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Cómo luchar contra la desinformación

Cómo luchar contra la desinformación

Entrevistamos a Fernando Bermejo, uno de los mayores expertos mundiales en cómo se produce, se distribuye y se consume la información digital y de cómo luchar contra la desinformación.

Hemos entrevistado a Fernando Bermejo sobre cómo luchar contra la desinformación. Fernando es experto del Future Trends Forum, profesor asociado del Berkman Klein Center for Internet & Society de la Universidad de Harvard, Director de Investigación de Media Cloud, Director Ejecutivo y fundador del Media Ecosystems Analysis Group (MEAG) y profesor asociado en la IE University de Madrid. Esta entrevista forma parte de nuestra iniciativa #FIBKVoices, que pretende acercarte a la comunidad de expertos de la Fundación. 

Fernando es uno de los mayores expertos mundiales en cómo evaluar la audiencia de los medios de comunicación, en el fenómeno de la desinformación y en las distintas formas de medir el impacto en Internet: personas, contenidos, infraestructura, actividad. Es autor del libro The Internet Audience: Constitution and Measurement.  

Hemos hablado con él sobre su trayectoria, sus proyectos y la evolución de la lucha contra la desinformación, y sobre cómo luchar contra la desinformación.

A continuación, te ofrecemos un resumen de la entrevista: 

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional y en qué proyectos estás ahora involucrado?  

Siempre me gusta estar metido en varias cosas a la vez, no encasillarme.  

En los inicios de mi carrera profesional, además de ser profesor universitario, estuve trabajado como Research Analyst en CDNow, por aquel entonces competencia de Amazon y como Senior Analyst en Internet Research Group, que era una consultora especializada en comunicación con la que trabajé con America Online, con el New York Times, Wall Street Journal o la revista TIME. 

Tras el periodo americano, estuve varios años como profesor en el Departamento de Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos, desde donde empecé a trabajar para la Open Society Foundation, que acabó siendo un macro proyecto en el que estuve dos años y medio donde acabé siendo el coordinador del proyecto para Latinoamérica: creábamos informes sobre transformación digital del mundo del periodismo y las noticias en nueve países de Latinoamérica. 

En 2009 y 2010 estuve como profesor residente en el Berkman Klein Center y desde entonces soy profesor asociado del centro. 

Desde hace ocho años vivo en Copenhague y soy profesor en la IE University en Madrid. En paralelo, me contactó mi gran amigo Ethan Zuckerman y colaboro con él como Director de Investigación de Media Cloud. Desde Media Cloud, fundamos el Media Ecosystems Analysis Group, organización sin ánimo de lucro, de la que soy Director Ejecutivo, y que se dedica a formación y a consultoría sobre medios de comunicación. Actualmente estamos haciendo muchos trabajos sobre desinformación.  

¿Cómo surgió Media Cloud y a qué se dedica? 

La iniciativa empezó en el Berkman Klein Center, a partir de una conversación entre Ethan Zuckerman y Yochai Benkler, codirector del centro, sobre quién estaba marcando la agenda pública; los nuevos medios digitales o los medios de comunicación tradicionales. Es entonces cuando Hal Roberts propone crear una herramienta para investigar el tema y crea Media Cloud. Hal Roberts es el responsable técnico de la plataforma y es un experto en la vigilancia de Internet y los ataques distribuidos de denegación de servicio contra medios de comunicación independientes. 

En esencia, Media Cloud es una súper base de datos de noticias digitales que lleva almacenando contenido desde 2010 y a día de hoy contiene más de 2.500 millones de noticias. Empezó teniendo el foco en Norteamérica, pero una de mis primeras tareas al frente de la iniciativa ha sido hacerla internacional. Ahora mismo recogemos noticias de todo el mundo. 

Desde Media Cloud hemos ido construyendo herramientas de búsqueda en la base de datos y también herramientas de visualización y de análisis del lenguaje, que permiten hacer análisis de cobertura de temas de manera muy rápida

Nos encontramos en un momento en que la base de datos es tan inmensa que excede nuestros recursos técnicos, así que estamos buscando colaboraciones. Una de las más interesantes es con Internet Archive, que ya ha conseguido hacer una copia de nuestra base de datos de los últimos seis meses. La idea es que puedan tener una copia de todo nuestro contenido histórico, para que cualquier usuario de Internet tenga acceso. Esto de gran interés porque desde Media Cloud no podemos facilitar el texto completo de las noticias por cuestiones de copyright y desde Internet Archive sí se podría por su estatus de biblioteca pública digital.   

Estamos trabajando también con una organización que se llama Code for Africa, que es súper interesante. Es una organización que tiene un montón de proyectos en África y son es una mezcla muy curiosa entre gente que viene del mundo del periodismo y gente que viene del mundo de la tecnología. Ellos han creado una especie de versión africana de Media Cloud y nosotros, que somos totalmente open source, les hemos dado el código y les hemos ayudado a crearla. Han creado una versión, digamos en pequeñito, para África de Media Cloud que se llama CivicSignal y funciona muy bien. 

En definitiva, en Media Cloud tenemos el equipo técnico que se encarga de gestionar la base de datos y las herramientas, y luego tenemos un equipo de investigación, que yo lidero, y desde donde nos dedicamos a hacer investigación con toda la información que tenemos. Trabajamos sobre todo con fundaciones, con ONGs y con muchísimos académicos. Colaboramos con muchos profesores universitarios y centros de investigación que necesitan datos o que necesitan ayuda con proyectos que están haciendo, donde les aportamos los datos, las herramientas y el conocimiento

¿Cuál es el criterio para añadir los medios y las publicaciones que se van a utilizar y para qué tipo de investigaciones se utiliza?

El tema es bastante complicado. Para los medios tradicionales está claro; existen listados de medios de comunicación y es un entorno muy delimitado. Pero en el mundo digital no están claro en absoluto, porque es mucho más tenue. Cualquiera puede crear una fuente de noticias en Internet, así que tenemos que seguir varios pasos para incluir fuentes digitales. El primer paso o criterio es que sean fuentes que produzcan noticias, contenido de actualidad que no ofende. Es decir, lo que entenderíamos como  periodismo apegado a la actualidad.  

Después lo que hacemos es buscar, o bien por nuestro propio conocimiento o bien por conocimiento de gente en la que confiamos, listados de cuáles son las fuentes digitales de noticias en un país.  

A continuación, pedimos a expertos que están haciendo trabajos de investigación sobre un país que nos vayan dando feedback sobre nuestras colecciones de noticias. Y también pedimos a los usuarios que nos sugieran nuevas fuentes.  

Es un trabajo constante de revisión y de búsqueda. Es un trabajo súper complicado; uno de los trabajos más laboriosos que tenemos. 

Respecto al tipo de investigación, sobre todo hacemos investigación de cobertura de determinados temas. Por poner algunos ejemplos, estamos trabajando últimamente sobre filantropía y cómo se habla de la filantropía en los medios de comunicación de algunos países. También hemos hecho un trabajo sobre cuestiones de raza y desigualdad en Estados Unidos para una fundación americana. Otro proyecto, junto con la Escuela de Periodismo de la CUNY (City University of New York), investiga cuál es la agenda de la prensa en español en Estados Unidos. Otro proyecto parecido ha sido sobre los medios dirigidos a afroamericanos. Y ahora estamos trabajando en un proyecto, también con la CUNY, sobre el estado de Nueva York, para detectar diferencias en las coberturas de determinados temas entre la ciudad de Nueva York y el estado de Nueva York. 

También hemos hecho mucho trabajo sobre cuestiones políticas, por ejemplo, sobre propaganda y política en Estados Unidos en torno a las elecciones presidenciales. Y también estamos haciendo ahora mucho trabajo sobre desinformación en África. Nos interesa mucho saber qué está pasando en algunos países de África en cuestiones de desinformación y mal-información. 

¿Cómo tratáis la información que está en Redes Sociales?

Es una de las líneas de trabajo que estamos desarrollando desde hace tiempo. Conectar nuestras herramientas con redes sociales es uno de nuestros mayores anhelos, pero es ciertamente complicado. Tenemos una herramienta en fase preliminar, que permite traducir las búsquedas para Twitter, Reddit y Youtube, pero dependes del acceso que te faciliten las propias plataformas. En el caso de Reddit lo tenemos más fácil porque utilizamos Pushshift, que contiene una copia histórica de todo lo aparecido en esa red social. Facebook e Instagram son casi cajas negras y no lo podemos integrar. Utilizamos una herramienta suya para trabajos de investigación, pero no podemos utilizarla de cara al público. 

Respecto a la confianza digital y la lucha contra la desinformación, ¿cómo ves que ha evolucionado desde el Future Trends Forum en el que participaste?  

Ha habido un momento de explosión del fenómeno de la desinformación y la mal-información. La manipulación intencionada del contenido para lograr ciertos fines ha existido desde siempre. En un momento dado nos dimos cuenta de que esto tenía consecuencias reales. Las más obvias y relevantes, el Brexit y las elecciones presidenciales en EE.UU. A partir de ese momento, todo el mundo se ha puesto a pensar en el problema y en cómo paliarlo. Luego hemos tenido una segunda ola, que ha sido toda la desinformación en torno al Covid y cuestiones de salud. 

Ahora todo el mundo, incluidas las plataformas, se ha dado cuenta de que tenemos un problema. Y en gran medida, la clave de todo está en las plataformas. Porque en el mundo de los medios tradicionales, la dicotomía era entre los que producen información y los que consumen información, y los que producen información son en general organizaciones profesionales con unos procesos de producción de noticias y, se les supone, con unos valores éticos. Pero en el mundo de las plataformas, ya no es una cuestión de producir y consumir; es una cuestión de producir, de distribuir, de algoritmos, de censuras blandas y de censuras duras. Entonces, tienes toda una serie de intermediarios que en realidad son los que tienen más poder sobre el flujo del de la conversación y del contenido. Que son las plataformas. Cualquier loco puede producir cualquier texto, o cualquier vídeo, o cualquier foto de desinformación y de mal-información. La cuestión es a quién llega eso y cómo llega. Entonces, las plataformas son conscientes de que tienen un problema, pero es un problema muy complicado de solucionar porque estamos trabajando con volúmenes de información tales que los intentos de automatizar sólo funcionan hasta cierto punto. Al final son personas las que tienen que examinar contenido y tomar decisiones a cerca de qué se permite y qué no. 

Hay un montón de iniciativas que tienen que ver con la incentivación de la producción de noticias/información de calidad. Están todas las iniciativas de fact checking y de comprobación de noticias e intentar eliminar las falsedades. Hay iniciativas de lo que llaman media literacy, es decir, de la alfabetización mediática, que tratan de enseñar a la gente a ser consumidores críticos de la información, a no creerse todo lo que ven en Twitter o en WhatsApp. Es decir, hay un montón de puntos de intervención, que están intentando controlar o disminuir el problema. Pero estamos lejos de solucionarlo, porque el problema es muy estructural. 

¿Cuál es el futuro de la lucha contra la desinformación?

Creo que el futuro es necesariamente multifacético. Es decir, no creo que haya una bala mágica: si hacemos esto, se acabó el problema. Todo lo que mencionaba antes son contribuciones a intentar disminuir el problema. Pero no, no hay ninguna solución maestra. Al menos, no hay ninguna que no tenga efectos secundarios muy graves o tan graves como lo que intenta solucionar. Por ejemplo, ahora se tiene que pronunciar la Corte Suprema de EE.UU. sobre la disposición legal 230, que dice que las empresas de Internet están exentas de responsabilidad por el material que los usuarios publican en sus redes. Veremos qué resulta de ello, porque podría ser que la Corte Suprema resuelva que las plataformas sí sean responsables legales de lo que se publica en ellas. Pero en ese momento estaríamos cambiando la propia naturaleza de las redes sociales y otorgando un poder a las mismas de controlar el discurso. Las consecuencias laterales son otorgar un poder de control y de manipulación del discurso a determinadas entidades, mucho mayor de la que ya tienen hoy en día. 

Veo paralelismos con el problema del pirateo y la estrategia de Steve Jobs: esto no lo vamos a impedir, pero, por lo menos, tenemos que crear suficiente fricción y suficientes problemas como para que no sea fácil.  

El marco mental que habría que tener con el tema de la desinformación y la mal-información es ese: intentar crear suficientes fricciones como para que no sea tan fácil producirla, distribuirla y creérsela. 

Si quieres profundizar en cómo se está luchando contra la desinformación, te invitamos a ver el webinar en el que participó Fernando Bermejo, junto con la también experta del Future Trends Forum, Clara Jiménez¿Cómo luchar contra la desinformación? 

Webminar ¿Cómo luchar contra la desinformación?

Si deseas saber más sobre cuál es el estado de la confianza digital, y los grandes retos y oportunidades, puedes visitar la tendencia Confianza en la era digital.  

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Expertos mencionados en esta entrada

Fernando Bermejo
Fernando Bermejo

Asociado de la facultad en el Berkman Center for Internet&Society de la Universidad de Harvard en Media Cloud

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