En el Future Trends Forum, Eden Shochat (Aleph VC) explica por qué el capital riesgo aún no apuesta fuerte por la fusión y qué debe cambiar para que lo haga
Durante el Future Trends Forum sobre energía de fusión, organizado por la Fundación Innovación Bankinter, más de veinte expertos internacionales compartieron su visión sobre esta tecnología transformadora. Uno de los enfoques más provocadores fue el de Eden Shochat, socio en el fondo de capital riesgo Aleph y patrono de la Fundación. Con un estilo directo y sin concesiones, Shochat lanza una advertencia clara: si la fusión quiere atraer capital riesgo, debe entender las reglas del juego.
Para Shochat, no basta con tener la mejor tecnología del mundo. Hace falta una narrativa clara, una estrategia de riesgo bien definida y una comprensión profunda de los incentivos que mueven al venture capital. Porque, como él mismo señala, “el dinero no es el problema. El problema es cómo lo desplegamos de forma viable”.
Si quieres ver la ponencia de Eden Shochat en el Future Trends Forum, aquí la tienes:
Eden Shochat: «Investment in Fusion» #FusionForward
Mucho dinero, pocas oportunidades viables
Eden Shochat no se anda por las ramas: el capital riesgo no tiene problema de liquidez, pero sí de foco. Según el inversor israelí, hoy hay más capital disponible que nunca, especialmente en tecnologías de frontera. El problema es que la mayoría de los proyectos de fusión aún no saben hablar su idioma.
“La tecnología puede ser brillante, pero si el riesgo no está bien acotado, ningún inversor serio va a entrar.”
Shochat destaca que los fondos de venture capital no temen al riesgo; lo que buscan es riesgo comprensible y asumible. Y en ese sentido, muchas startups de fusión siguen operando bajo lógicas académicas o industriales, sin traducir su propuesta a una narrativa de negocio escalable.
Para que el sector sea invertible, hace falta estructurarlo mejor. Eso implica dividir los retos técnicos en bloques más abordables, identificar qué partes son “invertibles” hoy, y construir modelos de negocio viables a partir de ahí. No se trata de esperar al reactor perfecto, sino de empezar a invertir en componentes, software, simulación, automatización o materiales.
“El error es pensar que solo hay que financiar el reactor. Hay muchas otras capas donde se puede crear y capturar valor, con horizontes más realistas.”
Shochat insiste en que, para atraer capital riesgo, la industria de la fusión necesita contar historias de negocio, no solo historias de ciencia. Y eso pasa por formar a los fundadores, construir equipos híbridos y diseñar vehículos financieros que encajen con los plazos y retornos del venture capital.
De la ciencia a la narrativa invertible
Para Eden Shochat, uno de los errores más frecuentes de los equipos científicos es creer que los datos hablan por sí solos. Pero en el mundo del capital riesgo, los datos necesitan narrativa. Sin una historia clara, concreta y ambiciosa que conecte la tecnología con el mercado, no hay inversión.
“No basta con explicar cómo funciona tu tecnología. Tienes que explicar por qué debería importar a alguien con 50 millones para invertir.”
En ese sentido, Shochat no critica la ambición científica del sector de la fusión, sino su falta de arquitectura narrativa. Lo que falta no son papers, sino modelos de crecimiento. Inversiones con hitos que se puedan demostrar y certificar. Hoja de ruta de creación de valor. Un storytelling que no sea humo, pero que tampoco sea únicamente de física fundamental.
Esa narrativa debe incluir:
- Un mercado claro al que se dirige la solución (aunque sea intermedio o parcial).
- Una ventaja competitiva tangible, no solo técnica sino también económica.
- Un uso del capital creíble, con lógica de escalado.
- Una visión de impacto, que conecte con tendencias estratégicas (defensa, IA, sostenibilidad…).
El objetivo no es “vender humo”, sino construir una propuesta invertible, capaz de sobrevivir fuera del entorno científico. Según Shochat, muchas veces hace falta un cambio cultural en los equipos fundadores: incorporar perfiles con mentalidad de producto, estrategia y mercado, sin perder la excelencia técnica.
“Los inversores no entramos en Excel. Entramos en hipótesis plausibles, bien contadas, y respaldadas por talento con hambre.”
Para que la fusión avance, no basta con avanzar en el laboratorio. Hay que avanzar también en el lenguaje, el enfoque y la estrategia. Solo así, concluye, el dinero encontrará a la ciencia.
Qué necesita ver un inversor para apostar por fusión
Shochat no dice que el capital riesgo no pueda entrar en fusión. Dice que aún no hay suficientes oportunidades que tengan sentido desde la lógica del venture capital. Pero eso puede cambiar. ¿Qué necesita ver un inversor como él para tomar la decisión?
1. Ventanas de oportunidad intermedias
El camino hacia un reactor comercial puede durar décadas, pero eso no significa que no haya valor antes. Shochat insiste en buscar lo que llama “ventanas de rentabilidad”: puntos intermedios donde una tecnología, un componente o una solución puede ya generar ingresos o captar demanda en otros sectores (IA, defensa, aeroespacial…).
“Si el único retorno posible está en 2045, no es una inversión de venture capital. Es una subvención.”
2. Estrategias de riesgo diversificado
El VC asume riesgo, pero espera retornos rápidos si hay éxito. En fusión, eso implica romper el riesgo en capas: técnica, regulatoria, de mercado, de producto. Cuanto más delimitado esté cada riesgo y mejor se comprenda su evolución, más financiable será el proyecto.
3. Fundadores con mentalidad de ejecución
La tecnología puede ser excelente, pero si el equipo no sabe vender, gestionar recursos, contratar talento y pivotar cuando hace falta, la empresa no avanza. Shochat pone mucho foco en los fundadores: quiere ver hambre, claridad y capacidad de decisión.
“No invierto en gente que espera a que algo pase. Invierto en gente que hace que pase.”
4. Modelos de negocio con elasticidad
Un buen proyecto debe demostrar que puede escalar. Eso significa que el uso del capital genera multiplicadores reales (en producto, clientes, tecnología). Si cada millón solo permite sobrevivir 12 meses sin progresar, no es inversión: es soporte vital.
En resumen, el mensaje de Shochat es claro: el dinero está ahí, pero el sector tiene que aprender a pedirlo bien. Y eso implica pensar como industria, no solo como ciencia.
Invertir bien o quedarse fuera
La intervención de Eden Shochat en el Future Trends Forum no fue complaciente. Fue directa, incómoda para algunos, pero necesaria. Porque si Europa -y el mundo científico en general- quiere atraer al capital riesgo hacia la fusión, necesita dejar de pensar como laboratorio y empezar a pensar como ecosistema empresarial.
Shochat no dice que la fusión no sea una buena apuesta. Dice que aún no está formulada de forma invertible. Y eso es una oportunidad perdida. Si no se crean las condiciones adecuadas -narrativas, equipos, estrategias, estructuras financieras-, el dinero irá a otra parte. A otras tecnologías, a otros países, a otros proyectos que sí saben cómo convertir riesgo en valor.
“No basta con que la fusión funcione. Tiene que encajar en el modelo de inversión actual si queremos que despegue.”
Desde la Fundación Innovación Bankinter, lo tenemos claro: el reto no es solo tecnológico, es de arquitectura de futuro. Por eso seguimos analizando, conectando y amplificando las voces que pueden ayudar a convertir la energía de fusión en una industria real. Con talento, con visión… y con inversión bien dirigida.
Este artículo es parte del análisis que hemos realizado desde la Fundación Innovación Bankinter. El informe completo, Energía de Fusión: una revolución energética en marcha, recoge las aportaciones de más de veinte expertos internacionales y define los cinco ejes críticos para escalar la energía de fusión como motor climático, económico y tecnológico.
Descárgalo aquí y descubre en detalle cómo podemos construir hoy el sistema energético de mañana.
Y si te interesa seguir explorando esta transformación, no te pierdas las próximas entregas de la serie Fusion Forward, donde seguimos acercando a la sociedad -con rigor y visión- las claves del futuro energético que ya se está diseñando.
Socio en Aleph