Desarrollo Económico
Metaverse-as-a-Service: cada empresa tendrá un metaverso a su medida

El metaverso como servicio es una de las ideas disruptivas que pueden cambiar el ecosistema empresarial.
En la lista de ideas disruptivas se encuentra el metaverso que se postula como uno de los futuros espacios de trabajo de la Web3. Dentro de este ecosistema, el metaverso como servicio busca facilitar a las empresas el despliegue de sus propios entornos virtualizados. Este MaaS permitirá a cualquier negocio configurar su espacio dentro del metaverso.
¿Qué es el ‘metaverso como servicio’?
El metaverso como servicio, castellanización de Metaverse-as-a-service (MaaS, no confundir con Mobility-as-a-Service), es una futura solución empresarial que hará posible a las organizaciones el desarrollar y fortalecer su presencia en el mundo virtual 3D. El MaaS es un servicio a través del cual las marcas pueden crear lugares digitales para cubrir sus necesidades.
- En el modelo SaaS, Software-as-a-Service, las empresas operan software en la nube, sin poseer el software.
- En el modelo DaaS, Device-as-a-Service, las organizaciones usan dispositivos sin pasar por su adquisición.
El Metaverse-as-a-service tendrá una mecánica similar al SaaS o el DaaS: plataformas de metaverso ‘alquilarán’ la posibilidad de que las empresas diseñen su propio entorno. Decentraland ya ha celebrado su primera Fashion Week, y la plataforma Next Earth ya está diseñando este nuevo ecosistema.
Soportado sobre tecnología ya conocida, como es la blockchain, la inteligencia artificial o la realidad extendida (XR), y usando herramientas como los tókenes no fungibles (NFT), el metaverso como servicio espera convertirse en la próxima capa de trabajo. Una que funcione sobre la siguiente iteración de internet.

Interoperabilidad en el metaverso, punto básico
Al igual que ocurre con la Web 1.0, el metaverso debe fomentar la interoperabilidad entre universos virtualizados. Debe permitir que los usuarios pasen de un entorno a otro al igual que las páginas web permiten ir de una a otra con enlaces. Esto es algo que la Web 2.0 no tuvo en cuenta en sus inicios, y que se sospecha será corregido con plataformas descentralizadas.
El objetivo de la interoperabilidad es evitar que los metaversos se conviertan en islas virtuales aisladas entre sí, dado que probablemente eso signifique que no superarán su fase de maduración. Esta interoperabilidad se puede conseguir mediante avatares e identificadores únicos respaldados con claves criptográficas soportadas mediante NFT. Dado que aún no hay estándares, esto es un ejemplo.
En ‘Ready player one’, la famosa novela de Ernest Cline (2011) y después película (2018), los usuarios cambiaban continuamente de metaverso simulado según sus gustos y necesidades. Diferentes pasarelas conectaban estos mundos virtuales entre sí y facilitaban la movilidad de los avatares. Sin un sistema de navegación así, es difícil que el metaverso como servicio.
Las ideas disruptivas necesitan ergonomía y facilidad
Otra de las mayores barreras al uso de la realidad virtual, aumentada, mixta y extendida —y por tanto barrera del Metaverso como Servicio— es la plétora de dispositivos necesarios para ‘entrar’ a estos mundos virtualizados. Si para acceder a una reunión de trabajo hay que ponerse gafas VR, es poco probable que los empleados quieran usar el MaaS.
Sistemas como Decentraland se han dado cuenta que conviene permitir un uso no necesariamente inmersivo a los usuarios, dándoles la posibilidad de usar una pantalla convencional para acceder al metaverso. Es difícil resistirse al path dependency de las pantallas planas: son ergonómicas, fáciles de producir y baratas tras décadas de industria. Y el metaverso lo sabe.
Para que el Metaverso como Servicio tenga el éxito que se espera de él, será necesario el nacimiento de estándares que mejoren la usabilidad, faciliten la interoperabilidad, establezcan normas que aumenten la seguridad de cara al usuario o hagan sencilla la configuración por parte de las empresas, entre otros factores deseables. Después de todo, no todas las ideas disruptivas triunfan.