Energía NetZero
De la intención a la acción: la ciudadanía también tiene un papel relevante en pro de la eficiencia energética

Lograr un consumo energético más eficiente es tarea de todos y comienza por nuestra propia vivienda.
Alcanzar un futuro Net Zero es un objetivo en el que debemos participar todos. No es solo cuestión de industrias, Gobiernos o empresas: los ciudadanos tenemos mucho que aportar en esto. Pensémoslo por un momento: ¿cuántas de las actividades que realizamos diariamente tienen huella de carbono?
Simplemente mantenernos bajo un techo tiene un importante impacto en las emisiones de carbono que afectan al medioambiente. Reducir ese impacto está en nuestra mano y, para ello, contamos con la ayuda de distintos modelos de innovación tecnológica.
No estamos condenados a dañar el planeta simplemente por sobrevivir: si pasamos a la acción, los avances en eficiencia energética nos ayudarán a evitar ese escenario. Empezando por nuestras viviendas.
¿Cuánto contaminan las viviendas?
Los propios edificios en los que vivimos tienen un importante peso en las emisiones que registra España. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las emisiones directas generadas por la combustión de combustibles fósiles en el sector residencial, comercial e institucional suponen el 8% del total de las emisiones del inventario de gases de efecto invernadero (GEI) del país y el 14% de las emisiones totales en difusos. De ellas, el 61% se atribuye a los consumos realizados en las viviendas.
Ante este panorama, reducir las emisiones que generamos al quemar carburantes para climatizar nuestras viviendas puede marcar la diferencia. Es una de las maneras más directas que tenemos, como ciudadanos, para pasar a la acción, potenciar la tan necesaria eficiencia energética y, en última instancia, reducir nuestra importante huella de carbono.
¿Cómo lograrlo? Tenemos varias alternativas. Por un lado, ayuda mucho mejorar el aislamiento térmico de los edificios para reducir el consumo. También lo hace recurrir a energía generada a partir de fuentes renovables y limpias. Por esa razón, algunos modelos de innovación tecnológica se orientan a conseguir ambos objetivos a la vez.
El papel de la energía solar
Tal y como recordaba la experta en el sector energético Rosa María Sanz durante su intervención en el Future Trends Forum Construir un mundo Net Zero, la energía solar es la menos costosa para producir electricidad. Además, es renovable y contribuye a la soberanía energética del país.
Aprovechar la energía solar en las viviendas mediante soluciones de autoconsumo es una alternativa cada vez más extendida. Sin embargo, los modelos de innovación tecnológica llevan este concepto un paso más allá para promover el ahorro en el consumo y la soberanía energética. Entre sus últimos avances se encuentran ventanas que no solo aíslan la vivienda, sino que también la climatizan.
Modelos de innovación tecnológica en ventanas
Las células solares Graetzel —capaces de producir electricidad a partir de energía lumínica gracias al uso de fotosensibilizadores— no son un invento nuevo: se desarrollaron ya a finales de los años 80 y se utilizan tanto en invernaderos como en claraboyas o fachadas acristaladas de edificios. Son celdas solares transparentes y de bajo costo que se pueden aplicar en forma de tinte sobre cristales.
Recientemente, un grupo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Suiza ha dado un paso más allá en el desarrollo de estas células, mediante mejoras en algunos de sus componentes. Ahora, son capaces de alcanzar una eficiencia de conversión de energía de entre el 28,4% y el 30,2% al aumentar el área activa a los 2,8 cm2, con gran estabilidad y en distintas condiciones de intensidad de luz.
Este registro de récord sobre una tecnología aplicable a ventanas podría cambiar el paradigma de ahorro energético en las viviendas en un futuro, ya que puede convertirlas en paneles solares altamente eficientes.
Otro enfoque en este sentido es el desarrollado por investigadores de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), que permitirá construir ventanas especialmente eficientes a la hora de reducir la temperatura interior. Lo hará de una manera muy ingeniosa: con un barniz transparente que dejará pasar toda la luz solar, pero no la radiación que produce calor en el interior.
Gracias al uso de técnicas de machine learning y computación cuántica, el equipo ha logrado dar con una combinación de capas de materiales para producir un barniz que se puede aplicar sobre cristales de reducción de calor. Este recubrimiento reduce el consumo de energía para refrigeración hasta el 31% en comparación con las ventanas convencionales. Un paso más hacia un futuro net zero.