Economía y Finanzas
Por qué la democratización de las tecnologías financieras está cambiando la economía

Las nuevas tecnologías están abriéndose camino en el mundo de las finanzas y acercándolas al gran público.
La democratización de las tecnologías financieras es una realidad para toda aquella persona con un teléfono móvil y unos pocos euros en su cartera virtual. Hasta hace no demasiados años, la bolsa era para técnicos y usuarios avanzados. Pero su automatización ha revolucionado el sector y generado situaciones casi cómicas en las que usuarios amateurs han influido con fuerza.
La automatización de las finanzas
A las 14:45 del 6 de mayo de 2010 hubo una brusca micro-quiebra financiera en los Estados Unidos que duró apenas unos minutos. Las operaciones automatizadas de la bolsa habían facilitado a Navinder Singh Sarao la posibilidad de hundir los mercados mediante órdenes de compra masivas. Ocurrió, aunque la repercusión fuese temporal y casi nula.
Poco después de su detención en Reino Unido, el túnel Spread lograba atravesar las montañas Allegheny de Pensilvania con un cable de fibra óptica. De esta forma se restaban tres milisegundos a las operaciones financieras entre los mercados de futuros de Chicago y los mercados de valores de Nueva York. La tecnología financiera ha cambiado mucho en pocos años, y sigue haciéndolo.
Puede que estos dos sucesos no parezcan conectados, pero el factor común era un acceso ultrarrápido y automatizable del mercado de valores. Algo que ha transformado las finanzas al permitir que millones de personas corrientes, sin formación o conocimientos sobre finanzas, puedan invertir e incluso tomar decisiones que lleguen a afectar al sistema mundial.
¿Uno muy grande, o muchos muy pequeños?
Esta democratización, el acceso masivo de personas de la calle a Wall Street y sus mercados, han provocado situaciones curiosas como la vivida en enero de 2021. Un grupo de muchos pequeños inversores llamado WallStreetBets se agruparon dentro de un foro de Reddit para trolear a Wall Street al inflar el precio de GameStop, una cadena de tiendas de videojuegos que llevaba años cayendo.
Juntos (y esta fue la clave) organizaron eventos de compra puntuales en los que decenas de miles de usuarios pequeñitos adquirían en conjunto fracciones significativas de acciones. Lentamente al principio, GameStop llegó a ver subidas diarias del +50 % durante semanas. Aunque no es por eso por lo que el caso se hizo famoso.
Muchos años antes, grandes inversores bajistas de Wall Street habían apostado por la caída del valor. Después de todo, era una cadena de videojuegos físicos en un mundo que avanzaba hacia lo digital. Es decir, habían invertido dinero bajo la premisa de que la empresa perdería valor en un tipo de inversión llamada posiciones en corto. Pero si el valor subía, ellos perdían dinero.
Lo curioso de todo esto es que decenas de miles de usuarios pequeñitos estaban obligando a grandes agentes financieros a cubrir sus posiciones en corto sobre GameStop a medida que el valor de este subía. Cuanto más subía, más tenían que comprar los inversores senior para evitar perder dinero en el futuro. Aquellas semanas se aprendió una lección: muchos muy pequeños pueden influir.
La democratización de las finanzas

Esta actuación conjunta cambió buena parte de las reglas de juego en materia financiera. Las grandes inversiones en tecnología, como túneles de fibra óptica o automatización mediante inteligencia artificial, lejos de expulsar al pequeño inversor, lo han impulsado y sostenido. ¿El motivo? Se han creado herramientas sencillas a nivel usuario desde las que invertir.
Ahora, cualquier persona con una decena de euros y un móvil puede abrirse una cuenta bancarizada en una plataforma virtual e invertir cantidades ínfimas (bajo los patrones de las finanzas tradicionales) en todo tipo de proyectos. Desde plataformas de crowdlending, a través de las cuales un prestamista se pone en contacto con el prestatario, hasta fondos indexados automatizados, ahora hay más oportunidades que antes.
Dicho de otra forma, la tecnología financiera ha democratizado las finanzas porque se han eliminado buena parte de las barreras de conocimiento necesarias para operar en bolsa. Aunque sigue habiendo herramientas para usuarios avanzados, lo cierto es que la gente nunca había tenido esta clase de acceso a las operaciones financieras, ahora fáciles y a un clic.
¿Cuál es el impacto positivo de esta democratización?
La tecnología financiera, liderada por el fenómeno democratizador del open banking, está cambiando territorios enteros. La inclusión financiera, de hecho, es según el Banco Mundial una de las mejores herramientas para el desarrollo, como describen en su publicación ‘Financial Inclusion and Inclusive Growth: A Review of Recent Empirical Evidence’. El desarrollo necesita acceso financiero.
En países en los que las sucursales bancarias clásicas brillan por su ausencia, pero el dinero móvil se está convirtiendo en la norma, pequeños empresarios y familias pueden acceder a líneas de crédito o finanzas desde su smartphone, lo que les brinda nuevas oportunidades.
Las finanzas llevan varios siglos evolucionando, aunque es en los últimos años cuando se han visto las mayores disrupciones. El open banking, la democratización de las inversiones o los NFT’s son solo alguno de los ejemplos más sonados y recientes, aunque es un sector en continuo avance. De hecho, el último Future Trends Forum ha reunido a algunos los principales expertos internacionales sobre la materia. Sus conclusiones, próximamente en nuestro nuevo informe del FTF.