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Desde Akademia a la NASA: El fascinante viaje de Andrés Dono

Desde Akademia a la NASA: El fascinante viaje de Andrés Dono

Explorando la trayectoria de un alumni de Akademia hacia una exitosa carrera en la NASA, su papel en proyectos clave y cómo su experiencia en el programa fomentó su pasión por la innovación

En la Fundación Innovación Bankinter nos sentimos muy orgullosos de los alumni que han formado parte de nuestro programa Akademia. Este programa se distingue por su diseño e implementación únicos, con tres ejes: proceso de selección de estudiantes, contenido de las sesiones, profesionales que las imparten. Como resultado, nuestros alumni son personas apasionadas por la innovación, ávidas por ofrecer perspectivas novedosas y soluciones innovadoras en sus áreas de especialización.En esta ocasión entrevistamos a Andrés Dono, que estudió la carrera de Física en la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente realizó un Máster en Física en la misma universidad. También tiene un Máster en Ciencias (MSc) en Estudios Espaciales por la International Space University.

Andrés trabaja en el Centro de Investigación Ames de la NASA, situado en el corazón de Silicon Valley, como ingeniero aeroespacial con más de seis años de experiencia en diseño de misiones de naves espaciales. Actualmente es líder de dinámica orbital (responsable de determinar las trayectorias y las órbitas de los satélites y naves espaciales para que puedan cumplir con éxito sus misiones) de su centro de investigación.

Tiene una gran experiencia en la gestión de proyectos con equipos multidisciplinares que implican simulaciones, análisis de datos y visualización. Y, además, es desarrollador de algoritmos y software con sólidos fundamentos matemáticos y de programación científica.

A continuación, reproducimos la entrevista que mantuvimos con Andrés:

Tras tu paso por Akademia, ¿cambió tu manera de ver la innovación y cómo llevarla a cabo?

Me enteré de Akademia a través de la Universidad de Santiago de Compostela y ya desde el primer momento me pareció un programa muy interesante porque te proporcionaba la oportunidad de tener otros conocimientos más allá de los que estudiaba en la carrera de Física. Aunar estudiantes de diferentes carreras, creando equipos multidisciplinares, y tocar temas de actualidad tecnológica y geopolítica te permite aprender un montón en muy poco tiempo.

El tema de innovación siempre me atrajo y el programa te abría la mente: por un lado, poder discutir y afinar ideas con alumnos de carreras tan diferentes a Física como Derecho o Medicina, te cambia la forma de abordar las soluciones a los problemas. Por otro, los profesionales que impartían las sesiones eran todos muy expertos en sus respectivos temas y te aportaban conocimientos que, en mi caso, me dieron una confianza en poder abordar temas innovadores que antes no tenía.

¿Qué es lo que más te gustó del programa y por qué?

Los compañeros fueron muy buenos y generar proyectos con alguien igual de motivado que tú, me pareció un soplo de aire fresco. El grupo multidisciplinar es muy enriquecedor porque cada persona aporta ideas de forma diferente y eso hace que surjan más y mejores ideas. El curso en sí me pareció que estaba muy bien organizado, tanto por las oportunidades que tenías de generar proyectos como por los profesores y los profesionales que venían a impartir algunas sesiones, como emprendedores de éxito.

¿Cuál ha sido tu trayectoria desde la carrera hasta llegar a la NASA?

Cuando acabé la carrera de Física, tenía la oportunidad de hacer un año adicional en asignaturas de especialización. Yo me metí en la carrera ya con la idea de hacer temas del espacio; siempre fue lo que me apasionó desde pequeño. Así que me fui a Suecia con Erasmus a la Universidad de Upsala y estudié astrofísica, cosmología, y todo lo relacionado con el espacio que yo quería estudiar. También había una asignatura más enfocada a la parte de ingeniería que me encantó.

Como quería meterme en la industria del espacio, decidí hacer el Master en la International Space University. Fue una experiencia muy enriquecedora porque además de la parte técnica, te enseñan cómo funciona la industria y cómo es el negocio espacial. Mi proyecto de fin de Máster era de trayectorias y órbitas, que al final es en lo que trabajo ahora.

A través de ese Máster te daban la opción de hacer prácticas en diferentes sitios y tuve la suerte de que me seleccionaran para hacerlas en la NASA. En principio eran tres meses y llegué a California. El proyecto en el que estaba salió bien y me ofrecieron quedarme más tiempo. Al principio unos meses más, pero luego ya se convirtió en indefinido. Y aquí sigo, en NASA.

¿Cuál es tu trabajo actual y en qué consiste (líder de dinámica orbital)?

Cuando se diseña una misión espacial, una vez definido el objetivo del lanzamiento, se necesita un equipo que te ayude a darle forma a esa idea. Somos un equipo de científicos y de ingenieros que se encarga de la parte de llevar la idea de una misión espacial a la práctica. Si por ejemplo la idea es ir a la Luna y orbitar la Luna, tienes que determinar cómo de grande tiene que ser tu nave, qué instrumentos va a llevar, qué antenas va a llevar para comunicarse de vuelta, si va a soportar las condiciones térmicas, si va a tener suficientemente energía de los paneles solares, etc. Dentro de ese equipo, nosotros hacemos la órbita: calculamos cómo llegar, cuál debe ser la trayectoria, cuánto combustible necesita tener tu nave y en qué momento tienes que hacer maniobras para llegar hasta allí, para mantenerte en la órbita, para mover tu nave de forma que tú observes lo que necesites observar.

Eso en la parte de creación del proyecto, la parte conceptual. Cuando el proyecto se pone en marcha, y se lanza la misión, nosotros le damos soporte en el espacio: hacemos el seguimiento de las antenas, y nos encargamos de recibir datos, procesarlos y hacer la navegación de la propia nave.

En cualquier proyecto, nos involucramos desde el principio y algunos se lanzan y otros no. En todos aquellos que están lanzados, sean satélites o naves, nosotros nos encargamos de darles soporte en todo lo relativo a trayectorias, órbitas y navegación.

¿Cómo se emplean los algoritmos y la programación científica en tu trabajo?

Utilizamos un software propio en las distintas fases de un proyecto. Lo que más me gusta es que es un trabajo muy diverso: en la fase de diseño, después de muchos años de experiencia, utilizas tu intuición y conocimiento para decidir dónde es mejor hacer determinadas maniobras, cómo optimizar las trayectorias, cómo ahorrar combustible, o determinar qué época del año es mejor para el lanzamiento. Es la parte más creativa del trabajo. Para optimizar todo esto, muchas veces tienes que crear tu propio código que te permita hacer muchas simulaciones. Es muy importante estar al tanto de los últimos avances en programación científica y algoritmia que surgen de las universidades y centros de investigación, para poder realizar las simulaciones lo mejor posible y con la máxima rapidez, adaptando tu código.

Estás participando en el proyecto Artemis I de la NASA, ¿cuál es tu papel?

Artemis I es la primera de una serie de misiones cada vez más complejas para desarrollar una presencia humana a largo plazo en la Luna durante las próximas décadas. Nosotros teníamos una nave dentro del cohete SLS (Sistema de Lanzamiento Espacial, por sus siglas en inglés), que se llama BioSentinel. Una vez se lanzó el cohete, la nave se desprendió y a partir de ahí nos encargamos totalmente de esa nave, somos los responsables de la misma desde el centro Ames. Mi misión era y es tener a la nave localizada y que navegue correctamente. Ahora BioSentinel está en su órbita final, que es una órbita alrededor del Sol, a millones de kilómetros de la Tierra. La nave tiene organismos vivos dentro y lo que se está estudiando es cómo afecta a esos organismos la radiación del espacio profundo. Es la primera vez que se hace un estudio de este tipo, el primer experimento biológico de larga duración y será fundamental para ver la posibilidad, en un futuro lejano, de enviar astronautas a millones de kilómetros de la Tierra.

¿Qué proyectos tienes para 2023?

Hay al menos dos proyectos muy interesantes para este año: el primero es una misión que consistirá en un enjambre de satélites alrededor de la Tierra. Se trata de probar cómo enjambres de pequeños satélites podrían comunicarse entre sí para recopilar datos sobre patrones meteorológicos importantes en diferentes momentos del día y del año, y desde múltiples ángulos. Estos enjambres, con algoritmos de aprendizaje automático, podrían revolucionar la comprensión científica de los cambios meteorológicos y climáticos. Y el segundo es una misión que tiene como objetivo probar una vela solar. Al igual que un velero utiliza el viento para navegar, las velas solares aprovechan la presión ejercida por la luz solar para propulsar una nave a través del espacio.

Además, empezaremos a trabajar en otro proyecto a más largo plazo que me encanta: se trata de otro enjambre de satélites, pero en este caso en una órbita muy alta. Será muy novedoso porque en esas órbitas es más difícil mantener la estabilidad de los satélites. Es un proyecto de heliofísica, donde se van a estudiar las turbulencias del plasma en el sistema solar.

¿Qué se siente cuando ves en directo el lanzamiento de una misión?

Es increíble, la verdad. Era la primera vez que iba a Cabo Cañaveral y me tocó estar allí por el proyecto que he mencionado, el de BioSentinel. Me pareció algo espectacular. El centro tiene su magia y el hecho de ver un cohete de esa envergadura despegar es una experiencia única.

¿Dónde te ves en el futuro?

Estoy contento con la industria espacial y con lo que hago. De momento, seguir creciendo, seguir aprendiendo y progresar en la carrera, teniendo acceso a más proyectos y a otro tipo de responsabilidades donde pueda tener más impacto.

¡Muchas gracias, Andrés! ¡Y muchos éxitos en tu carrera espacial!

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