. En otro enfoque muy palpable con demostrados efectos en el bienestar de la sociedad está el urbanismo compacto de cercanía, una solución no necesariamente nueva pero sí innovadora a finales del siglo pasado, cuando la norma era la dispersión urbana. Este urbanismo promueve las relaciones sociales y el bienestar, paradójicamente, a un coste energético muy bajo; pudiendo destinar el superávit energético a otros retos sociales. 

A menudo la innovación no exige grandes dosis de tecnología, aunque no cabe ninguna duda en que esta dará frutos positivos en las próximas décadas cuando, como resalta Nuria Oliver, se use con sabiduría. Por ello resulta curioso descubrir cómo herramientas de muy reciente aplicación, como es la inteligencia artificial, puede ayudarnos a diseñar mejores políticas y objetivos de desarrollo

Es posible que el concepto de felicidad siga siendo tan esquivo en el futuro como lo es en el presente y lo fue en la antigüedad, y que los cambios acelerados en el día a día supongan un reto de aceptación social perpetuo, pero también parece probable que la tecnología y la innovación brindarán herramientas imprescindibles para maximizar el bienestar social de todo el planeta. 

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Expertos mencionados en esta entrada

Nuria Oliver
Nuria Oliver

Directora Data Scientist en Data Pop Alliance

April Rinne
April Rinne

Strategic and policy advisor

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