Ciencia

El mercado logístico de la Tierra al espacio 

El mercado logístico de la Tierra al espacio 

Desarrollar un mercado logístico fuera de la Tierra es una de las oportunidades de explotación comercial más relevantes de la humanidad, como ya lo fue la logística por tierra, mar y aire en su momento. Y como estas, la logística espacial no está exenta de riesgos.

La comercialización del espacio —liderada en la actualidad por el contrato Servicios Comerciales de Transporte Orbital o COTS de la NASA— sin duda supondrá un enorme salto adelante. Uno que hasta ahora estaba liderado por gigantes como Virgin, Blue Origin, SpaceX, pero en el que cada vez más intervienen pequeñas empresas. 

¿Hay espacio para las PYMES en el espacio? 

El 7 de octubre de 2023, la PYME española PLD Space (150 trabajadores) lanzaba con éxito Miura 1, un vehículo de lanzamiento suborbital con una carga útil de 100 kg, desde Huelva. Hace apenas una década, este hito habría sido visto como algo irrealizable. Hoy, se sueña con el Miura 5, que podrá elevar a la órbita dispositivos de hasta 540 kg, y mediante un módulo recuperable. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? 

Así se abarata el vuelo espacial y suborbital 

Durante y tras la Guerra Fría, las agencias espaciales lideradas por la RSA y la NASA han hecho posible la exploración espacial que nos llevó a la Luna. Sin embargo, los precios operativos de ambas administraciones, principalmente por motivos de seguridad, burocracia y calidad, aumentaron hasta ahogar los programas de lanzamiento. En 2011, por ejemplo, Estados Unidos canceló el programa del Transbordador Espacial. 

No ha sido hasta la liberalización del espacio y la subcontratación de empresas privadas que hemos vuelto a ver ‘mucha’ gente en órbita. En mayo de 2023 se logró el récord mundial de 20 personas a la vez en el espacio gracias a sumar la ISS, la Tiangong y la Unity 25 (vuelo suborbital). Obviamente, y como demuestra la española PLD Space, la liberalización va precedida y acompañada continuamente de fondos públicos, como es el caso de los NextGenerationEU en España; o de planes estatales como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia 

Esta liberalización traslada el riesgo de fallo a empresas privadas (bastantes se hunden tras repetidos fallos y otras tienen que ser rescatadas por inversores) creando un ecosistema de competitividad en el que unas pocas lograron lanzamientos viables a menor coste. Una vez reducido el coste de la tecnología en todo el sector, abrieron la puerta a pequeñas empresas

Según la curva de experiencia, cuanto mayor es el volumen acumulado de producción, menor es el coste directo por cada nueva unidad producida, y lo mismo está pasando con los lanzamientos. Cada uno es ligeramente más barato que el anterior. Y, como es más barato, hace que sea más accesible para empresas más jóvenes y pequeñas, acelerando el ciclo de reducción de costes. 

Reutilizar los cohetes, un hito técnico clave 

Usar un lanzador orbital reutilizable como el que diseña PLD Space con Miura 5 es un paso imperativo en la reducción de costos de cada lanzamiento. 

Aunque ‘solo’ se reutiliza la primera etapa, la que impulsa la carga al espacio, esto ya supone un punto de apoyo para poder vender transporte de carga a bajo coste. Según fuentes de PLD Space, es posible reutilizar hasta 15 veces esta etapa. 

Los riesgos de sembrar el espacio con objetos 

Ya en 2018, se estimaba que había unos 2600 satélites en órbita que no funcionaban, unos 17 000 objetos y hasta medio millón de fragmentos. Que se sigan acumulando es un riesgo por el síndrome de Kessler, una cada vez más probable reacción en cadena de explosiones de satélites debido a que la metralla de unos sería como inicio de la explosión de otros que, de ser muy virulenta (ya ha pasado antes a ‘pequeña’ escala) podría dejarnos atrapados en el planeta durante siglos al ser incapaces de entrar en órbita con seguridad. 

Y en este análisis coste-beneficio sobre poner objetos en órbita, y cuántos objetos, también hay espacio para las grandes preguntas de la humanidad como “¿Estamos solos en el universo?“. Porque si no lo estamos, colocar un Cinturón de Clarke (una nube de satélites alrededor del planeta) es un marcador perfecto para cualquiera que esté mirando, poco menos que una invitación al planeta, tal y como analiza el físico Héctor Socas-Navarro en este artículo científico

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