Robótica
Las tres tecnologías en robótica que hay que seguir en 2025

Exploramos las tendencias más prometedoras que redefinirán el panorama tecnológico global en los próximos años
En el horizonte de la innovación, 2025 se presenta como un año crucial para la evolución de la robótica. Un campo que ya ha transformado profundamente la manufactura, la logística, la agricultura y otras industrias. El desarrollo sigue avanzando hacia nuevas fronteras.
El impacto de la revolución robótica está respaldado por cifras que reflejan un crecimiento constante. Según la Federación Internacional de Robótica (IFR), el número de robots operativos en el mundo alcanzó los 3,5 millones en 2022, con un valor estimado en instalaciones de 15,7 mil millones de dólares.
Sectores clave como el automotriz y la electrónica están invirtiendo en tecnologías robóticas para sostener procesos críticos. Por otro lado, la producción local de baterías y semiconductores en Europa y Estados Unidos es un ejemplo del “reshoring”, una tendencia que busca fortalecer las cadenas de suministro mediante la proximidad geográfica, utilizando robots de alta precisión en líneas de producción estratégicas.
No obstante, esta difusión no es impulsada solamente por grandes corporaciones, sino también por pymes que encuentran en la robótica una solución accesible y eficiente. En este sentido, entre las tendencias más relevantes que guiarán las nuevas instalaciones se encuentran, sin duda, la sostenibilidad, la integración con otras tecnologías como la IA y la democratización de la robótica.
Robots co-workers: colaboración humano-máquina
Una de las tendencias más destacadas es el auge de los robots colaboradores, conocidos como “co-workers». A diferencia de los robots industriales tradicionales, diseñados para entornos controlados, estos robots están pensados para interactuar directamente con los humanos, complementando sus habilidades y mejorando la eficiencia en tareas complejas.
Los robots “co-workers» no buscan sustituir a los trabajadores, sino trabajar junto a ellos. Por ejemplo, en cadenas de montaje, pueden manejar tareas repetitivas o de alta precisión, mientras los humanos se concentran en actividades estratégicas. Un caso emblemático son los robots vestibles o los xenobots, arneses o exoesqueletos robóticos que aumentan la fuerza y la precisión de los operadores, reduciendo el desgaste físico y los riesgos laborales.
Este mercado sigue creciendo gracias a la incorporación de software de fácil uso y capacidades de aprendizaje automático cada vez más potentes. De hecho, las soluciones “low-code” y “no-code” permiten a trabajadores sin experiencia en programación configurar y operar robots, democratizando su adopción en sectores como manufactura, logística y servicios médicos, abriendo así nuevas oportunidades de automatización.
Inteligencia artificial y automatización digital: hacia ecosistemas conectados
La robótica se está integrando cada vez más con tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el 5G, el análisis de Big Data y el cloud computing. Según la IFR, estas tecnologías están dando lugar a ecosistemas digitales donde los robots no solo ejecutan tareas, sino que también aprenden, se adaptan y optimizan procesos en tiempo real. Esta es la línea de desarrollo con más opciones de revolucionar el mundo de la robótica y todos los sectores donde se aplicará.
Por ejemplo, en fábricas inteligentes, la IA permite que los robots manejen una mayor variabilidad en los procesos productivos. Con el aprendizaje automático, pueden prever problemas, realizar mantenimiento predictivo y adaptarse a entornos cambiantes. Esta capacidad resulta especialmente útil en ámbitos como la logística, donde los robots móviles gestionan inventarios dinámicos y optimizan el flujo de mercancías.
El 5G, por su parte, elimina la necesidad de conexiones físicas, consintiendo la comunicación en tiempo real entre robots y sistemas de control, lo que resulta esencial para entornos de alta complejidad, como las líneas de producción de semiconductores, donde los robots realizan tareas de precisión milimétrica, desde la manipulación de obleas de silicio hasta pruebas de circuitos integrados.
La expansión de estas tecnologías también está impactando en áreas como la cirugía asistida por robots, donde los avances en visión por computadora y precisión robótica están llevando los procedimientos médicos a niveles nunca antes vistos, tanto en términos de eficacia como de accesibilidad.
Economía circular: una segunda vida para los robots
Con una vida útil que puede alcanzar los 30 años, los robots industriales ocupan el centro de iniciativas que promueven la sostenibilidad y la economía circular. Empresas líderes en la producción de robots industriales como ABB, Yaskawa, KUKA o Fanuc han establecido centros de reparación y reacondicionamiento donde actualizan robots usados con tecnologías más actuales, alargando su vida útil y reduciendo la necesidad de fabricar nuevas unidades.
Este enfoque no solo es ambientalmente y socialmente responsable, sino que también produce un impacto económico significativo. De hecho, las empresas que optan por reacondicionar robots ahorran en costos operativos mientras contribuyen a los objetivos de sostenibilidad corporativa. Por ejemplo, los robots actualizados con sensores de energía inteligentes pueden convertir energía cinética en electricidad, reduciendo considerablemente el consumo energético.
La segunda vida de los robots también fomenta la inclusión en mercados emergentes, donde adquirir máquinas nuevas puede tener costos prohibitivos. De esta misma forma, también las pequeñas y medianas empresas pueden acceder a la automatización avanzada, acelerando su competitividad en el mercado global.
Aunque el panorama es prometedor, permanecen retos significativos. La creciente automatización, de hecho, puede profundizar la brecha entre países y sectores capaces de adoptar rápidamente estas tecnologías y aquellos que quedan rezagados. Según expertos como Darío Floreano, director del Laboratorio de Sistemas Inteligentes en Suiza y una de las voces del informe “La revolución de las máquinas” de la Fundación Innovación Bankinter, el acceso desigual a la robótica y la IA podría aumentar las disparidades económicas y sociales, especialmente en regiones menos desarrolladas.
Por otra parte, la regulación será crucial para abordar temas como la privacidad, la ética y la convivencia entre humanos y máquinas en entornos laborales y sociales. En 2025, las tecnologías robóticas ocuparán el centro de la transformación, definiendo un futuro donde humanos y robots trabajen juntos en armonía. El nuevo informe Megatrends 2025 de la Fundación Innovación Bankinter arrojará algo de luz a los que deseen profundizar en estas dinámicas y prepararse para un mundo donde la robótica será más accesible, conectada y colaborativa que nunca.