Sostenibilidad

Compromiso medioambiental: startups que miden y neutralizan su huella de carbono 

Compromiso medioambiental: startups que miden y neutralizan su huella de carbono 

La sociedad está cada vez más implicada en el cuidado del medioambiente y aumenta el número de startups que aplican políticas en ese sentido. El cálculo de la huella de carbono es el primer paso para conocer el impacto en el planeta.

Vivimos en un mundo (y en un modo) que ya no es sostenible: es lo que se desprende del informe elaborado por Global Footprint Network, una organización fundada en 2003 con el objetivo de sensibilizar a gobiernos y personas para reducir el impacto ambiental humano en el planeta. Cada producto o servicio consume energía durante todo su ciclo de vida y, en consecuencia, es responsable de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que alteran el clima. La cantidad de estas emisiones es la huella de carbono, que las empresas startup españolas tienen cada vez más en cuenta

Este dato permite estimar las emisiones provocadas por un producto, un servicio, una organización, un evento o un individuo. Fue el Protocolo de Kioto, en 1997, el que estableció qué gases de efecto invernadero se deben tener en cuenta en el cálculo: 

  • dióxido de carbono (CO2), 
  • metano (CH4), 
  • óxido nitroso (N2O), 
  • hidrofluorocarbonos (HFC), 
  • perfluorocarbonos (PFC), 
  • hexafluoruro de azufre (SF6). 

Todas estas emisiones se convierten en CO2 equivalente a través de parámetros establecidos a nivel mundial por el IPCC, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, organismo que opera bajo la égida de las Naciones Unidas. El cálculo de la huella de carbono debe tener en cuenta todas las fases de la cadena de suministro, desde la extracción de materias primas, hasta la disposición de los residuos generados por el propio sistema, según el enfoque Lca (Life Cycle Assessment), es decir, el análisis del ciclo de vida. 

Invertir en sostenibilidad conviene 

La huella de carbono es un parámetro de gran importancia y utilidad para las administraciones públicas y organismos internacionales. Por un lado, permite evaluar y cuantificar los impactos de las emisiones sobre el cambio climático en el contexto de las políticas sectoriales, por otro, ayuda a monitorizar la eficiencia ambiental y energética de instalaciones y procesos. 

Por ello, no es de extrañar que la adopción proactiva de políticas de sostenibilidad se esté convirtiendo en un activo fundamental en el mundo empresarial. Para consumidores, inversores, instituciones y empresas —incluidas las startups españolas—, la sostenibilidad representa una oportunidad para diferenciarse de la competencia. También de desarrollar productos y servicios innovadores, junto con nuevos modelos de negocio. 

Victor Manuel Sánchez, product manager en Sorbos, una startup que produce las primeras pajitas comestibles y biodegradables del mundo, asegura que “el enfoque medioambiental o sostenible se ha convertido en una parte muy importante de los planes estratégicos para la comercialización de los productos”. 

En este factor influye mucho la presión de los consumidores, que cada vez tienen más en cuenta cuestiones como la huella de carbono en sus decisiones de compra. Así lo consideran desde ClimateTrade, una startup valenciana nacida en 2017 que interviene en el mercado de los créditos de emisiones a través de su sistema basado en blockchain. Mediante la venta de tokens, consigue reducir el coste de las transacciones entre un 30 % y un 40 %, en cuanto a valor y tiempo empleado. 

“Los consumidores son cada vez más exigentes en cuanto a transparencia y sostenibilidad por las marcas de las que compran. En el futuro, la huella ecológica de los productos será un criterio de selección muy relevante para la compra, así que, aunque no exista un precio premium para productos sostenibles, los que no lo sean perderán mucha participación en el mercado”, destaca Benedito. Y añade: “Una startup que nace hoy sin consideración por el medio ambiente, seguramente no existirá dentro de cinco años”. 

Existe también un componente generacional en el compromiso medioambiental de las startups españolas. Según Jotelulu, una startup madrileña que gestiona una plataforma de servicios en la nube para ayudar a transformar pequeñas compañías de IT en proveedores de cloud, “los empresarios más jóvenes no están ciegos, se dan cuenta de cómo está cambiando la sociedad y cómo el componente medioambiental es un factor a tener en cuenta y, en muchos casos, a valorar como pilar de la estrategia de negocio”. 

Este es un punto de vista con el que coincide el CEO de Climate Traden, Francisco Benedito: “Los empresarios más jóvenes crecieron con una conciencia muy elevada de lo que es la crisis climática, y de que es la calidad de vida de sus propios hijos la que se encuentra en riesgo. Esta conciencia, combinada con sus capacidades digitales nativas, es la que dota de motivación y efectividad a sus esfuerzos emprendedores a la hora de combatir el cambio climático”. 

Las startups como motor del cambio 

 Startups impulsan cambios

La encuesta Nielsen Global Survey of Corporate Social Responsibility and Sustainability destaca cómo el 66 % de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por una marca responsable. Por su parte, los inversores de todo el mundo son cada vez más sensibles a la sostenibilidad y buscan empresas que cumplan con los criterios ESG (Environmental, Social, Governance, es decir, ambiental, social y de gobernanza). El informe ‘State of the Climate Tech 2021‘, elaborado por PwC, indica que solo en el primer semestre del año pasado, la inversión en este sector fue un 210% más que en todo 2020. 

Tal y como subraya Francisco Benedito, el sector financiero tiene que cumplir cada vez con más requisitos de divulgación de su exposición al riesgo ambiental y por eso prefiere hacer inversiones en empresas con un desempeño ambiental positivo comprobado. “Ya observamos diferencias en la valoración de activos según su nivel de sostenibilidad”, asegura. 

En un contexto que premia a los proveedores de productos o servicios sostenibles, muchas empresas optan por controlar las emisiones de gases de efecto invernadero como parte de su programa de responsabilidad social y construcción de imagen corporativa, lo que realza la marca y la hace más atractiva para los clientes, prospectos e inversores. 

“La sostenibilidad y el medioambiente son parte de nuestro ADN, se tienen en cuenta en todos los procesos —compras de material, elección de proveedores, desplazamientos, eventos, plataforma, envíos…— y condicionan muchas de nuestras decisiones. Para nosotros, más que un factor determinante para el éxito del proyecto, es una manera de funcionar, de ser más eficientes y gestionar mejor”, explican desde Jotelulu. 

En opinión de Sánchez: “es mucho más sencillo para una startup ser ‘verde’ y económicamente sostenible que para una multinacional que tiene sus infraestructuras y productos ya muy afianzados en el mercado”. Según una investigación de Innovate UK, de hecho, alcanzar la meta de las cero emisiones es una de las principales prioridades para el 80 % de las startups, las cuales protagonizan el compromiso para la descarbonización de la economía también a través de innovaciones propuestas por las llamadas climate tech

La reducción de las emisiones implica también un proceso de actualización tecnológica y la implantación de medidas de ahorro energético que inciden positivamente en las finanzas de la empresa. Además, emprender medidas para el compromiso medioambiental permite acceder a instrumentos e incentivos económico-financieros (como los fondos europeos Next Generation EU), que reducen los costes de modernización y eficiencia, en una suerte de círculo virtuoso económico y medioambiental. 

El compromiso de las startups españolas 

Sin duda, el cálculo de la huella de carbono es el primer paso para identificar estrategias de reducción de las emisiones. Un servicio que, por ejemplo, ofrece la startup estadounidense Cloverly, pero también las startups españolas E-verde, GreeMko, Ashiato o AgTech. Una vez medida la huella de carbono, hay que poner en marcha medidas concretas y rentables. 

Entre otras acciones, Jotelulu calcula y compensa su huella de carbono, establece procesos para una compra responsable o busca proveedores con una filosofía similar a la suya en términos de sostenibilidad. Además, esta startup española intenta concienciar a sus clientes a través de una herramienta que permite visualizar de forma inmediata el ahorro de emisiones favorecido por el uso de su plataforma. Publica también un informe donde analiza su huella de carbono, que incluye las emisiones producidas por los desplazamientos del personal. 

Las medidas de reducción de las emisiones pueden integrarse con las de neutralización, acciones que buscan compensar las emisiones con otras actividades más eficientes o con más retorno en términos de imagen. Por ejemplo, la producción de energía renovable o la plantación de árboles. 

Este tipo de medidas ayudan a paliar, en parte, la contradicción de una revolución digital que apuesta por la lucha contra el cambio climático, pero se basa en servidores que son consumidores intensivos en energía. 

“La transición energética hacia las renovables resolverá esta contradicción: el día que lleguemos al 100% de electricidad verde, la huella de carbono de los servidores que alimentan la revolución digital desaparecerá”, explica Francisco Benedito.  

¿Y qué se puede hacer hasta entonces? ¿Qué tecnologías nos ayudarán a compensar esas emisiones de carbono? “Mientras no sea el caso, calcular la huella de carbono y compensarla será necesario. Además del uso de créditos de carbono trazables y verificables como los que ofrecemos en el marketplace de ClimateTrade, una de las tecnologías disruptivas que nos ayudará a compensar estas emisiones son los sistemas de captura de carbono a nivel local”, añade Benedito.  

Algunas de esas tecnologías que menciona son los dispositivos de filtración del aire que desarrollan empresas como Biomitech o mecanismos de waste to energy que permiten procesar con bajo coste y en local basuras que, de otra forma, generarían altas emisiones de metano a la atmósfera. 

Por su parte, Benedito asegura no concebir “la innovación sin una responsabilidad social”. Algo en lo que su empresa coincide con Jotelulu: “todos somos responsables, como individuos y como empresas”, finaliza. 

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