EmbodiedAI
IA soberana: la nueva carrera por la autonomía tecnológica

Jordan Sun alerta sobre la nueva carrera por la soberanía tecnológica: sin capacidad propia de IA, los países y empresas quedarán subordinados. El Future Trends Forum analiza los riesgos y estrategias para no depender de las grandes tecnológicas
El Future Trends Forum de la Fundación Innovación Bankinter ha reunido a líderes internacionales del ámbito científico, empresarial y tecnológico para analizar una de las fronteras más disruptivas de la inteligencia artificial: la IA física (Embodied AI). Esta nueva generación de IA, que abandona el plano puramente digital para integrarse en el mundo físico, plantea un cambio radical en nuestra relación con la tecnología. Desde robots autónomos hasta dispositivos inteligentes que interactúan con su entorno, el foro ha explorado los avances, retos éticos y oportunidades estratégicas que definen esta revolución. Una transformación que no solo afecta al tejido industrial o sanitario, sino también al equilibrio geopolítico y la soberanía tecnológica.
En este contexto se enmarca la intervención de Jordan Sun, emprendedor, exmilitar y exdirector de innovación del Ayuntamiento de San José (California), quien lanzó una advertencia clara: estamos entrando en una nueva carrera por el poder tecnológico. Y quien no actúe a tiempo, quedará subordinado.
“No se trata de quién tiene la mejor IA, sino de quién puede evitar ser subyugado.”
Una nueva geopolítica de la inteligencia artificial
Sun compara el desarrollo de la inteligencia artificial con la carrera nuclear: hoy solo cuatro actores dominan los grandes modelos fundacionales de IA, y tres empresas concentran el mercado global de servicios en la nube. Esta concentración extrema supone una amenaza, tanto para la soberanía de los países como para la autonomía estratégica de las empresas.
La dependencia de tecnologías que no se entienden ni se controlan coloca a gobiernos y organizaciones en una posición de vulnerabilidad. Y la solución no pasa por competir en velocidad, sino por construir capacidades propias, adaptadas al contexto local y alineadas con los intereses nacionales.
Una lección de historia (y de ciencia ficción)
Para ilustrar esta dinámica, Jordan Sun recurre al universo de Fundación, de Isaac Asimov, donde una civilización avanzada ofrece tecnología a otras, sin permitirles entenderla ni replicarla. Lo mismo ocurre hoy: muchos países usan modelos de IA o infraestructura cloud sin tener soberanía sobre ellos.
El paralelismo también es histórico. Japón se modernizó tras el choque con las potencias occidentales; China lanzó su plan Made in China 2025 para reducir su dependencia de EE.UU. Sun lo resume así: “No hay soberanía sin capacidad tecnológica propia”.
Gobiernos y empresas: corresponsables del cambio
Sun defiende que los gobiernos deben asumir un papel más activo, desarrollando políticas que promuevan no solo la adopción, sino la comprensión y el control de las tecnologías emergentes. Pone como ejemplo la legislación estadounidense E-Government Act, que institucionalizó el rol de los CIO en la administración pública. También destaca el papel pionero de California en políticas de innovación digital. En Europa, cita el GDPR como modelo de regulación robusta, y en China, medidas como la prohibición de exportar muestras genéticas para preservar la soberanía de sus datos biomédicos.
También subraya el papel de la Unión Europea con el GDPR y la regulación de datos, o de China con sus restricciones sobre la exportación de muestras genéticas. La idea es clara: no basta con tener talento o startups; hace falta estrategia institucional.
En el sector privado, citó el ejemplo de Nuro, startup de vehículos autónomos que ha colaborado activamente con reguladores desde su creación. Integrar la innovación con el interés público puede ser una ventaja competitiva y una forma de legitimar el avance tecnológico.
En esta misma línea, el también ponente del FTF David Shrier refuerza este enfoque desde el ámbito académico y de políticas públicas. En su intervención, Shrier analiza cómo los gobiernos están articulando estrategias de IA soberana para reducir su dependencia de las grandes tecnológicas y construir modelos que reflejen sus idiomas, valores y prioridades nacionales. Shrier señala que muchos gobiernos quieren liderar la IA sin comprender que no basta con desarrollar modelos: hay que controlar toda la pila tecnológica, desde los chips hasta la infraestructura energética.
“Todos quieren su propio LLM, pero ignoran que necesitas talento, hardware, datos y energía. Como con la energía: nadie es totalmente autónomo.”
Puedes leer su visión en este artículo:
IA soberana: la nueva estrategia global para no depender de las Big Tech[AGC1]
¿Quién lo está haciendo bien?
Durante la sesión de preguntas del foro, surgió una cuestión clave: ¿qué países están abordando de forma inteligente esta carrera por la IA soberana? La respuesta de Sun fue matizada: no hay soluciones perfectas, pero sí enfoques interesantes:
- Israel ha creado un ecosistema ágil que usa otros mercados como plataforma para escalar.
- El Reino Unido es líder en productividad per cápita en IA y ha apostado fuerte por la investigación fundamental.
- Singapur, aunque depende de centros de datos externos, ha construido una narrativa de soberanía digital muy eficaz.
- Abu Dhabi ha sorprendido al mundo con su universidad de IA y modelos propios como Falcon.
- China invierte de forma masiva, aunque sus restricciones ideológicas podrían limitar el desarrollo de modelos potentes a largo plazo.
El caso europeo también se menciona: modelos como Mistral podrían despegar si logran respaldo político y financiero coordinado.
¿Una gobernanza global para la IA?
Sun cierra su intervención lanzando una propuesta ambiciosa: pensar en una estructura de gobernanza global para los modelos de inteligencia artificial, que actúe como contrapeso al dominio de unos pocos actores. Una especie de ONU tecnológica que garantice un acceso más equitativo, transparente y seguro a las herramientas que van a definir el futuro.
“Es inevitable que un país lidere. Pero aún estamos a tiempo de diseñar una arquitectura global que mitigue los desequilibrios.”
Para Sun, la carrera no es solo por la innovación, sino por la autonomía. Y en este nuevo mapa, quien no domine sus tecnologías, será dominado por ellas.