EmbodiedAI
Embodied AI en el hogar: el futuro de la asistencia inteligente

La IA física está transformando la vida en el hogar con robots asistentes y automatización avanzada. Descubre cómo la Embodied AI redefine la interacción entre humanos y tecnología con la visión de Sonia Chernova
La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser solo software para integrarse en el mundo físico. En el Future Trends Forum de la Fundación Innovación Bankinter, un grupo de 40 expertos internacionales ha analizado la transformación de la IA física (Embodied AI) y su impacto en la sociedad. Dentro de este marco, Sonia Chernova, Profesora Asociada en Georgia Tech y Directora del Robot Autonomy and Interactive Learning (RAIL), expone cómo la tecnología está redefiniendo la asistencia a personas mayores, los hogares inteligentes y la interacción entre humanos y máquinas.
En su intervención, Chernova plantea una visión innovadora: los robots no necesitan parecerse a los humanos para ser útiles. Y, en algunos casos, ni siquiera tienen que parecer robots.
Puedes ver la ponencia de Sonia Chernova aquí:
Sonia Chernova: “Accounting for users in Embodied AI development” #EmbodiedAIForum
El hogar como un gran robot asistencial
En los últimos tres años, Chernova ha trabajado con un equipo interdisciplinario en el desarrollo de tecnologías de hogar inteligente enfocadas en la asistencia a personas mayores. Su investigación, realizada en colaboración con universidades y hospitales, demuestra que un entorno inteligente puede mejorar la independencia y calidad de vida de los adultos mayores.
Estos hogares cuentan con sensores que detectan acciones cotidianas como abrir una puerta, encender la televisión o moverse por la casa. La IA, además de recopilar datos, actúa: puede hablar con el usuario, enviar alertas o mostrar información en una pantalla o aplicación móvil. “Es como estar dentro de un robot”, explica Chernova, destacando que esta tecnología es un tipo de IA física, aunque no tenga una forma tangible como la de un androide.
El objetivo principal es permitir que los adultos mayores vivan de manera autónoma el mayor tiempo posible, proporcionando asistencia en tareas diarias sin invadir su privacidad. Para lograrlo, los sistemas trabajan en conjunto con cuidadores, familiares y profesionales de la salud, brindándoles herramientas para monitorizar la seguridad de sus seres queridos sin necesidad de estar físicamente presentes.

Fuente: Ponencia de Sonia Chernova
El reto de la personalización: cada usuario, un mundo
Uno de los principales desafíos en la implementación de la IA en hogares inteligentes es que cada vivienda y cada persona tienen necesidades diferentes. “No hay una solución única para todos”, advierte Chernova. Un sistema que funciona bien para un usuario puede no ser adecuado para otro, y las preferencias personales influyen en cómo la tecnología debe adaptarse.
Por ejemplo, en estudios sobre lo que los adultos mayores esperan de los robots, los resultados han sido sorprendentes. Preguntas como “¿quieres que el robot guarde tus compras?” generan respuestas extremas: algunos usuarios lo ven como una ayuda esencial, mientras que otros lo rechazan completamente, preocupados por perder el control sobre sus pertenencias.
Otro caso ilustrativo es el de Henry Evans, un hombre cuadripléjico que trabaja con la comunidad de robótica para diseñar soluciones asistenciales. Cuando probó un robot experimental, los ingenieros esperaban que lo usara para beber agua o peinarse. Sin embargo, su primer movimiento fue recoger una flor y dársela a su esposa. Este gesto, completamente inesperado por los desarrolladores, demuestra que la personalización y la capacidad de adaptación son fundamentales en el diseño de tecnologías asistenciales.
¿Cómo crear tecnología que entienda las necesidades humanas?
Dado que anticipar las necesidades de los usuarios es casi imposible, Chernova aboga por incluir a las personas usuarias de los robots en el proceso de diseño desde el primer día. En su laboratorio, han desarrollado robots proactivos que interrumpen a los usuarios para ofrecer ayuda, pero han descubierto que el momento y la forma en que un robot interrumpe a una persona es clave para su aceptación.
Un estudio ha demostrado que cuando los robots preguntaban directamente si podían ayudar, la respuesta variaba según la personalidad del usuario y su contexto. Si el robot era demasiado insistente, generaba rechazo. Si no intervenía en absoluto, se percibía como inútil. Encontrar el equilibrio es un reto, y la única forma de hacerlo bien es experimentando con los usuarios desde el inicio del desarrollo.
El papel de los modelos de lenguaje en la IA física
Uno de los avances recientes que está transformando la IA física es el uso de modelos de lenguaje de gran tamaño (LLMs) para mejorar la capacidad de los sistemas de entender y responder a las necesidades humanas. Sonia Chernova destaca que el lenguaje es una forma de abstracción semántica que nos permite comprender y procesar el mundo de manera más eficiente. Aplicado a la IA en el hogar, esto significa que, en lugar de depender de reglas programadas manualmente, los sistemas pueden aprender y adaptarse de manera más flexible.
Un ejemplo de esta aplicación es el reconocimiento de actividades humanas en hogares inteligentes. Tradicionalmente, cada nuevo entorno requería recopilar grandes volúmenes de datos para entrenar un sistema específico. Sin embargo, con el uso de LLMs combinados con datos sensoriales, es posible generalizar patrones de comportamiento sin necesidad de reentrenamiento intensivo. Esto ha sido un gran avance en la personalización de la asistencia para personas mayores, ya que permite que la IA entienda mejor los hábitos individuales sin invadir su privacidad.
A pesar de sus ventajas, el uso de LLMs en la IA física también plantea desafíos. Chernova advierte sobre el fenómeno de la “explicabilidad poco fiable”, en el que los modelos generan respuestas altamente persuasivas, pero no siempre precisas. En ámbitos críticos como la salud, esto puede llevar a decisiones equivocadas. Por ello, los investigadores trabajan en desarrollar modelos que no solo sean más interpretables, sino que también generen confianza en los usuarios y profesionales que dependen de ellos.
El dilema de la privacidad en los hogares inteligentes
A pesar de los avances, la privacidad sigue siendo una barrera importante. La IA en hogares inteligentes no puede permitirse recopilar datos invasivos, pero al mismo tiempo, necesita información suficiente para asistir eficazmente a los usuarios.
Un caso concreto es la detección de la alimentación en adultos mayores. Para los médicos, saber si una persona ha comido es crítico, ya que olvidarse de alimentarse es un síntoma común en enfermedades como el deterioro cognitivo. Sin embargo, la actual tecnología de sensores no puede diferenciar si alguien está mirando la televisión o comiendo frente a ella, lo que complica la automatización de recordatorios y alertas.
El equilibrio entre privacidad y funcionalidad sigue siendo un reto clave en el desarrollo de tecnología asistencial en el hogar.
Robots en el hogar: asistentes, no sustitutos
Si bien la imagen clásica de la robótica sugiere androide humanoides, Chernova enfatiza que los robots más útiles en el hogar no necesariamente tendrán forma humana. Desde asistentes virtuales hasta dispositivos autónomos que ayudan en tareas específicas, la IA física está evolucionando para integrarse en el entorno sin necesidad de un cuerpo definido.
Un ejemplo de esta tendencia es la automatización de hogares para personas con movilidad reducida, donde en lugar de un robot ayudante, las casas mismas se convierten en entornos inteligentes que responden automáticamente a las necesidades de los residentes.
El futuro de la IA en el hogar: más accesibilidad, más personalización
El desarrollo de la IA física aplicada al hogar sigue avanzando, y las investigaciones de Chernova y su equipo demuestran que la clave para el éxito es la adaptabilidad y la inclusión del usuario en el proceso de diseño. A medida que esta tecnología evolucione, veremos sistemas cada vez más integrados en nuestra vida cotidiana, proporcionando asistencia de manera más discreta, accesible y eficiente.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la IA en el hogar es la convivencia con las rutinas y dinámicas familiares. No todas las personas interactúan con la tecnología de la misma manera ni tienen el mismo nivel de confianza en los sistemas automatizados. Por ello, los desarrolladores trabajan en interfaces intuitivas y sistemas de aprendizaje continuo, capaces de ajustarse a las necesidades cambiantes de cada usuario sin que estos deban reconfigurar constantemente sus preferencias.
Otro punto clave es la interoperabilidad entre dispositivos. Hoy en día, los hogares inteligentes combinan asistentes de voz, sensores, cámaras y electrodomésticos conectados, pero muchos de estos sistemas funcionan de manera independiente. En el futuro, la IA deberá actuar como un orquestador central, integrando todos los dispositivos del hogar para ofrecer una experiencia fluida y eficiente.
Además de la adaptación de funciones, la personalización se basará en la comunicación entre la IA y el usuario. Los avances en procesamiento del lenguaje natural permitirán que los sistemas comprendan mejor el contexto y las emociones de los residentes, ajustando sus respuestas para ser más empáticos y útiles en cada situación.
La accesibilidad es otro aspecto fundamental. Las personas con discapacidades o limitaciones cognitivas serán algunas de las más beneficiadas con la evolución de la IA en el hogar. Las interfaces basadas en comandos de voz, gestos o incluso señales biométricas facilitarán la interacción sin necesidad de depender de pantallas o dispositivos físicos. Esto abrirá nuevas oportunidades para la inclusión de personas mayores o con movilidad reducida.
En el ámbito de la seguridad y la privacidad, será imprescindible que la IA garantice una gestión transparente de los datos. Los usuarios demandarán mayor control sobre la información recopilada y almacenada, así como mecanismos que permitan configurar distintos niveles de privacidad. En este sentido, se prevé el desarrollo de modelos de procesamiento local que reduzcan la necesidad de enviar datos a la nube, minimizando los riesgos de vulneraciones de seguridad.
La IA física aplicada a los hogares inteligentes promete una revolución en la asistencia a personas mayores y la autonomía en la vida cotidiana. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de adaptación a cada usuario, el respeto a la privacidad y la inclusión de los propios usuarios en el desarrollo de la tecnología. Sonia Chernova nos recuerda que
“el futuro de la robótica no está en construir máquinas que nos imiten, sino en diseñar entornos que nos entiendan.”