Espacio
El espacio como industria

Las órbitas terrestres son el entorno donde se desarrollara la industria espacial.
Uno de los temas más críticos para entender la industria en el espacio y las oportunidades que presenta, es conocer el entorno en el que se desarrolla, es decir, cómo se definen las órbitas y qué iniciativas se dan en cada una de ellas.
Las principales órbitas del espacio son:
El récord de inversiones en nuevas empresas relacionadas con el Espacio estuvo en 280.000 millones de dolores en 2016 en un mercado valorado globalmente en 339.000 millones de dólares. Pero según las estimaciones del Bank of America Merrill Lynch, de aquí al año 2045, el valor de ese mercado se multiplicará por 8, alcanzando los 2.7 billones de dólares.
El desarrollo de cohetes reutilizables y la cada vez mayor demanda de conectividad en sitios remotos –aún hay unos 4.000 millones de personas sin acceso a Internet– o en movilidad, junto con la cada vez mayor necesidad de monitorizar el medio ambiente, incluyendo aquí las predicciones meteorológicas contribuirán a este crecimiento.
La inversión se divide básicamente en tres campos:

Cohetes
En primer lugar está la fabricación de los cohetes que se encargan de lanzar toda la variedad de satélites, sondas y naves espaciales. Sin ellos de poco sirve fabricar satélites, sondas, o naves espaciales de ningún tipo.
Satélites
Luego viene la fabricación de satélites, sean del tipo que sea, incluyendo los de observación terrestre y los de comunicaciones, por citar un par de ejemplo, y la de sondas espaciales que van más allá de la Tierra y la de naves de carga y tripuladas.
Sistemas de control
Luego está la fabricación de los sistemas e infraestructuras de control y comunicaciones que permiten utilizar y explotar los satélites y sondas una vez puestos en órbita.
Los gobiernos son, por ahora, los que llevan la iniciativa en cuanto a inversión en el espacio, a menudo contratando con grandes empresas tradicionales de la industria aeroespacial el diseño, construcción y lanzamiento de sus proyectos.
Así que falta por ver qué parte de estos 2,7 billones de dólares citados son de la industria privada. Pero se estima que de junio de 2017 a junio de 2018 la iniciativa privada invirtió 3.400 millones de dólares en el espacio, y es una cifra que se los análisis coinciden en que crecerá gracias a los avances en tecnología ya costes cada vez más bajos que permiten desarrollar satélites y lanzadores a precios hasta no hace mucho impensables. De hecho cada vez hay más empresas privadas aparte de las tradicionales de la industria aeroespacial que se están metiendo en el mercado arriesgando sus propios fondos en proyectos sin ningún tipo de respaldo gubernamental.