Inversión
Diez frases que nunca deberías decirle a un inversor
A un inversor puede interesarle tu proyecto, pero también muchos otros, con lo que, aunque te duela reconocerlo, siempre irás con desventa
Así que has quedado con un inversor para que le eche un ojo a tu startup, ¿eh? ¡Enhorabuena! Es una gran oportunidad, qué duda cabe, pero ojo: ve con mucho cuidado. A un inversor puede interesarle tu proyecto, pero también muchos otros, con lo que, aunque te duela reconocerlo, siempre irás con desventaja.
Y hay ciertas frases que aumentarán esa desventaja desde el principio. Aquí van diez cosas que, salvo excepciones, no deberías decirle a un inversor si no quieres empezar con mal pie:
1. “Necesito alguien que financie mi proyecto”. A ver, aclaremos esto cuanto antes: si tienes un negocio, necesitas un inversor, que no solo te pedirá recuperar el dinero que ha metido, sino también multiplicarlo lo mejor posible. Si lo que buscas es alguien que te deje el dinero inicial para luego devolvérselo, acude a un banco o a tu entorno cercano. Y si quieres a alguien que te regale el dinero porque sí… lo sentimos, los mecenas desaparecieron en el siglo XIX.
2. “Por ahora solo es una idea…”. Alto. Stop. ¡Para, por Dios! Cualquier inversor se sabe de memoria una frase. “Lo importante no es la idea, sino la ejecución”. Si necesitas un inversor profesional, vuelve a hablar con él cuando tengas algo desarrollado.
3. “Lo compatibilizo con mi otro trabajo”. Si tu proyecto aún no es rentable y no tienes ahorros de sobra, igual lo estás compatibilizando con otro trabajo. No seremos nosotros los que cuestionen eso; de hecho, nos parece muy bien, pero entiende que un inversor necesita bastante más. Si se va a jugar su dinero, querrá que pongas el 100% de tu esfuerzo.
4. “Necesitamos tres años de desarrollo”. Es probable que tu proyecto tenga una tecnología compleja y necesites un tiempo. Sin embargo, el inversor te dirá que siempre es mejor que saques cuanto antes un producto mínimo viable (MVP, por sus siglas en inglés) y vayas haciendo cambios sobre él. Si no puedes hacer eso, espérate a tener el producto para pedir inversión profesional.
5. “Aún no tenemos modelo de negocio”. Seamos sinceros: todos conocemos startups con millones de usuarios que aún no tienen un modelo de negocio claro. Esto a veces puede funcionar, pero, por lo general, un inversor querrá saber cómo piensas ganar dinero.
6. “El mercado es enorme, solo necesitamos un 5%”. De acuerdo, estás en un mercado gigantesco y sobrevivirías con llevarte solo el 5%, incluso con el 1%. Pero, ¿sabes cuántas startups han hecho ese mismo cálculo? Y, ¿sabes cuántas sobrevivirán dentro de dos años?
7. “¿Qué me das, además de dinero?”. Mucho ojo con esta pregunta: si estás en una fase inicial, quizá tu inversor pueda proporcionarte know how, contactos o incluso cierto trabajo diario. Pero si acudes a un inversor profesional, solo te dará dinero (¿te parece poco?).
8. “Tienes que firmar un acuerdo de confidencialidad”. A menos que tu proyecto sea muy concreto o tengas una tecnología muy específica, no tiene sentido que exijas firmar un acuerdo de confidencialidad.
9. “La valoración es innegociable”. Si pronuncias esta frase, esperamos de verdad que seas el próximo Steve Jobs. Si no, mal asunto: primero, porque esto es un juego de dos y siempre hay que negociar; segundo, porque esa soberbia no dará buena imagen de ti.
10. “No hay ningún riesgo”. Seamos claros: todas las startups tienen su riesgo. Si a un inversor le dices que no asumirá ningún riesgo contigo, seguramente le estarás mintiendo. Además, si es cierto que no hay ningún posible riesgo de acabar arruinados, ¿por qué no consigues el dinero en un préstamo, en vez de acudir a inversores y darles un porcentaje de tu empresa?