Big Data
¿Puede el big data ayudarnos a preservar mejor los océanos?

El big data y la tecnología ofrecen numerosos ejemplos prácticos de cómo es posible optimizar la actividad pesquera y reducir su impacto
¿Puede el big data ayudar con ejemplos prácticos para salvar los océanos? El 71 % del planeta está cubierta por océanos que contienen el 90 % de la biosfera y el 97 % del agua terrestre. En lugar de Tierra, podría haberse llamado Océano. Un océano que es necesario proteger tanto por los servicios ecosistémicos que presta al resto de la vida como para hacer viable muchos de los sectores económicos que dependen directamente de su conservación.
La pesca es uno de esos sectores en los que resulta imprescindible optimizar recursos. No solo de cara a conservar especies o maximizar la producción de alimentos por insumo, también para evitar el vertido de emisiones de CO₂ y CO2eq en estos entornos. ¿Cómo puede ayudar la tecnología a estas metas? Gabriel Gómez, CEO de Marine Instruments, aporta algunos ejemplos prácticos de big data para mejorar la pesca y cuidar del entorno.
Cómo evitar emisiones de carbono en el océano
Los océanos se acidifican debido al enorme volumen de carbono vertido en y sobre ellos. También se reduce su producción de oxígeno y, aunque las criaturas terrestres cuentan con una ‘reserva’ de 3000 años en la atmósfera, la biodiversidad marina puede verse comprometida al necesitar ese oxígeno. De ahí la importancia de optimizar el uso de combustible.
Gabriel Gómez nos habla de una de las tecnologías que han desarrollado, un sistema innovador cuyo objetivo es “ahorrar gran cantidad de combustible evitando desplazamientos innecesarios y evitando la emisión de toneladas de CO₂ en la atmósfera”. Esto se logra gracias al uso de big data y la combinación de “miles de datos oceanográficos de distintas fuentes”.
Si se “identifican las mejores zonas de pesca” usando datos como la temperatura, los niveles de oxígeno, la dinámica de las corrientes, etc., entonces es posible optimizar la actividad pesquera al evitar que los barcos acudan a lugares donde no hay suficiente pesca, lo que ocasiona, además de costes económicos, costes ambientales sin una contraprestación alimentaria.
Preservando la biodiversidad marina: océanos sostenibles
La economía azul, un término extendido gracias a Gunter Pauli, autor del libro homónimo, lleva tiempo pugnando por poner el foco en la sostenibilidad y circularidad. Aunque cada vez se está más concienciado, la realidad es que “la fracción de poblaciones de peces que se encuentran dentro de niveles biológicamente sostenibles ha descendido del 90 % en 1974 al 65,8 % en 2017”, según informaba la FAO en su informe de 2020. ¿Qué se puede hacer al respecto?

Para Gunter Pauli, “el mejor residuo es el que no se produce”, y lo mismo ocurre con el resto de impactos. En este sentido, existen ejemplos prácticos de big data para proteger mejor los océanos. Por ejemplo, todas aquellas tecnologías que minimizan la pesca accidental de algunas especies o aquellas que son capaces de determinar el volumen de la especie a pescar sobre el total. Ejemplo de esta última es la boya M3iGO, “la primera con inteligencia artificial en el mercado”, especifica Gabriel Gómez.
Entre otras funciones, la boya M3iGO “filtra las toneladas puras de atún que tiene debajo de toda la biomasa”, lo que permite a los barcos abordar aquellos bancos en los que haya una mayor biomasa de atunes. Además del ahorro de combustible y tiempo, se minimiza la pesca de otro tipo de especies. Esto protege la biodiversidad local al poder focalizar la pesca.
Además, Gabriel Gómez comenta también cómo la tecnología Marine Observe “permite registrar todas las operaciones de pesca de forma segura y eficaz”. Basado en las recomendaciones de la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA), esto permite “documentar las capturas accidentales de mamíferos marinos”, un primer paso que muestra el camino a seguir en I+D.
Sistemas de alimentación automática que ahorran piensos
Uno de los ejemplos más sorprendentes del uso de big data en la acuicultura es cómo ya existen sistemas dispensadores de pienso para granjas de camarones. El sistema de Marine Instruments consiste en “un sistema de alimentación inteligente con detección acústica” que minimiza los costes de alimentación mientras maximiza el índice de crecimiento del camarón.
Su funcionamiento es tecnológicamente complejo pero elegante por su sencillez conceptual: un sistema acústico basado en micrófonos escucha (literalmente, escucha) a los camarones alimentándose. Una vez se tienen estos datos, se optimizan las siguientes tandas de entrega de pienso de forma que se ahorran costes importantes.
Dado que el pienso es el mayor coste de los camaroneros, y que sus granjas ocupan hectáreas, se trata de un sistema básico para evitar el desperdicio alimentario. Al evitar la dispensa de pienso que no optimiza el crecimiento, esos insumos pueden ser usados en otra industria o, mejor, no ser producidos en un inicio, como señala Pauli. Gabriel Gómez comparte una cifra fascinante: “hemos conseguido mejorar la rentabilidad de las piscinas hasta en un 40 % en algunos casos”. Es verdaderamente una innovación a implantar cuanto antes.
Volviendo a Gunter Pauli, “el dilema es que solo consumimos una pequeña fracción de lo que cosechamos o pescamos”, por lo que resulta imperativo diseñar procesos que cuiden el medio ambiente y, especialmente, extender de forma urgente y contundente las reservas oceánicas protegidas. Solo el 2 % de la superficie acuática está protegida, y solo el 1 % son áreas de no captura.
Pesca con dron, ¿el futuro de la captura oceánica?
En el futuro también hay innovaciones clave que usan datos y buscan optimizar la pesca de forma que su impacto y coste sean menores. Uno de ellos es “Tunadrone, un vehículo aéreo no tripulado para la detección de atún a banco libre”. Mediante la identificación de pájaros y bancos de atún, facilita un interesante conjunto de datos para ayudar a las operaciones de pesca de manera sostenible y eficaz.
Entre las muchas especificaciones técnicas compartidas, una destaca sobre el resto: “10 horas de autonomía con buenas condiciones de insolación” porque, evidentemente, se trata de un dron eléctrico con baterías e impulsado mediante células fotovoltaicas instaladas en su superficie. Este tipo de tecnología, con despegue y aterrizaje autónomo, serán interesantes para mapear los océanos.
“La robótica y los sensores y otros instrumentos están creando toneladas y toneladas y toneladas de hermosos datos”, comentaba Dawn Wright, oceanógrafa y científica jefe del Sistema de Información Geográfica (GIS), en un especial para MIT Technology Review. “Toda esta idea de la robótica marina es una de las grandes visiones de futuro para el océano”, añade.
En la actualidad, 59,51 millones de personas se dedican directamente al sector pesquero en todo el planeta, buena parte de ellas en Asia. Contar con las herramientas adecuadas para poder mejorar su labor es indispensable en el camino hacia la sostenibilidad.
Limpiar el océano de residuos plásticos
Los océanos del mundo, no es ningún secreto, están contaminados por microplásticos además de CO₂ y otras sustancias. Esa contaminación juega en detrimento de la biodiversidad, de los servicios ecosistémicos que presta el océano a la humanidad, y a la estabilidad económica del sector pesquero. Además, se sabe que la descomposición de plástico en micro plástico emite metano, lo que da un motivo más para limpiar el océano.
Este es exactamente el objetivo de The Ocean Cleanup, un proyecto cuya meta es recoger los residuos plásticos del océano. Ayudados con barreras flotantes, y aprovechando las corrientes marinas, es posible ir retirando plásticos del mar. “Las boyas de Marine Instruments son una parte activa del programa”, comenta Gabriel Gómez, porque “determinan la localización de estas barreras flotantes”.
Además de esto, su tecnología “proporciona también información sobre la masa total de los residuos de plástico”. Es absolutamente imprescindible que desde los sectores económicos y empresas privadas se realicen proyectos conjuntos de este tipo, porque redunda en beneficio de toda la humanidad y el propio sector de la pesca.