Ciudades
Ciudades que afrontan el cambio climático a golpe de innovación

Buscar soluciones para enfrentarnos al clima que cambia es imperativo y los entornos urbanos utilizan la tecnología para adaptarse.
Se estima que,en menos de 25 años, el 70 % de la población mundial residirá en ciudades. Apostar por el urbanismo sostenible y resiliencia de estos espacios densamente habitados frente al impacto del cambio climático es una necesidad en la que la innovación tecnológica y la planificación estratégica pueden marcar la diferencia.
Un estudio de la NASA ha revelado que la proporción de personas viviendo en zonas de riesgo de inundaciones ha aumentado del 20 al 24 % desde el año 2000, diez veces más de lo que se había estimado previamente. Este incremento está directamente relacionado con eventos climáticos extremos, como lluvias torrenciales, huracanes y el derretimiento de los glaciares. Además, las poblaciones de los países de ingresos bajos y medianos constituyen casi el 90 % de los 1,8 mil millones de personas vulnerables a los riesgos de inundación.
El aumento del nivel del mar, las olas de calor y las lluvias intensas representan amenazas significativas para muchas metrópolis. Ciudades costeras como Nueva York, Miami, Mumbai, Shanghai, Barcelona y Tokio enfrentan riesgos crecientes debido a su ubicación geográfica y su alta densidad de población. Por otro lado, la escasez de agua se perfila como un desafío crucial que requiere infraestructuras eficientes para gestionar el recurso hídrico, algo que David Sedlak, autor del concepto de ‘cuarta revolución del agua’, aborda en su webinar para la Fundación Innovación Bankinter.
La IA frente a los desastres naturales
Los sistemas de alerta temprana han demostrado ser herramientas eficaces para mitigar los riesgos de inundación, con estudios de la OMS indicando que pueden reducir las fatalidades en un 43 %. Informes de la ONU y el Banco Mundial estiman que la implementación de estos sistemas puede reducir el impacto económico de los desastres entre un 35 % y un 50 p%. Rio de Janeiro ha integrado datos de sistemas de alerta temprana, cámaras de tráfico e informes meteorológicos en un centro de operaciones de emergencia, lo que ha permitido reducir el impacto de eventos climáticos extremos y mejorar la respuesta ante desastres.
De hecho, el uso de inteligencia artificial en estos sistemas permite anticipar con mayor precisión eventos extremos y facilitar la comunicación de alertas en tiempo real. Además, modelos de aprendizaje automático analizan imágenes satelitales para evaluar daños post-desastre y priorizar la asistencia. Un ejemplo es el modelo DAHiTrA, que clasifica daños en edificios tras desastres naturales, proporcionando información crítica para la toma de decisiones en situaciones de emergencia.
La mala gestión del territorio exacerba los riesgos de desastres naturales: la urbanización descontrolada y la deforestación reducen la capacidad del suelo para absorber agua, aumentando el riesgo de inundaciones. Un estudio titulado Late-stage deforestation enhances storm trends in coastal West Africa evidenció cómo la deforestación en África Occidental ha incrementado la frecuencia de tormentas en áreas urbanas como Freetown y Monrovia, donde el riesgo de inundaciones ha crecido significativamente.
La inteligencia artificial puede ser clave en la mitigación de estos efectos, proporcionando herramientas para identificar áreas de alto riesgo, desarrollar estrategias de reforestación y mejorar la planificación urbana. La combinación de distintas técnicas de IA, como el machine learning, permite analizar publicaciones en redes sociales para detectar interrupciones en servicios básicos y optimizar la respuesta de emergencia.
La planificación de las Smart City
La tecnología puede ser un aliado también en la gestión ordinaria y la planificación de las ciudades, algo que caracteriza a las smart city. En particular, la sensorización se ha convertido en una tendencia clave, ya que el análisis de datos en tiempo real facilita la implementación de medidas como el control inteligente del tráfico y la monitorización de la calidad del aire.
Copenhague, por ejemplo, ha desarrollado un plan para alcanzar la neutralidad de carbono este año. Con casi la mitad de su población desplazándose en bicicleta diariamente, la ciudad ha demostrado cómo la planificación urbana y el uso innovador de la tecnología pueden mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
En Sudáfrica, Ciudad del Cabo ha incorporado la resiliencia como brújula de la planificación urbana, priorizando proyectos de infraestructuras en función de su capacidad para responder a las necesidades climáticas. Del mismo modo, Norfolk, en el Reino Unido, ha invertido en la protección contra inundaciones costeras, demostrando que una planificación proactiva puede prevenir desastres y reducir costos a largo plazo.
Muchas ciudades están adoptando soluciones tecnológicas para enfrentar los desafíos climáticos. En Nueva York, después del huracán Sandy, se instalaron muros anti-inundaciones retráctiles bajo la FDR Highway para proteger la infraestructura urbana. Rotterdam ha desarrollado oficinas flotantes diseñadas para adaptarse al aumento del nivel del mar. Otras soluciones incluyen techos verdes y jardines verticales para reducir el efecto de isla de calor urbana, sistemas de captura de carbono integrados en edificios y pavimentos que absorben CO2, como los implementados en Barcelona.
La ciudad catalana es también sede del Smart City Expo World Congress, el evento global de referencia en innovación urbana, que en su última edición ha destacado precisamente la importancia de la integración de datos y la IA generativa para optimizar servicios urbanos, mejorar la toma de decisiones y gestionar recursos de manera eficiente.
La adaptación de las ciudades al cambio climático requiere un enfoque integral que combine planificación urbana, tecnología y participación ciudadana. Las ciudades del futuro tendrán que invertir en infraestructuras sostenibles, promover el uso eficiente de los recursos y adoptar tecnologías avanzadas para anticipar y mitigar los efectos del cambio climático. La colaboración entre gobiernos, empresas, investigadores y ciudadanos será esencial para construir entornos urbanos preparados para los desafíos que se avecinan.