EmbodiedAI

Embodied AI: Inteligencia Artificial Física para un Mundo Mejor

Embodied AI: Inteligencia Artificial Física para un Mundo Mejor

Cómo la IA física puede ayudar a resolver los grandes desafíos globales, según Leila Takayama

La inteligencia artificial está saliendo del mundo digital y entrando en el físico. Desde robots en la agricultura hasta drones que entregan suministros médicos en zonas remotas, la IA física (Embodied AI) está cambiando la forma en que interactuamos con la tecnología. Su potencial no solo radica en la automatización, sino en su capacidad para abordar algunos de los retos más urgentes de la humanidad.

En el Future Trends Forum de la Fundación Innovación Bankinter, expertos internacionales han debatido sobre el impacto de la IA física y su evolución en diversos sectores. Esta serie de artículos recoge las visiones de líderes en el campo, como Jeremy KahnAntonio Damasio y Ramón López de Mántaras. Ahora es el turno de Leila Takayama, experta en interacción humano-robot y Vicepresidenta de Diseño en Robust.AI.

Takayama explora un enfoque innovador: ¿cómo podemos aplicar la IA física para resolver problemas globales como los que pretenden resolver los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)? A través de casos concretos, nos muestra cómo la IA encarnada puede marcar una diferencia real en el mundo.

Puedes ver la ponencia completa de Leila Takayama en el Future Trends Forum aquí:

“AI and Sustainable Development Goals” #EmbodiedAIForum

Embodied AI: tecnología con Propósito

La inteligencia artificial ya no es solo software. Ahora tiene cuerpo, presencia en el mundo físico y el potencial de transformar sectores clave de la sociedad. Este cambio de paradigma está impulsando avances en múltiples industrias, pero su impacto más relevante puede estar en su capacidad para resolver algunos de los desafíos más urgentes de la humanidad.

En su intervención en el Future Trends ForumLeila Takayama plantea una pregunta fundamental: ¿cómo podemos aplicar la IA física (Embodied AI) para generar un impacto real en la sociedad? Su enfoque se centra en que estas tecnologías, además de diseñarse para optimizar procesos, deben alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para abordar problemas críticos como el hambre, la salud y el empleo.

Según Takayama, el verdadero valor de la IA física no está en la automatización en sí misma, sino en su capacidad para amplificar las capacidades humanas y mejorar la calidad de vida. Para ello, destaca tres ODS en los que la IA física ya está demostrando su potencial:

  1.  Mediante la automatización en la agricultura, la IA física puede optimizar cultivos, reducir el desperdicio de alimentos y hacer que la producción de alimentos sea más eficiente y sostenible.
  2.  Robots y drones están mejorando el acceso a atención médica en zonas rurales y ayudando a combatir problemas globales como la soledad o la falta de suministros médicos en hospitales remotos.
  3.  La IA física no solo automatiza tareas, sino que también puede generar nuevas oportunidades laborales, mejorando la seguridad en el trabajo y permitiendo la integración de más personas en la economía digital.

Takayama enfatiza que el diseño de la IA física debe centrarse en el beneficio social y la colaboración humano-máquina. En lugar de desarrollar robots que operen de forma independiente, la clave está en diseñar sistemas que trabajen junto a las personas, complementando sus habilidades y ayudándolas a afrontar los retos del mundo real.

En los siguientes apartados, exploraremos ejemplos concretos de cómo la IA física está contribuyendo a estos ODS y cómo su implementación puede transformar industrias esenciales para el desarrollo humano.

Agricultura inteligente: robots contra el Hambre

El hambre sigue siendo uno de los problemas más urgentes a nivel global. A pesar de los avances en tecnología agrícola, más de 700 millones de personas en el mundo sufren desnutrición. La IA física está emergiendo como una herramienta clave para mejorar la producción de alimentos y hacerla más eficiente, sostenible y accesible. Según Leila Takayama, la integración de robots en la agricultura puede reducir el desperdicio, optimizar recursos y facilitar el acceso a tecnología incluso para pequeños agricultores.

Uno de los ejemplos más destacados es SenseFly EB, un dron que permite realizar una monitorización precisa de cultivos. Gracias a sensores avanzados, puede identificar problemas en las plantas antes de que sean visibles a simple vista, permitiendo intervenciones rápidas y reduciendo la necesidad de pesticidas y fertilizantes. Este tipo de tecnología se está usando en agricultura de precisión, donde los datos recolectados permiten aplicar productos químicos solo donde se necesitan, minimizando el impacto ambiental y mejorando la eficiencia.

En el Reino Unido, la Small Robot Company ha desarrollado una flota de robots agrícolas diseñados para trabajar en granjas de todos los tamaños. Estos robots pueden mapear campos, eliminar malezas sin usar químicos y optimizar el uso del agua y fertilizantes, reduciendo los costes operativos para los agricultores. Esta tecnología está ayudando no solo a las grandes explotaciones, sino también a pequeñas granjas que, de otro modo, no tendrían acceso a este nivel de automatización.

Otro enfoque innovador es el de Farm-NG, una empresa que desarrolla robots modulares y personalizables para agricultores de pequeña y mediana escala. Estos sistemas permiten a los agricultores adaptar los robots a diferentes tareas, como la siembra, la cosecha o incluso la eliminación de maleza mediante métodos no químicos, como el uso de calor. Este tipo de soluciones permiten una mayor flexibilidad y accesibilidad para agricultores que no pueden permitirse maquinaria agrícola tradicional de gran tamaño.

Además de la producción en campo, la IA física está revolucionando la agricultura urbana y vertical. Empresas como Plenty están utilizando robótica e inteligencia artificial para cultivar alimentos en espacios cerrados, como antiguos almacenes o estructuras verticales en ciudades. Estas granjas de interior permiten cultivar productos frescos durante todo el año, independientemente del clima, y reducen la dependencia de transporte de larga distancia, lo que disminuye la huella de carbono de la producción de alimentos.

El impacto de estos avances es claro: la IA física está ayudando a mejorar la eficiencia de la producción agrícola, reducir el uso de recursos y minimizar el impacto ambiental. Sin embargo, Takayama advierte que para que esta tecnología realmente marque la diferencia a nivel global, debe ser accesible para todos los agricultores, no solo para las grandes corporaciones. La clave está en desarrollar soluciones escalables que puedan beneficiar tanto a los pequeños productores como a las grandes explotaciones.

A medida que la población mundial sigue creciendo, el papel de la IA física en la producción de alimentos será cada vez más relevante. La automatización y el uso inteligente de datos pueden marcar la diferencia en la lucha contra el hambre, pero solo si se implementan de manera inclusiva y sostenible.

IA Física en la Salud: Más Allá de los Hospitales

El acceso a la salud sigue siendo una de las mayores desigualdades a nivel global. La inteligencia artificial aplicada a la medicina ha revolucionado la forma en que se diagnostican enfermedades y se administran tratamientos, pero la IA física (Embodied AI) está dando un paso más allá: robots y sistemas autónomos están mejorando el acceso a la salud en lugares donde la infraestructura médica es limitada y ofreciendo apoyo en el cuidado de personas mayores o en situación de vulnerabilidad.

En su intervención en el Future Trends Forum, Leila Takayama destaca cómo la IA física ya está transformando el sector sanitario en múltiples frentes. Desde drones que transportan suministros médicos hasta robots asistenciales que acompañan a personas mayores, estos avances tecnológicos están ayudando a resolver problemas reales y urgentes.

Drones y logística sanitaria: salvar vidas en minutos

Uno de los ejemplos más impactantes que menciona Takayama es el caso de Zipline, una empresa que ha desarrollado un sistema de drones de entrega médica en África. En países como Ruanda y Ghana, donde las carreteras en zonas rurales pueden ser intransitables y los hospitales carecen de suministros constantes, estos drones han reducido en un 50% las muertes por hemorragia postparto al permitir la entrega rápida de bolsas de sangre. Antes, el traslado de estos suministros podía tardar horas o incluso días; ahora, un dron puede entregar la sangre adecuada en cuestión de minutos, asegurando que los médicos tengan lo que necesitan en el momento preciso.

La capacidad de estos sistemas no se limita a la entrega de sangre. Los drones autónomos también están siendo utilizados para transportar vacunas, medicamentos y otros insumos esenciales en regiones remotas. Este tipo de innovación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en comunidades con acceso limitado a la atención médica.

Robots asistenciales: más que máquinas, compañeros de vida

El envejecimiento de la población es otro desafío sanitario que la IA física está ayudando a abordar. Con un número creciente de personas mayores viviendo solas, la demanda de robots de asistencia ha crecido de manera significativa en los últimos años. Estos sistemas no buscan sustituir a los cuidadores humanos, sino ofrecer apoyo en el día a día, fomentar la independencia y mejorar la calidad de vida de quienes los utilizan.

Un caso emblemático es ElliQ, el robot desarrollado por Intuition Robotics, cuyo fundador y CEO, Dor Skuler, participó en nuestro foro, y cuya misión es reducir la soledad y mejorar la salud emocional de las personas mayores. ElliQ interactúa proactiva y contextualmente con sus usuarios, recordándoles tomar su medicación, alentándolos a mantenerse activos o simplemente iniciando una conversación para reducir el aislamiento social. Su diseño se basa en estudios de interacción humano-máquina, buscando que la relación con el usuario sea más natural y empática.

El papel de la IA física en la sanidad no se limita a la logística y el acompañamiento. Los robots también están siendo utilizados en cirugías asistidas, rehabilitación y fisioterapia, y en el apoyo a personas con movilidad reducida. La combinación de aprendizaje automático, sensores avanzados y capacidades físicas autónomas está permitiendo el desarrollo de sistemas cada vez más sofisticados.

Durante el Future Trends Forum, otros expertos han abordado esta temática desde diferentes ángulos, explorando el impacto de la IA física en la atención médica personalizada, la automatización en hospitales y la integración de robots en el día a día de los pacientes. En próximos artículos de esta serie, profundizaremos en estas perspectivas para entender cómo la IA física está revolucionando el cuidado de la salud a nivel global.

Trabajo y Robots: IA para un Crecimiento Económico Inclusivo

El debate sobre la automatización y el empleo lleva años en el centro de la conversación sobre el futuro del trabajo. Mientras algunos temen que los robots y la IA reemplacen empleos humanos, Leila Takayama plantea una visión diferente: la IA física no tiene por qué ser un sustituto del trabajo humano, sino una herramienta para hacerlo más seguro, eficiente y accesible. En su intervención en el Future Trends Forum, destaca cómo los avances en robótica colaborativa y automatización inteligente pueden generar nuevas oportunidades laborales, en lugar de destruirlas.

Un caso concreto es el robot de logística de Robust.AI, diseñado para trabajar junto a empleados en almacenes y fábricas. Este robot es completamente autónomo, pero también puede ser controlado manualmente si es necesario. En lugar de sustituir a los trabajadores, aumenta su eficiencia y reduce el esfuerzo físico, permitiendo un entorno laboral más seguro y productivo. 

Si bien la IA física está mejorando la productividad y la seguridad en muchos sectores, Takayama advierte que su adopción debe garantizar un crecimiento económico inclusivo. Para ello, es fundamental invertir en capacitación y adaptación de la fuerza laboral para que los trabajadores puedan beneficiarse de estos avances en lugar de quedar desplazados.

El impacto de la IA física en el empleo es un tema complejo y en constante evolución. Durante el Future Trends Forum, otros expertos han explorado esta cuestión desde diferentes perspectivas, analizando cómo las empresas pueden integrar la automatización sin generar desigualdades laborales y qué políticas pueden ayudar a una transición justa hacia un futuro del trabajo más automatizado.

En próximos artículos de esta serie, profundizaremos en estos debates y exploraremos casos concretos de cómo la IA física está cambiando la forma en que trabajamos. Lo que está claro es que la colaboración entre humanos y máquinas será clave en la construcción de un modelo económico más eficiente, inclusivo y sostenible.

Conclusión: IA Física con Propósito

Para Takayama, la clave al desarrollar IA física está en asegurarse de que su implementación tenga un impacto positivo en la sociedad. Los ejemplos analizados demuestran que cuando la IA física se usa con un propósito claro, puede marcar la diferencia en problemas globales como el hambre, la salud y el empleo.

También aconseja que su desarrollo debe ir acompañado de políticas responsables y un diseño centrado en las personas. No se trata solo de lo que la tecnología puede hacer, sino de cómo y para quién se desarrolla.

Así, la IA física se perfila como una herramienta clave para mejorar la vida de las personas, siempre que su implementación sea ética, inclusiva y orientada al bien común.

Otros artículos de esta serie sobre IA física:

Embodied AI: La inteligencia artificial que sale del mundo digital para habitar el físico por Jeremy Kahn

Embodied AI y el límite de la conciencia: la visión de Antonio Damasio


 

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