Akademia

Innovación y emprendimiento: la trayectoria inspiradora de Fran Conejos, antiguo alumno de Akademia

Innovación y emprendimiento: la trayectoria inspiradora de Fran Conejos, antiguo alumno de Akademia

De ingeniero a emprendedor en serie: explorando el mundo del no-code y la inteligencia artificial

En la Fundación Innovación Bankinter, nos sentimos muy orgullosos de los exalumnos que han formado parte de nuestro programa Akademia.

La singularidad del programa radica en su diseño y ejecución: abarca desde un meticuloso proceso de selección de estudiantes hasta un enfoque práctico y vanguardista en el contenido de las clases, complementado por la excelencia de los docentes. Esto resulta en alumnos entusiastas por la innovación, preparados para aportar ideas nuevas y soluciones creativas en sus respectivos campos.

En esta ocasión entrevistamos a Fran Conejos, antiguo alumno de Akademia, ingeniero industrial, emprendedor en serie -UrbanSherpas, Yexir, Helloumi, Landbot, esta última participada desde nuestro programa Venture Capital, surgido de la colaboración entre Fundación Innovación Bankinter y el equipo de Bankinter Capital Riesgo- y apasionado de las aplicaciones no-code (son aplicaciones o plataformas de programación que utilizan una interfaz de desarrollo visual para permitir a los usuarios no técnicos crear aplicaciones arrastrando y soltando aplicaciones de software para crear una aplicación completa) y de la inteligencia artificial (IA).

Fran también invierte en startups en fases Pre-Seed. Una de ellas es Zinkee, donde además ejerce de CMO (Chief Marketing Officer).

A continuación, resumimos la entrevista que mantuvimos con Fran:

¿Qué te motivó a unirte al programa Akademia y cómo descubriste esta oportunidad?

Hace más de una década, en el campus de la universidad, un simple cartel captó mi atención: «Para mentes inquietas, un programa de formación, de educación». Aquellas palabras resonaron en mí, que siempre me había sentido inquieto y curioso. Había estudiado ingeniería industrial, me había sumergido en la vida universitaria, pero aún buscaba algo más, algo que realmente encendiera mi pasión. Ese cartel de Akademia sentí que estaba hecho para mí. La idea de un programa diseñado para mentes inquietas me fascinó. Me consideraba alguien que nunca se conformaba, siempre buscando nuevos desafíos y aprendizajes. Así que, impulsado por esa conexión instantánea, decidí investigar más.

El proceso de selección para Akademia era riguroso, pero eso solo aumentó mi interés. No era un programa común; representaba un desafío, algo que me motivaba aún más. Me sumergí de lleno en el proceso, motivado por la promesa de un programa que parecía diseñado para alguien como yo.

¿Qué es lo que más te gustó de Akademia?

Akademia no es solo un programa educativo, sino una experiencia transformadora. Cambió mi forma de pensar, expandió mis horizontes y me conectó con ideas y personas extraordinarias.

Lo más destacado de mi experiencia en Akademia, sin duda, fue la inmersión en un entorno de innovación constante y la oportunidad de colaborar con profesionales y emprendedores excepcionales. Desde el primer momento, la influencia de figuras como Fernando Alfaro y Jaime Guillot fue fundamental. Jaime, con su experiencia en Demium y sus múltiples proyectos, aportaba una perspectiva única y enriquecedora. Cada sesión con ellos era una revelación, abriendo nuestras mentes a nuevos enfoques y formas de pensar.

La diversidad de puntos de vista presentados por los distintos emprendedores que nos visitaban era fascinante. La forma en que trabajábamos, aunque a veces incómoda, como el uso intensivo de LinkedIn, representaba un desafío interesante. Era una experiencia nueva y estimulante; innovar no solo en teoría, sino en la práctica. Esto era algo que no había experimentado antes, a pesar de venir de un instituto de investigación donde se hablaba mucho de innovación, pero donde la «verdadera innovación» parecía más una idea abstracta que una práctica real.

El programa Akademia fue un punto de inflexión, un «clic» en mi trayectoria. Fue un paso más en mi desarrollo, pero uno significativamente importante. Trabajar con perfiles tan variados y distintos entre sí, y colaborar con otros compañeros en un proyecto, fue una experiencia transformadora. No era el típico trabajo de clase; se abordaban las cosas de manera diferente, con una implicación y motivaciones más profundas, y con un grupo de gente cuya diversidad era en sí misma un ingrediente enriquecedor

Cuéntanos tu trayectoria hasta hoy, Fran

Mi trayectoria ha sido un viaje de aprendizaje y adaptación. Comencé siguiendo un camino bastante convencional: opté por estudiar ingeniería, una decisión influenciada por las expectativas familiares. Durante mis estudios, siempre trabajé, ganando experiencia en diversos empleos. Sin embargo, al terminar mi carrera, me di cuenta de que el mundo laboral tradicional no era lo que quería. Inspirado por el creciente mundo del emprendimiento, especialmente en Estados Unidos, y las nuevas aceleradoras en Valencia, decidí explorar este terreno. Poco después de mi experiencia en Akademia, junto con cuatro amigos, lanzamos UrbanSherpas, un servicio de delivery precursor de empresas como Glovo. A pesar de ser un equipo inexperto, estábamos determinados a replicar modelos de éxito vistos en EE.UU. Aunque UrbanSherpas no prosperó como esperábamos, fue una valiosa lección de emprendimiento.

Posteriormente, me encontré en Madrid, solo y gestionando una deuda significativa. UrbanSherpas se había transformado en una tienda online de entrega rápida, pero finalmente tuvimos que cerrar. Esta experiencia me enseñó la importancia del timing en los negocios. En ese momento, decidí trabajar como freelance para sanear mis finanzas.

Mi camino tomó un giro inesperado cuando conocí a un joven emprendedor chino. Juntos, importamos a España un modelo de negocio basado en un servicio de mayordomo virtual a través de WhatsApp. Esta iniciativa evolucionó y se convirtió en Yexir, y más tarde, en Landbot, un referente en el mercado de chatbots. Landbot fue un éxito, creciendo hasta convertirse hoy en una empresa con un equipo de 60 personas y una facturación de millones de euros. A pesar del éxito, el camino no fue fácil. Durante la escalada de Landbot a una Serie A de financiación, tuve desafíos personales importantes y decidí salir de Landbot vendiendo mi participación, lo que me proporcionó un respiro financiero.

Después de un período de recuperación, comencé a invertir en startups y me convertí en el director de marketing de Zinkee, tras invertir en ella. He continuado explorando el campo de la inteligencia artificial y las herramientas no-code, áreas que se alinean con mi experiencia en Landbot y Zinkee. Además, participo en el mundo de la formación, realizando talleres y workshops, aprovechando mi experiencia para inspirar y educar a otros.

Hoy, sigo involucrado en el ecosistema de startups, tanto como inversor como en roles operativos. Mi viaje desde Akademia hasta ahora ha estado lleno de aprendizajes, desafíos y evolución constante. He aprendido que el éxito en el emprendimiento no solo se trata de tener una buena idea, sino de adaptarse, aprender de los fracasos y encontrar el momento adecuado para cada iniciativa.

¿Qué aprendizajes destacarías de tu trayectoria como emprendedor?

Mi trayectoria como emprendedor ha sido una aventura llena de aprendizajes y desafíos constantes. Si tuviera que destacar algunos aprendizajes clave, empezaría por la importancia de conocerse y cuidar de uno mismo. En el frenético mundo del emprendimiento, donde las empresas evolucionan a un ritmo vertiginoso, es fundamental mantener un equilibrio entre la vida laboral y personal. Es fácil perderse en el día a día, apagando fuegos, sin embargo, es crucial no olvidar a las personas que te rodean, la familia y los amigos.

Otro aprendizaje vital ha sido la importancia de rodearse de las personas adecuadas. Emprender no es un viaje solitario; es un camino que se recorre mejor en buena compañía. La elección de un equipo con el que compartes valores, visión y existe empatía, es fundamental. He tenido la fortuna de trabajar con co-founders y equipos que han sido clave en el proceso. Las fricciones son inevitables, pero una buena gestión del equipo es crucial para superarlas.

La adaptabilidad y la resiliencia también son esenciales. He pivotado modelos de negocio unas 50 veces, enfrentándome a retos constantes y aprendiendo a manejar cambios drásticos. Cada cambio de modelo ha sido una oportunidad para aprender y adaptarse.

Un aspecto que no debe subestimarse es la gestión del riesgo. Emprender implica innovar, lo que conlleva asumir riesgos en un mercado lleno de competidores y cambios rápidos. También me parece importante saber trabajar con inversores y entender el juego de la inversión.

Finalmente, aprender de los fracasos es quizás el aprendizaje más importante. En el emprendimiento, es más probable tomar caminos incorrectos que acertar a la primera. Lo crucial es entender qué no funcionó y buscar alternativas que sí funcionen. Después de 12 o 13 años en este mundo, puedo afirmar que cada tropiezo es una oportunidad para aprender y crecer.

Una de las startups en las que has invertido es Zinkee, ¿a qué se dedica y cuál es su ventaja competitiva?

Zinkee se dedica a ofrecer soluciones innovadoras a las pymes mediante un modelo SaaS de no-code. La idea detrás de Zinkee es proporcionar un software de gestión de proyectos que se centra específicamente en la rentabilidad para las Pymes. Este concepto nace de la necesidad de las pymes de tener herramientas eficientes y accesibles para la gestión de sus proyectos y procesos internos. En el mercado ya existen soluciones como Airtable o Monday, pero Zinkee lleva esto a otro nivel al adaptarse completamente a las necesidades específicas de las pymes. Lo interesante de Zinkee es su flexibilidad, algo que resulta muy valioso para empresas que manejan múltiples proyectos, como constructoras o instaladoras. Estos proyectos suelen involucrar a varios equipos y requieren una coordinación eficaz, y nuestra plataforma se adapta perfectamente a estas necesidades. En comparación con los grandes y robustos ERPs, que necesitan una implantación compleja, Zinkee es mucho más sencillo de implementar y está orientado 100% a satisfacer las necesidades específicas de las pymes.

Nuestro objetivo es que cada cliente se convierta en autónomo en el uso y desarrollo del producto, adaptándolo a sus nuevas necesidades. La gran diferencia de Zinkee con respecto a cualquier alternativa existente en el mercado es su capacidad de adaptación y personalización, su enfoque en la rentabilidad para las pymes, y la autonomía que proporciona a los usuarios en el manejo y desarrollo del software según sus necesidades cambiantes.

¿En qué consiste el no-code, qué ejemplos hay y qué recorrido tiene?

El concepto de no-code es verdaderamente fascinante y su trayectoria, desde mi perspectiva, es un claro reflejo de cómo la tecnología puede democratizar la creación y el desarrollo de ideas. Descubrí este concepto mientras trabajaba en Landbot. Fue entonces cuando me di cuenta de que lo que hacíamos en Landbot era, de hecho, no-code. Este término, aunque parecía nuevo, en realidad había estado presente en mi carrera desde mis primeros días con WordPress, Drupal o Prestashop. No sabía que se llamaba así, pero eso es exactamente lo que era.

¿Qué es el no-code, entonces? Imagina que sólo aproximadamente el 0,3% de la población mundial tiene habilidades de programación. Estas personas son las que tradicionalmente han podido transformar ideas en negocios en productos y servicios digitales. El no-code cambia el juego, permitiendo al 99.7% restante de la población crear productos y servicios digitales sin necesidad de saber programar. Esto abre un mundo de posibilidades: desde crear una página web, una tienda online, hasta desarrollar una aplicación móvil. En mi experiencia, siempre desde el lado del marketing, he trabajado con equipos pequeños pero rodeado de herramientas y procesos automatizados que funcionan de forma autónoma, todo configurado y ‘programado’ sin una sola línea de código.

WordPress es un gran ejemplo de plataforma no-code. Con WordPress, no solo pude crear sitios web, sino también transformarlos en tiendas online, integrar calendarios de reservas y añadir funcionalidades mediante plugins, todo sin necesidad de escribir código. Esto es, en esencia, lo que representa el no-code: una tendencia que empodera y nos da la capacidad de crear, sin la necesidad de saber programar.

Esta tendencia ha crecido exponencialmente. Inicialmente adoptada por startups, emprendedores y freelancers, ahora incluso grandes corporaciones y empresas del IBEX35 en España están adoptando el no-code y se están formando en él.

En cuanto a herramientas no-code, hay una variedad impresionante. Para la creación de sitios web, personalmente utilizo Framer o Webflow. Para chatbots, por supuesto, Landbot es mi herramienta de referencia. Para la automatización de procesos, utilizo Zapier y Make, y herramientas internas como ClickUp, Airtable y Monday. En cuanto a aplicaciones móviles y tiendas online, herramientas como Flutterflow y Shopify son indispensables. También para la gestión de proyectos en pymes, herramientas como Zinkee son muy valiosas.

Lo que comenzó como una tendencia en el mundo del software se ha convertido en una realidad muy naturalizada en nuestra sociedad digital. El no-code ahora va más allá, integrando inteligencia artificial para hacer los procesos aún más fáciles y accesibles. Esto no es sólo una tendencia, sino una realidad que nos empodera. Para mí, la combinación del no-code y la IA representa una de las capacidades más significativas y transformadoras en el ámbito digital.

Hablando de inteligencia artificial, ¿cómo ves el panorama de la inteligencia artificial generativa, tipo ChatGPT?

Considero que estamos ante una revolución tecnológica que promete transformar no solo el sector del software, sino todas las industrias y niveles de la sociedad. Esta transformación, aunque puede parecer ahora inimaginable, se producirá en un tiempo sorprendentemente corto. Incluso otras tecnologías, en ciertos casos, pueden actuar como catalizadores de la IA. Por ejemplo, la computación cuántica representa un área prometedora: cuando la IA se integre con esta tecnología, experimentaremos un avance significativo. Además, tecnologías como la realidad aumentada, la realidad virtual y la robótica se verán potenciadas gracias a la IA, creando sinergias importantes entre ellas. Estas interacciones entre distintas tecnologías amplificarán sus impactos y posibilidades.

Mi experiencia con ChatGPT ha sido un verdadero viaje de descubrimiento. Cuando empecé a experimentar con él, me di cuenta del potencial enorme que tenía. Me pasé noches enteras explorando sus capacidades, tratando de encontrar sus límites. La llegada de la versión 4 fue un momento crucial. Su integración y funcionalidad mejoraron exponencialmente, y ahora ¡estamos esperando GPT-5!

Este avance no solo se limita a ChatGPT. El ecosistema de la IA generativa ha crecido enormemente, y ahora tenemos acceso a software libre y a modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM) que podemos ejecutar en nuestros propios ordenadores de manera privada. Esto abre un abanico de posibilidades para automatizar flujos de trabajo, crear chatbots y asistentes, aumentando significativamente nuestra productividad.

Actualmente, me estoy enfocando en la formación y educación en este campo. Hay una brecha creciente entre el punto en que se encuentra la sociedad y el rápido avance de la tecnología, y mi objetivo es ayudar a cerrar esa brecha. Estoy impartiendo formaciones sobre GPTs y explorando herramientas como LangChain, un framework que permite a los programadores crear aplicaciones alimentadas por inteligencia artificial. Para aquellos que no son programadores, existen opciones más accesibles como FlowiseAI o Lang Flow, que ofrecen un enfoque ‘no-code’ para trabajar con estos frameworks complejos. Personalmente, prefiero trabajar con bloques y conectar con flechas para construir soluciones, aunque esto requiere comprender conceptos complejos.

Para finalizar, ¿qué consejos les darías a las personas que quieren emprender?

En mi experiencia, y como he observado en otros, el camino del emprendimiento no siempre es claro desde el inicio. He visto a muchas personas lanzarse a emprender solo para darse cuenta de que necesitan más estabilidad o que quizás no era el momento adecuado. Sin embargo, para aquellos que tienen claro su objetivo, iniciar un proyecto propio puede ser una opción valiosa. Si bien llevar a cabo una idea desde cero puede ser arriesgado y a menudo conlleva más fracasos que éxitos, es una manera de aprender de manera práctica y directa.

Una alternativa que recomendaría, especialmente para minimizar riesgos, es involucrarse en una startup. Las startups están constantemente en busca de talento fresco y motivado, dispuestas a invertir en personas con ganas de marcar una diferencia. Mi experiencia trabajando en diferentes startups me ha demostrado cómo personas con poca experiencia, pero mucha determinación, pueden crecer rápidamente, asumiendo responsabilidades y convirtiéndose en figuras clave dentro de la organización. Trabajar en una startup no solo te brinda una plataforma para adquirir conocimientos y experiencias valiosas, sino que también te permite estar en el corazón de la innovación y el emprendimiento.

Otro aspecto crucial es pasar a la acción. A menudo, nos quedamos atrapados en la fase de aprendizaje, consumiendo contenido en línea, ya sean blogs, podcasts o videos en YouTube. Si bien esta formación es importante, el verdadero progreso viene con dar el paso y pasar a la acción. Aconsejo a los emprendedores que lancen proyectos, que crean, que se muevan, que establezcan redes de contactos y, en definitiva, que sean inconformistas y busquen activamente oportunidades. Existe un efecto compuesto en el momento en que comenzamos a ganar tracción y a hacer cosas, y es crucial aprovecharlo.

Como consejo adicional, sugiero que los emprendedores se familiaricen con áreas como el ‘no-code’ y la inteligencia artificial. Estas habilidades son increíblemente accesibles y pueden aprenderse de manera autodidacta. Son herramientas valiosas, independientemente del campo de estudio o trabajo, y pueden proporcionar una ventaja significativa en el actual panorama empresarial.

¡Muchas gracias, Fran!

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