Akademia
Un buen innovador tiene que ser muy curioso, estar siempre haciéndose preguntas

Entrevistamos a Borja Sánchez, alumni de Akademia, investigador y emprendedor, con una trayectoria inspiradora para personas que quieran innovar en sus respectivos campos.
En la Fundación Innovación Bankinter nos sentimos orgullosos de los alumni que han participado en nuestro programa Akademia.
El programa cuenta con un diseño y una implementación que lo hace único: el proceso de selección de alumnos, el contenido de las sesiones y los docentes que las imparten, hacen que los alumni sean personas con pasión por la innovación y con muchas ganas de aportar nuevos puntos de vista y nuevas soluciones en sus respectivos campos.
En esta ocasión entrevistamos a Borja Sánchez, que estudió Ingeniería Biomédica en la Universidad Carlos III de Madrid y tiene un Máster en Informática Biomédica por la Universidad Técnica de Múnich y un Grado con honores en Gestión Tecnológica por el Center for Digital Technology and Management (CDTM) de Múnich.
Mientras estudiaba Gestión Tecnológica, Borja se unió a Federico Acosta, que estaba arrancando la startup Custom Surgical, con presencia en más de 60 países a día de hoy y a la que sigue vinculado. Ahora, Borja se encuentra en Tokio realizando un proyecto de investigación y pensando en sus próximos movimientos profesionales, siempre vinculados con la innovación y los retos profesionales.
A continuación, reproducimos la entrevista que mantuvimos con Borja:
Tras tu paso por Akademia, ¿cambió tu manera de ver la innovación y cómo llevarla a cabo?
Hay que pensar que la gente que entra a Akademia todavía son alumnos de 19, 20, 21 años. O sea, que saben poco más allá de lo que están estudiando en sus respectivas carreras. Entonces, Akademia te permite ver la interconexión entre lo que estudias, la innovación, la economía, la gestión. Poder ver cómo todo está interconectado es una de los grandes aportes del programa.
En la carrera, estás estudiando Cálculo o Física, pero en Akademia te hacen pensar en cosas del estilo de cómo puede una investigación que se está llevando a cabo hoy en día, por ejemplo, en Israel, afectar a las tecnologías que utilicemos para comunicarnos dentro de unos años. Respecto a cómo llevar a cabo la innovación, me di cuenta en Akademia que un buen innovador tiene que ser muy curioso, estar siempre haciéndose preguntas y, de alguna manera, poniendo en cuestión el statu quo. Fernando Alfaro insistía mucho en este punto: “Hazte preguntas difíciles, no te dejes manipular, estudia todos los días. La única ventaja competitiva sostenible es aprender antes que los demás.”
Y también ser capaz de conectar conceptos generales para aplicarlos a resolver un problema específico.
¿Qué es lo que más te gustó del programa y por qué?
Diría que desarrollar el pensamiento crítico, en el sentido de que tú llegabas a una sesión de Akademia y los ponentes empezaban a hacer preguntas cuyas respuestas no venían en ningún libro ni nadie nos había pedido que nos estudiáramos. Sin embargo, ya solo por la pregunta, aunque tuvieras 19 años, ya sabías que era una pregunta importante para tu presente y para tu futuro. Akademia te incentivaba a pensar por ti mismo, a buscar respuestas y estudiar por ti mismo. Ponía en marcha el “sapere aude”, atrévete a pensar y atrévete a saber un poco más. Cuando eres joven escuchas en la tele cosas como la prima de riesgo o temas de geopolítica y no profundizas, pero con Akademia, me di cuenta de que puedes aprender bastante intentando contestar el por qué pasan las cosas que pasan.
¿Cómo comenzaste a interesarte en el emprendimiento?
De hecho, me empecé a interesar por el emprendimiento y la innovación el verano antes de empezar Akademia porque tuve oportunidad de hacer unas prácticas en una startup de la Universidad de Oxford. Ahí me di cuenta de que eso era lo mío: no era como me habían pintado el trabajo, sino mucho mejor.
Entonces empecé a tener curiosidad y a pensar en cómo montar una empresa, en cómo entrar en el mundo de la innovación y el emprendimiento y es cuando tuve noticias sobre Akademia. No dudé en solicitarlo porque me parecía que se alineaba mucho con pensar en el futuro y ver cómo se articulaba la innovación. Al terminar Akademia, me gradué y me presenté con un compañero de carrera a una competición de EIT en la rama de salud. Teníamos una idea para hacer copas menstruales con sensores de manera que las mujeres pudiesen tener un análisis de sangre mensual, y contar con una monitorización de su salud. Pudimos participar en algunos bootcamps de EIT y tuvimos una formación más formal sobre emprendimiento. Llegamos a ganar el segundo premio de esa competición, para mí completamente inesperado y ya desde ese momento, sí que iba con la mentalidad de emprendedor y de aprender más sobre este tema.
Has realizado un Máster en Informática y Emprendimiento en el CDTM en Alemania, ¿qué destacarías de este centro y qué es lo que más te aportó?
Justo enlacé haberme graduado, estar haciendo el proyecto de EIT y empezar mi Máster, con descubrir qué era el CDTM y solicitar una plaza. Sabía que era un sitio al que tenía que ir y persistí hasta que me aceptaron.
El centro lo llevan los propios estudiantes y algunos doctorandos que gestionan también las clases y las asignaturas. El mérito del CDTM es que consiguen elegir a un tipo de personas que, juntas, se encargan por sí mismas, trabajando en equipo, de hacer cosas muy interesantes. Muchos de los proyectos estaban muy relacionados con emprendimiento, trabajando con grandes empresas como potenciales clientes, de manera que, si te salía bien el proyecto, las oportunidades de continuarlo eran muy altas. También Múnich es un centro importante de innovación, emprendimiento y empresas tecnológicas.
Han conseguido crear una cultura y una forma de seleccionar a las personas correctas, de manera que todo es muy self-driven: realmente es como un catalizador de inteligencia colectiva. Su eslogan es CONECTAMOS, EDUCAMOS Y CAPACITAMOS A LOS INNOVADORES DEL MAÑANA. Así que eligen a personas que ya tiene mentalidad de ser proactivas, de querer aprender y con distintos backgrounds y consiguen que todo el mundo está muy motivado para trabajar y dar lo mejor de sí.
Has participado en el lanzamiento de una startup, Custom Surgical, y ejerciste de Director de la Oficina de Proyectos, ¿qué destacarías del proceso de lanzamiento de la startup?
La idea original no la tuve yo. Conocí a Federico Acosta haciendo el Máster en Informática en la Universidad Técnica de Munich. Federico llevaba trabajando diez años como especialista clínico con oftalmólogos en Latinoamérica y al final acabó decidiendo irse a Alemania. Se dio cuenta en sus múltiples viajes viendo cirugías del ojo, que la mayoría de equipos de microscopía no tenían la capacidad de digitalizar lo que podías ver en el sistema. Si estás operando un ojo con un microscopio, no necesitas ningún tipo de ordenador. Puedes mirar por los oculares y empiezas a operar y ya está. Sin embargo, si eres capaz de grabar lo que está pasando, de repente puedes hacer muchísimas otras cosas:
- puedes compartirlo para enseñar tu nueva técnica,
- puedes utilizarlo para enseñar,
- puedes conectarlo con una aplicación de video-llamada para que te ayude un doctor en remoto a ver lo que estás haciendo para aconsejarte o para diagnosticar.
Así que la idea de Federico fue crear un adaptador mediante el que podías conectar tu teléfono móvil con el microscopio. Puro hardware, que se hacía con impresoras 3D.
Cuando llegó a Alemania lanzó una campaña de Kickstarter y empezado a ganar tracción. Justo es el momento en que empecé a colaborar con él. Cuando yo me uní, Federico acababa de fundar la empresa en Alemania. Y en ese momento, empezó la pandemia.
Con la pandemia, el negocio no parecía que pudiese arrancar, porque los médicos ya solo estaban exclusivamente con el Covid o con algo que le ayudase a desarrollar la clínica, pero no con digitalizaciones de microscopio.
Con el parón de la pandemia, en lugar de desanimarnos, nos preguntamos, ¿cómo podemos utilizar esto de alguna forma productiva? Muy de manual: ¿qué haces cuando eres un emprendedor y quieres sacar tu empresa adelante? ¿qué cosas se necesitan ahora? Entonces, hablando con unos doctores, tuvimos la idea de hacer Equipos de Protección Personal (PPE) para los doctores. Diseñamos adaptadores que conectaban unas máscaras de buceo con los dos filtros virales. Creo que fuimos los primeros en hacerlo. La idea inicial era imprimir los adaptadores con impresoras 3D en Alemania y mandarlos allí donde nos los pidieran pero nos dimos cuenta de que era imposible por los problemas logísticos durante la pandemia. Así que creamos una plataforma que conectaba a makers y a doctores de todo el mundo y subimos nuestros diseños para que se pudiesen imprimir en cualquier sitio. Hubo descargas de los diseños desde 40 países.
Lo bueno es que cuando pasó el pico primero de la pandemia, muchos doctores se acordaron de nosotros y se había creado una buena historia. Esa buena historia y esos contactos acabaron convirtiéndose en ventas.
Hoy hay más de 25 personas contratadas y algunos estudiantes que están a tiempo parcial. Hemos acabado desarrollando software que hemos vendido en 65 países. Más de 1.000 sistemas instalados de Custom Surgical.
¿Qué tipo de proyectos lanzaste desde allí / qué tipos de proyectos se están lanzando en Custom Surgical?
Nosotros necesitábamos que todo el mundo tuviera la pieza de hardware que conecta el microscopio con el móvil. Una vez tienes conectado un móvil, puedes empezar a meter software que mejore la forma que tienes de utilizar ese microscopio y de sacarle partido.
Desarrollamos una plataforma que permitía recolectar las imágenes de los microscopios y clasificarlas, junto con un cambio de parámetros de la cámara de los móviles para que pudieran enfocar bien.
Dado que los médicos trabajaban con las imágenes de los móviles, las etiquetaban ellos mismos como parte de su trabajo de campo. Así que la segunda parte del proyecto ha consistido en desarrollar productos específicos a partir de las imágenes etiquetadas. El primer producto que ya hemos sacado es una aplicación para ayudar a los estudiantes que todavía estaban aprendiendo a hacer cirugía de catarata para guiarles con realidad aumentada desde el móvil. Hicimos un estudio con la Facultad de Medicina de la Universidad de Munich y fue muy positivo. Como es un producto para entrenamiento de estudiantes, no necesita certificaciones oficiales.
En el futuro lo que tenemos pensado es acabar evolucionando con aplicaciones que puedan permitir diagnósticos en remoto: si estás en una zona donde no hay oftalmólogos pero hay una lámpara de hendidura -que es la herramienta se utiliza para normalmente ver si se tiene un problema en la córnea o en la retina-, puede haber un operador no especialista con el móvil que haga que un especialista en remoto pueda decidir si hay algún problema. Y con aplicaciones colaborativas en remoto, de manera que un experto pueda orientar en una cirugía cómo colocar una cierta lente de catarata, por ejemplo.
La última rama de evolución será para acelerar las pruebas de las farmacéuticas para medicamentos para tratar ulceras de córnea, por ejemplo.
Ahora te encuentras en Tokio, ¿qué estás haciendo?
Sigo relacionado con Custom Surgical; soy socio de la empresa y les ayudo en lo que puedo, pero por casualidad se me ofreció un proyecto de investigación en Tokio y me pudo la curiosidad y las ganas de aprender cosas nuevas. No conocía Asia ni la forma de trabajar aquí, así que aprendiendo cosas nuevas. A nivel estrategia de vida, siempre pensé que en los 20s, hay que explorar: no hay nada que puedas hacer durante la veintena que te pueda torcer la vida.
¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿seguirás en el mundo emprendedor?
He estado en el mundo académico y en la investigación y he estado trabajando en una startup. Ahora me gustaría trabajar en una empresa grande, por tener un sentido de completitud y poder entender bien cómo funciona todo el sistema.
A medio plazo, mi idea es seguir involucrado en Custom Surgical como advisor, y conseguir que crezca y tenga éxito. Pero en paralelo, me gustaría ver cómo funcionan las empresas enormes, que son las que deciden dónde va la mayor parte del dinero que se mueve en el mundo. Y mejor, en nuevas tecnologías, así que quizás en una de las grandes tecnológicas. No descarto en algún momento montar mi propia empresa, pero el paso hacia una gran tecnológica me llama mucho la atención, porque además estaría rodeado de mucho talento del que se puede aprender mucho.
¿Qué consejo le darías a los estudiantes que quieren emprender?
Primero de todo, que empiece a hacer algo. Las ideas no valen nada si no las implementas. Y la idea no tiene por qué ser brillante: si empiezas temprano el coste de oportunidad es muy bajo y aprenderás mucho.
Igual de importante, que se rodee de otros emprendedores, que vaya a eventos de comunidades y se relacione con gente que también son makers, que son proactivos. En España quizás adolecemos un poco de aversión al riesgo, pero existe ese tipo de gente.
¡Muchas gracias, Borja! ¡Y muchos éxitos!
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