Resumen generado por IA
Singapur, un pequeño archipiélago con una economía potente, se ha posicionado entre los cinco países más ricos del mundo gracias a una combinación de intervencionismo estatal, gestión eficiente de recursos y una política fiscal flexible que atrae empresas globales. Su éxito también radica en un sistema educativo innovador, conocido como el “Método Singapur”, aplicado desde hace más de 50 años y reconocido mundialmente por sus excelentes resultados en pruebas internacionales como PISA. Este sistema escolariza desde los cuatro años y se estructura en tres niveles: preescolar, primaria y secundaria, con un examen clave al finalizar primaria que determina el camino académico de cada alumno.
El método se centra en la excelencia, priorizando el aprendizaje reflexivo y práctico sobre la memorización, y ofrece una educación personalizada en secundaria, adaptada a las habilidades y aspiraciones de los estudiantes, ya sea hacia estudios universitarios, formación técnica o disciplinas especializadas como deportes y artes. Además, Singapur fomenta la formación profesional y la educación bilingüe, con opciones tanto públicas como privadas en niveles superiores. En años recientes, el gobierno ha impulsado becas para atraer talento extranjero, fortaleciendo así su capital humano. Este sistema se caracteriza por su competitividad, meritocracia, incentivo al profesorado y flexibilidad, constituyendo un modelo educativo eficiente y adaptado a las necesidades laborales y personales de los estudiantes, posicionando a Singapur como referente global en educación para el siglo XXI.
Singapur se ha convertido en una de las economías emergentes más importantes del planeta e impulsa el método educativo más exitoso del planeta, que ha ido mejorando desde hace 50 años.
Un archipiélago de pequeñas islas rodeadas de agua y de economías más potentes ha conseguido entrar en el Top 5 de los países más ricos del mundo. Una mezcla de intervencionismo estatal, buena gestión de los recursos y una agresiva política de atracción de empresas de todo tipo que son atraídas por la flexible política fiscal de la llamada “perla de Asia” han sido definitivos para el éxito de esta ex colonia británica escindida de Malasia. Detrás de todo ello, y para conquistar el siglo XXI, los dirigentes de Singapur se han obsesionado con convertir a sus empresas en las más efectivas del mundo y creen poder conseguirlo implantando un novedoso y revolucionario sistema educativo del que se habla ya en todo el planeta.
El “Método Singapur” se usa desde hace más de 50 años y es, según los resultados de los últimos informes PISA, suscrito por 72 países, como el más exitoso de todo el mundo. En 2016 el sistema de Singapur fue el que obtuvo mejores resultados a nivel global. El sistema escolariza a los alumnos cuando cumplen 4 años y tienen que recorrer tres niveles (prescolar, primaria y secundaria). Al finalizar el ciclo de primaria, después de seis cursos y con una edad de 12 años, los alumnos se enfrentan a un examen (Primary School leaving Examination, PSLE) cuyo resultado determina cuáles serán los estudios que el alumno seguirá en el ciclo de secundaria.
El sistema educativo parece movido por la obsesión de encontrar la excelencia y de ofrecer una educación basada en ofrecer conocimientos que sirvan para desarrollarse laboralmente al alumno. Se prima la reflexión y los ejercicios con una aplicación práctica frente a las actividades basadas solamente en la memorización o en la mecanización de conceptos. La flexibilidad parece otra de las cosas que los planes educativos singapurenses pretenden fomentar.
En secundaria los alumnos son divididos en diferentes programas que tienen como objetivo dar una educación lo más personalizada a cada alumno y que se ajuste a sus aptitudes. En ese momento los planes educativos dividen a los estudiantes entre los que tienen posibilidades reales de conseguir completar con éxito el ciclo universitario, los que pueden acceder a una educación más técnica y los que tienen verdaderas aptitudes en campos muy concretos como el deporte o las artes.
Tras finalizar la secundaria, el estudiante entra en el ciclo universitario donde puede recibir educación en universidades, politécnicos (dirigidos casi siempre a formar técnicos desde un punto de vista muy práctico), el instituto de formación técnica y dos escuelas de Bellas Artes (LASALLE-SIA College of the Arts y la Nanyang Academy of Fine Arts). Los alumnos pueden elegir entre recibir formación en centros privados o públicos –lo público es muy importante en Singapur- y dependiendo del tiempo de institución que elijan tendrán que cumplimentar los requisitos de cada centro educativo, pero tienen preferencia a la hora de ocupar plazas aquellos que han completado los programas de secundaria más complejos y los que han recibido educación bilingüe (se ofrece en malayo, mandarín e inglés casi siempre).
En los últimos años, el gobierno de Singapur ha iniciado un programa de becas que trata de captar el talento extranjero y atraer hacia sus instituciones a los mejores estudiantes de todo el mundo para que, en el futuro, engrosen las plantillas de sus compañías.
Pero el éxito del método Singapur no se debe solo a la búsqueda obsesiva de las características de cada alumno y a potenciarlas. Se debe también a otros factores entre los que destacan:
- Es enormemente competitivo y meritocrático.
- Fomenta el aprendizaje por encima de la memorización.
- Incentiva al profesorado.
- Tiene una potente formación profesional.
- Educación como pilar esencial en el desarrollo del país.
- Es flexible y diverso.
Frente a la gran cantidad de planes educativos que acumulamos en Europa, nos encontramos a un país que, desde hace medio siglo, viene aplicando con éxito un sistema de éxito, novedoso, flexible y que busca por todos los métodos formar a los estudiantes en disciplinas en las que se sientan cómodos, sin aportar conocimientos que no le servirán de nada en el futuro –o a los que podrá acercarse luego si quiere por placer-. La educación será uno de los grandes retos de la humanidad para el siglo XXI y, al parecer, un pequeño país asiático lleva ventaja a todo el planeta.