Agua
Sostenibilidad financiera y acceso equitativo al agua: claves para el futuro de un recurso en riesgo

Expertos internacionales analizan los desafíos y soluciones para asegurar el acceso equitativo al agua, adaptarse al cambio climático y garantizar la financiación sostenible de las infraestructuras hídricas
A través del Future Trends Forum, la Fundación ha reunido a expertos internacionales bajo el lema Agua: nuestro recurso vital en jaque, para abordar un tema crítico: ¿cómo asegurar el acceso al agua dulce hoy y a futuro? Este artículo forma parte del esfuerzo continuo de la Fundación Innovación Bankinter por divulgar el conocimiento y promover el debate sobre los grandes desafíos globales que afectan a la sociedad española y mundial. En esta ocasión, tres destacados especialistas comparten su visión sobre los problemas de financiación de las infraestructuras hídricas y del acceso equitativo a este recurso vital.
El acceso al agua dulce es uno de los desafíos más grandes a los que nos enfrentamos en el siglo XXI. A medida que la población crece y el cambio climático altera los patrones de precipitación, la gestión del agua se convierte en una tarea cada vez más compleja. Además, las brechas en la financiación para el mantenimiento y desarrollo de infraestructuras, especialmente en países en vías de desarrollo, dificultan el acceso equitativo al agua. En el Future Trends Forum, tres expertos –Howard Neukrug, Director Ejecutivo del Centro del Agua de la Universidad de Pensilvania, Catarina Fonseca, Economista Senior, Asociada del International Rescue Committee (IRC), y Lesley Pories, Analista principal de políticas y financiación WASH en WaterAid, – han compartido sus perspectivas sobre cómo abordar estos retos.
Si quieres ver las ponencias de estos expertos, puedes hacerlo en estos vídeos:
Howard Neukrug: “Setting priorities: What to invest in” #WaterForum
Catarina Fonseca: “Economic pathways to sustainable water use” #WaterForum
Lesley Pories: “Water sustainability: Challenges and perspectives” #WaterForum
La crisis financiera de las infraestructuras hídricas
Howard Neukrug, experto en gestión de servicios públicos de agua, expone una realidad crítica: la infraestructura hídrica en muchas ciudades está desfasada, y los presupuestos disponibles para actualizarla son insuficientes. “Los presupuestos deberían estar siempre impulsados por las necesidades reales, y estas necesidades deberían estar reflejadas en las tarifas”, afirma Neukrug, pero la realidad es que las administraciones públicas a menudo limitan el aumento de tarifas, lo que impide financiar adecuadamente los proyectos necesarios.
Esta financiación insuficiente crónica, según Neukrug, tiene consecuencias a largo plazo. Las ciudades, además de estar luchando por mantener el suministro de agua potable seguro y asequible, deben adaptarse a un clima cambiante. “Hay costes diferidos que hemos ido acumulando durante los últimos 50 años, como los relacionados con nuevas tecnologías de tratamiento y regulaciones”, explica Neukrug, añadiendo que muchos sistemas de alcantarillado, tratamiento de aguas residuales y suministro de agua están operando bajo estándares desactualizados.
En cuanto a soluciones, Neukrug menciona la importancia de adoptar nuevos enfoques para la financiación y la gestión del agua. En particular, menciona:
- Infraestructura resiliente y accesible: desarrollar y mantener infraestructuras que aseguren el acceso continuo al agua potable y al saneamiento. Esto incluye la inversión en sistemas de distribución de agua en áreas rurales y urbanas desfavorecidas.
- Tarifas y subsidios: diseñar estructuras tarifarias que aseguren que el agua sea asequible para todos, independientemente de su nivel socioeconómico. Neukrug sugiere la creación de subsidios para familias de bajos ingresos y programas de asistencia para evitar cortes de agua en situaciones de vulnerabilidad económica.
- Educación y concienciación: fomentar la educación sobre el uso eficiente del agua y la importancia de la conservación. Las campañas de concienciación pueden empoderar a las comunidades para que participen activamente en la gestión del agua y adopten prácticas sostenibles.
Neukrug también enfatiza la importancia de las innovaciones y colaboraciones, apostando por un cambio radical en nuestra forma de pensar, planificar, diseñar, integrar, construir y financiar los proyectos hídricos para ser capaces de adaptarnos al cambio climático.
Un ejemplo de estas innovaciones es la integración de múltiples funciones en los espacios urbanos, como en Rotterdam, donde una cancha de baloncesto y tenis también funciona como una cuenca de retención de aguas pluviales, integrando necesidades recreativas y de gestión de agua. Estas soluciones innovadoras permiten ahorrar dinero al combinar necesidades urbanas con infraestructura hídrica, un paso importante hacia la sostenibilidad financiera.
Otro ejemplo es el de paneles solares flotantes instalados en pantanos y lagos, que aumentan la eficiencia solar por el efecto refrigerante del agua y reducen la evaporación del agua, preservando su calidad. Esta solución es especialmente útil en áreas con escasez de tierra.
La brecha de financiación en países en desarrollo
Catarina Fonseca, directora de programas para mejorar la financiación del sector hídrico, expone la alarmante brecha de financiación que afecta a la mayoría de los países en desarrollo. Según un informe del Banco Mundial, el coste global para alcanzar el acceso universal a agua potable segura y saneamiento (ODS 6) asciende a 141 mil millones de dólares anuales. Sin embargo, los costes por inacción, debido a eventos climáticos relacionados con el agua, podrían alcanzar los 1.8 billones de dólares en la próxima década.
Fonseca subraya que el mayor desafío no es solo la obtención de fondos, sino cómo se gestionan. Existe una clara falta de instrumentos financieros adecuados para cubrir los costes de mantenimiento de las infraestructuras hídricas. “Tenemos muchos instrumentos financieros para financiar CAPEX (gastos de capital), pero carecemos de modelos para financiar los costes de mantenimiento, que son igual de cruciales cuando hablamos del agua”, explicó.
Además, Fonseca destaca la necesidad de revisar los subsidios en el sector hídrico, ya que a menudo perpetúan las desigualdades. En muchas ciudades, los habitantes más pobres terminan pagando mucho más por el agua que aquellos que están conectados a las redes de agua formales. Un estudio del Banco Mundial muestra que solo el 6% de los subsidios llegan a las personas más necesitadas, mientras que el resto beneficia a quienes pueden pagar tarifas más altas.
La importancia de la gestión integrada de los recursos hídricos
Lesley Pories, experta en desarrollo internacional, añade una perspectiva fundamental sobre la necesidad de integrar la gestión del agua en todas sus dimensiones, una práctica que, aunque esencial, no se aplica con suficiente frecuencia. “No podemos seguir tratando por separado el acceso al agua potable y la gestión de los recursos hídricos”, afirma Pories. En su opinión, estas áreas están interrelacionadas de manera crítica: no se puede garantizar un suministro sostenible de agua potable si no se protegen adecuadamente las fuentes de agua.
Pories subraya que, si bien los gobiernos a menudo priorizan la provisión de servicios de agua potable y saneamiento, este enfoque parcial a menudo socava el acceso equitativo a largo plazo. La falta de coordinación entre ministerios y organismos gubernamentales es un obstáculo importante en la mayoría de los países. “En la mayoría de los países en los que trabajamos, las prioridades de los ministerios responsables de la gestión del agua no están alineadas, lo que dificulta un enfoque cohesivo”, explica.
En relación a las tarifas del agua, Pories coincide con Neukrug en que la fijación de precios bajos, impulsada por razones políticas, a menudo resulta en un ciclo de infrafinanciación. “Los gobiernos se sienten obligados a ofrecer agua a precios que son insostenibles”, menciona.
Soluciones basadas en eficiencia y tecnología
Tanto Fonseca como Pories coinciden en la importancia de mejorar la eficiencia del uso del agua como parte de la solución a los problemas financieros. Fonseca, por ejemplo, señala que una reducción del 10% en el agua no facturada (aquella que se pierde debido a fugas o robos) podría generar enormes ahorros, permitiendo liberar fondos para mejorar los sistemas existentes.
Por su parte, Pories destaca el papel de la tecnología y la innovación para mejorar la eficiencia del uso del agua. Ejemplos como la desalación y el uso de contadores inteligentes, junto con prácticas más eficientes en la agricultura , son esenciales para reducir el consumo de agua y, por tanto, los costes a largo plazo. “Cuando el agua es barata, los consumidores tienen menos incentivos para conservarla, lo que perpetúa el desperdicio”, advirtió.
Sin embargo, los tres expertos subrayan que la tecnología por sí sola no resolverá los problemas de sostenibilidad. “La sostenibilidad no va a suceder naturalmente solo porque es una buena idea”, explica Pories, resaltando la importancia de aplicar tanto incentivos como sanciones para promover un uso más eficiente del agua.
Desafíos y oportunidades en la financiación de infraestructuras hídricas
Los tres expertos también coinciden en que la financiación, especialmente en países en desarrollo, es uno de los mayores obstáculos para garantizar un acceso equitativo al agua. Fonseca comparte un ejemplo concreto de su trabajo con la Unión Africana, donde se han comprometido a movilizar más de 30 mil millones de dólares al año para proyectos de agua en África, destacando que esto solo ha sido posible a través de una combinación de fuentes de financiación, incluidas mejoras en la eficiencia, inversión privada y recursos públicos.
Sin embargo, la financiación por parte del sector privado sigue siendo muy limitada. Fonseca lo ilustra diciendo que el sector privado sólo aporta el 9% de las inversiones en agua en África, frente al 87% que aportan en telecomunicaciones y el 45% en energía. Para que el sector empresarial, las organizaciones filantrópicas y otros organismos no estatales concedan prioridad al agua como inversión se debe promover la confianza, creando incentivos atractivos y políticas y proyectos coherentes y sólidos, apunta Fonseca. De todas formas, la financiación pública es y será clave, ya que las soluciones impulsadas únicamente por el sector privado no son realistas ni sostenibles a largo plazo.
El futuro: un enfoque integrado y colaborativo
A través de sus intervenciones, Howard Neukrug, Catarina Fonseca y Lesley Pories dejan claro que para abordar los desafíos del agua, se requiere un enfoque integrado que combine la sostenibilidad financiera, la equidad en el acceso y la protección de los recursos naturales. El futuro del agua depende de nuevas tecnologías y de inversiones masivas, sí, pero también de una colaboración efectiva entre gobiernos, empresas y la sociedad civil para asegurar que este recurso vital esté disponible para todos de manera equitativa y sostenible.
La tarea es enorme, pero como menciona Neukrug, “si adoptamos una visión disruptiva y colaborativa, podemos rediseñar nuestras ciudades y sistemas de agua para adaptarnos a un clima cambiante y mejorar la calidad de vida en nuestras comunidades”.
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