Emprendimiento

Café con emprendedores: Paco Micó, emprendedor en serie en el mundo WealthTech

Café con emprendedores: Paco Micó, emprendedor en serie en el mundo WealthTech

La evolución de un ingeniero en telecomunicaciones hacia la vanguardia de la tecnología financiera en WealthTech: desde la creación de Finametrix y su venta a Allfunds hasta crear Sherpas Wealth en Estados Unidos

La iniciativa “Café con emprendedores” te acerca a referentes del ecosistema emprendedor español para conocer de primera mano sus experiencias y trayectorias.

Nuestro último Café lo hemos tomado con Francisco (Paco) Micó, ingeniero de telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que cuenta con una exitosa trayectoria como emprendedor. Acabando la carrera, fundó la startup Finametrix, que fue adquirida en 2018 por Allfunds. Actualmente, está liderando otro proyecto emprendedor, lanzado desde EE.UU.: Sherpas Wealth, una plataforma avanzada y personalizable de gestión de carteras, dirigida a asesores financieros en un modelo B2B (Business-to-Business), que permite a los asesores acelerar la captación y retención de clientes.

En su charla con José Carlos Huerta, nuestro Director del Programa Startups, Paco repasa su trayectoria profesional, comparte con nosotros cómo pone en marcha Finametrix, cómo es luego adquirida por Allfunds y su nuevo proyecto de emprendimiento, Sherpas Wealth:

Aquí puedes ver el Café con Paco Micó:

#CaféCon Francisco Micó

A continuación, reproducimos la entrevista que mantuvimos con Paco Micó:

Cuéntanos cómo fueron los comienzos de tu carrera profesional. ¿Qué estudiaste? ¿Qué es lo que te llevó a dar el paso a emprender?

Estudié Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Valencia. Siempre me había gustado mucho el mundo de la tecnología, el sector aeroespacial, el móvil y demás. Y la verdad es que cuando estaba en tercer curso, me di cuenta que aquello no me gustaba. Decidí terminar la carrera por no incurrir en los costes de tiempo y esfuerzo que hubiese llevado cambiar de carrera, pero me di cuenta de que lo que me gustaba era la economía y, en concreto, las finanzas. Entonces, en mi cuarto año universitario, y mediante el programa Erasmus, encontré una especialización en Ingeniería de Telecomunicaciones con énfasis en finanzas cuantitativas en París, una oferta inexistente en España. Esta especialidad me encantó y pude combinar la carrera de tecnología con algo que me gustaba.

A la larga, te das cuenta que haciendo finanzas viniendo de una ingeniería tienes una base matemática muy fuerte. Y ese es el valor diferencial que tienes frente a otros profesionales de finanzas que vienen desde la economía.

En mi último año de carrera participé en el programa Akademia, siendo parte de la primera generación de este programa en Valencia. Disfruté mucho la experiencia, ya que me permitió pasar del entorno puramente teórico de la universidad a sesiones muy prácticas con Fernando Alfaro. Estas sesiones me proporcionaron una dosis de realidad y de entusiasmo por hacer cosas.

¿Qué te llevaste de Akademia? Además, siendo pionero de la primera edición, ¿qué fue lo que más te marcó?

Lo primero que descubres son todas las tendencias que van a marcar el futuro. En cada sesión venía un especialista de una de esas tendencias y te ponías al día. Por ejemplo, hacia dónde va la biotecnología, el Internet de las cosas (IoT) o RFID. Te hablo de 2009. Al ser explicadas por expertos que trabajaban en ello, veías muy claramente su conexión con la industria y la economía con el mundo real. Además, en Akademia conocí al que años después sería mi socio en Finametrix, que en aquel momento era uno de los ponentes de Akademia. Fue algo muy interesante, divertido y le saqué mucha utilidad.

¿Cómo surgió la primera idea de negocio de Finametrix?

Mi proyecto final de carrera, realizado en París, se centró en la gestión y optimización de carteras utilizando los algoritmos de eficiencia de Black-Litterman, entre otros. Aunque las teorías y algoritmos de optimización de carteras vienen de Harry Markowitz a mediados de los 1950s, no se empezaron a utilizar en banca hasta que la capacidad de cómputo de los ordenadores permitió implementar los algoritmos de manera eficiente. Tuve suerte porque justo en la época en que yo hacía el proyecto de fin de carrera empezaban a surgir los primeros roboadvisors, sobre todo en EE.UU. Mi primer cliente fue Feelcapital y creamos el primer roboadvisor en España aplicando mi trabajo de fin de carrera. Con ese primer cliente ya tuve la inercia necesaria para poner en marcha la empresa. El origen de Finametrix es aquel proyecto de fin de carrera, aunque no llegué a presentarlo oficialmente en Telecomunicaciones porque la propiedad intelectual no estaba muy clara si lo presentaba.

¿Cómo fue el proceso de crecimiento de Finametrix?

Nos dedicábamos a desarrollar herramientas de banca privada para empresas financieras. Llegó un hecho disruptivo en Europa, y sobre todo en España, de mano del regulador, MiFID II, que nos catapultó. Todos los asesores financieros necesitaban cumplir con la directiva MiFID II y nuestros productos estaban diseñados desde cero para cumplirla. El crecimiento fue muy rápido. De 2015 a 2018 tuvimos como 70 nuevos clientes y casi que la labor más importante era gestionarlos. Los clientes querían nuestro producto que en aquel momento era mejor que la competencia existente porque nosotros partíamos de cero, creando una herramienta nueva, más bonita, más usable y que funcionaba muy bien. Nuestro éxito a partir de MiFID II fue una casualidad buscada. Quiero decir, es como si hoy te pones a desarrollar algo nuevo y piensas en un próximo MiFID III y qué debería contemplar. Sabes que si no sale en 2025, saldrá en 2026 o en 2027, pero acabará saliendo.

La clave está en cómo sabes interpretar unas normativas europeas para construir un producto que se adapte a los modelos de negocio de una serie de entidades financieras. Es decir, ser capaz de crear el software con la usabilidad y la funcionalidad que requiere una nueva normativa. No es simplemente que tengas suerte, es que tengas el conocimiento, sepas hacerlo, y que encima tengas el empuje para cubrir una necesidad de negocio creada por las circunstancias de mercado.

¿Cómo es el proceso de acercamiento de Allfunds a Finametrix y cómo se produce la compra?

Allfunds es un spin-off de Banco Santander. El fundador de Allfunds, Juan Alzaráz, era consejero delegado de Santander AM, la unidad de gestión de activos de Banco Santander, y propuso utilizar la plataforma transaccional del banco para dar servicio a otras entidades financieras. Así es como surge. Hoy en día tiene alrededor del 80 por ciento de cuota de mercado de la distribución de fondos en plataforma en Europa. Al principio, Allfunds era 100% de Banco Santander y luego entra en el accionariado el banco italiano Intesa Sanpaolo. En 2017, los dos principales accionistas deciden vender Allfunds. Y al final lo adquiere un private equity, Hellman & Friedman, con la intención de digitalizar la compañía, convertirla en una WealthTech de referencia y sacarla a bolsa unos cuantos años más tarde. Ahí es cuando Hellman & Friedman se fija en nosotros. Su idea era comprarnos a la vez que Allfunds, de manera que Allfunds aportaba, digamos, el back-office del negocio y nosotros el front-office. Finalmente, Finametrix se integró, convirtiéndose en Allfunds Digital, la parte digital dentro de la plataforma de fondos.

¿Cómo fue ese proceso de negociación y venta?

La verdad es que la negociación fue muy rápida. Seguro que tenían otras opciones, pero al final salió la nuestra. Se nos aproximaron a finales de noviembre de 2017 y firmamos en la notaría en enero de 2018.

¿Cuál fue el racional para la compra de Finametrix?

Te diría que fundamentalmente dos motivos. Uno, que cuando Allfunds se acercaba a nuevos clientes, como un banco o una aseguradora (lo que ellos denominan distribuidores), normalmente ya estábamos nosotros allí. Y dos, porque nosotros teníamos gestoras de activos que iban al mercado de forma directa sin distribuidores, ya que nuestra herramienta les permitía una venta online de sus fondos. Una parte de nuestro producto permitía a las gestoras, sobre todo a las de value investment, canalizar y vender los fondos vía online de manera totalmente digital. Y en España, estaban surgiendo bastantes gestoras de value investment en aquella época, como Cobas. A este tipo de compañías no les interesaba ir a una plataforma como Allfunds porque a lo mejor ya tenían 10.000 clientes y habían conseguido 3.000 millones a través de nuestro producto.

¿Cómo es el día después de la compra?

Bueno, tienes que asumir que la empresa ya no es tuya. Tú puedes gestionar una parcela, la que hayas querido o podido negociar. Pasas a ser un empleado y asumes que es así porque te han pagado a cambio de eso. Te han pagado para que ellos puedan tomar el control y decidir qué es lo mejor.

Cuando te compra una empresa grande, existen dos opciones: que te integren dentro de la entidad compradora y utilicen su canal de distribución, que al final es enorme, para distribuir tu producto, o que te mantengan de forma independiente y no haya injerencia, y simplemente sea un cambio de accionariado. En nuestro caso, Allfunds vio que su propuesta de valor era convertirse en una WealthTech de referencia y vender sus capacidades digitales. Así que el paso lógico era la integración. Entonces sabes que te vas a diluir dentro de la plataforma.

Creo que es importante que la entidad compradora y la comprada sean conscientes de cuál es el objetivo y que no haya malentendidos. Si eso está claro, no tiene por qué haber fricciones.

¿Y cuál fue tu parcela en Allfunds?

En Finametrix, yo estaba más en la parte de producto y en Allfunds me encargué de lo que se llama producto digital. Mi rol dentro de Allfunds fue digitalizar y crear una plataforma donde se unieran las dos partes que tiene Allfunds: la gestora y la distribuidora. Y ese fue mi cometido, construir esa plataforma digital.

Después llega el siguiente proyecto en el que estás ahora inmerso, Sherpas Wealth. ¿Cómo surge la idea?

Yo salí de Allfunds en 2021 cuando salieron a bolsa y me desvinculé profesional y emocionalmente de esa etapa. Estuve un año sabático, manteniendo las cláusulas de no competencia y descansando. Pasado ese año, estuve hablando con el que ahora es mi socio, Borja Edo, que reside en EE.UU. y trabajaba en un broker dealer. Compartíamos visión y veíamos que los problemas de la industria eran claros: cada vez había más asesores financieros independientes y éstos no contaban con las herramientas adecuadas para dar servicios a sus clientes. Así nació Sherpas, con una pata en Estados Unidos y otra en España, pero con vocación global.

¿Qué servicios ofrecéis desde Sherpas?

Nos hemos centrado en la parte final de adquisición de clientes por parte de los asesores financieros. En principio, con herramientas de ayuda para la planificación financiera de los clientes finales. La gestión de carteras se está convirtiendo en una commodity, y nosotros aportamos valor añadido para que el asesor inicie la conversación con sus potenciales clientes, enfocándose en lo que a estos les importa: cómo planificar sus finanzas para conseguir sus objetivos vitales.

Esto, que es una tendencia lógica de mercado en EE.UU., también va a venir a Europa de la mano de un nuevo paquete de medidas para proteger y capacitar al inversor minorista en la Unión Europea. Muchas de las bancas privadas y de los asesores financieros europeos van a tener que prestar servicios de valor añadido por encima de gestión discrecional.

En EE.UU. se está produciendo un movimiento de profesionales desde la banca de inversión tradicional a convertirse en asesores independientes. La pérdida de confianza del mercado en esa banca de inversión tradicional está acelerando este proceso. Ahora mismo en EE.UU. hay unos 250.000 asesores independientes y están creciendo a un ritmo de 2.000 a 2.500 nuevos al año. Se prevé que en los próximos tres a cuatro años, el número de asesores financieros independientes sea superior al número de asesores financieros trabajando para entidades financieras. Y claro, cuando un asesor financiero se independiza, se percata de que no tiene todo el back office que tenía desde su entidad: no tiene departamento de compliance, ni de marketing, ni de middle office que descargue las operaciones, que les haga el onboarding de clientes y demás. Entonces, se dan cuenta de que toda esa estructura mental que ellos habían hecho de irse independientes, después se van a tener que cargar con una estructura de costes que al final de cuentas le va a salir más cara que tener la comisión que tenían desde su entidad. Entonces, se puede crear mucho valor creando plataformas para estos asesores independientes. Y es ahí donde más nos estamos posicionando.

A día de hoy estamos empezando ofreciendo un servicio tecnológico, pero nuestra intención es darles el servicio completo. Hoy le ofrezco la herramienta tecnológica para que haga planificación financiera, pero la idea es permitir al asesor financiero centrarse en dar servicio a sus clientes mediante nuestro front office y nosotros actuar como back office y middle office.

¿Qué aporta Sherpas Wealth respecto de los productos similares ya existentes en el mercado? ¿Cuál es vuestra ventaja competitiva?

Nosotros nos hemos centrado en un grupo de clientes, que son los asesores financieros independientes, que sabíamos que tenían un problema y estamos ayudándoles a resolver ese problema, que creemos que claramente es un problema extrapolable a la gran masa de los asesores independientes que hay. ¿Por qué nosotros? Porque nosotros estamos construyendo el producto junto con usuarios que tienen problemas reales.

¿Cómo de complicado es gestionar Sherpas, nacida a la par en Estados Unidos y en España?

La parte de negocio gruesa la tenemos en EE.UU., y la parte de desarrollo del producto, la tecnológica, la tenemos aquí. Nuestro gran reto es que el servicio y la atención a clientes tiene que estar en EE.UU., cerca del cliente. Todo lo que suponga interacción con el cliente tiene que estar en la zona horaria del cliente, mientras que el producto se puede desarrollar de forma remota.

El producto, ¿se puede estandarizar para que funcione igual de bien en dos mercados tan diferentes?

Bueno, ahí hemos aprendido a modularizarlo. Digamos que eso ya lo aprendimos en la segunda etapa de Finametrix, cuando nos adquirió Allfunds y ya pasamos a ser una empresa global con clientes en Estados Unidos, Latinoamérica, Oriente Medio, etc. Aprendes a saber qué paquetes son comunes, qué paquetes no son comunes en la prestación de asesoramiento y gestión discrecional y qué paquetes tienes que customizar. Sabes que el paquete fiscal y el paquete de transaccionalidad tienen que ser particularizados para cada país. O sea, aprendes muy bien a modularizar y saber qué es escalable y qué no, y qué costes de customización tienes para entrar en un mercado nuevo.

Por otro lado, nuestro modelo de venta a los asesores independientes en Estados Unidos es casi un modelo B2C.Al asesor le tienes que dar una aplicación a la que pueda entrar, la pueda probar un mes por ejemplo y se acabe decidiendo a comprarla o no. El coste de adquisición de clientes es mucho menor que si nos dirigiésemos a una entidad financiera y el precio al que puedes vender es obviamente mucho menor también.

Ahora que está muy en boga todo el tema de la inteligencia artificial generativa, ¿vosotros estáis planteando inteligencia artificial dentro de vuestro producto?

Sí, sin duda. Como herramienta de productividad para los asesores, sin duda. De hecho, nosotros tenemos un módulo para lectura de informes. Dentro del data gathering, de la recogida de información de un cliente para hacer el onboarding, no es necesario que el cliente clique todos los datos, sino simplemente con un informe actual, nosotros leemos y creamos ya la cartera para que el cliente pueda acceder a la propuesta. Y después, obviamente, herramientas conversacionales también tenemos, con las particularidades que una entidad financiera requiere. Un modelo propio donde los pesos son propios para que la información está autocontenida en nuestra instancia y no vaya, en este caso, a OpenAI, porque es muy importante por confidencialidad de los datos, que la información no salga nunca de la entidad financiera.

En el uso de inteligencia artificial conversacional, ¿cómo te aseguras de que la herramienta no esté “alucinando”, es decir, inventándose las cosas?

Hay una cosa muy clara que es la que te puede salvar: la IA generativa es buena manejando textos y es muy mala en cálculos locales. Lo que es importante es que tú la entrenes para que todo lo que sea acceso a información, elaboración de planes financieros, elaboración de perfiles de actividades y demás, involucre a tu lógica de negocio. Y en función de los resultados que se obtengan, dárselos a la IA para que elabore la respuesta. No dejar que la IA obtenga los datos sino dárselos tú y que ella redacte.

¿Dónde ves Sherpas en tres o cinco años? ¿Dónde crees que vais a estar? ¿Qué crees que va a ser Sherpas? ¿Crees que a lo mejor vais a seguir siendo independientes? ¿Vais a estar de nuevo con alguna gran corporate como Allfunds?

Bueno, nunca lo sabes. Obviamente, tu intención es ser independiente siempre. Y crecer por tus propios medios y dar valor, resolver cosas. Aportar tu granito de arena en resolver y hacer; aunque sea hacer más fácil el día a día a un solo cliente, ya estás aportando valor. Que después en función de cómo vaya siendo el camino se presenten decisiones, pues ya iremos viendo. Digamos que veo a Sherpas resolviendo muchos más problemas de los que creamos.

El emprendedor siempre es al principio muy optimista con los plazos, los tiempos, ¿eso lo has vivido en tus carnes en primera persona, tanto en Finametrix como ahora en Serpas?

Todo siempre va mucho más lento de lo que uno se planea. Al principio, si algo puede salir mal, saldrá mal. Y si algo puede salir peor, también saldrá peor. Entonces, tienes que estar preparado para la peor y esperar lo mejor. Eso está claro. Hay que ponerse en que va a salir el peor escenario y trabaja para mejorar con el escenario óptimo en la cabeza.

El primer proyecto que montaste, Finametrix, lo hicisteis crecer sin ningún tipo de financiación. Ahora, con Sherpas Wealth estáis abiertos a la posibilidad de que invierta algún fondo de venture capital, ¿qué ventajas y qué inconvenientes le ves a cada modelo de crecimiento?

Si tienes muy clara la idea, si sabes que vas a aportar un valor seguro y estás compitiendo en una industria o en un espacio en el que el ir rápido y llegar antes es un factor diferencial porque hay mucha competencia intentando hacer lo mismo, toma el dinero del capital riesgo. Porque si llegas el tercero o cuarto no tiene el mismo valor que si llegas el primero. Si es una cosa que va a ser un aprendizaje el ir iterando el producto con tus clientes y forma parte del proceso con tu primera empresa, te diría ve con tus clientes. Busca clientes antes que inversores. Entonces, esa para mí, esa es la diferencia.

Te diría que lo principal es que si estás en un sector, en un posicionamiento, en el que tener dinero te va a permitir lograr una ventaja competitiva antes que tus rivales, cógelo.

¿Cuál sería un consejo o un aprendizaje que te gustaría compartir con los emprendedores que nos estén viendo?

Bueno, es que dar consejos es muy atrevido. No te lo daría. Yo siempre diría que cojas el camino difícil. Es un consejo que me doy a mí mismo siempre que tengo una duda. Bueno, ¿cuál es el camino difícil? Este, pues voy a coger este. Que al menos sé que va a ser el que coja menos gente.

Donde hay más valor es en las cosas que cuestan más resolver. Si es muy fácil de resolver, seguro que hay muchos haciéndolo y hay poco valor. Si es muy difícil de resolver, seguro que hay menos y hay más valor.

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