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El reto de no desperdiciar comida y sus soluciones 

El reto de no desperdiciar comida y sus soluciones 

Las tecnologías avanzadas desempeñan un papel crucial en la reducción del desperdicio de alimentos, un problema global que contribuye significativamente a las emisiones de CO2.

El informe del Future Trends Forum de la Fundación Innovación Bankinter dedicado al tema de la ‘Agricultura inteligente: el desafío de la alimentación sostenible’ intenta abordar posibles soluciones a la necesidad de alimentar a una población mundial que se prevé alcanzará los 10.000 millones para 2050. Con desafíos enormes como las crisis energética, climática y de recursos hídricos, una de las prioridades es reducir el desperdicio alimentario, una problemática con severas implicaciones económicas, ambientales y sociales que el foodtech intenta solucionar. 

Cada año en el mundo se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos; si las emisiones de CO2 generadas por la macro cadena agroalimentaria representan del 21 al 37 % del total, el 8-10 % de estas son atribuibles a alimentos no consumidos, con un gasto para producirlos que es de alrededor de un billón de euros. La ONU también se ha hecho cargo de la lucha contra el desperdicio de alimentos, incluyéndolo en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.  

De cada 19 piezas de frutas y vegetales producidas, solo 10 son consumidas, con pérdidas en diferentes etapas de la cadena de suministro. Está claro que los hábitos de los consumidores deben cambiar, pero esto no es suficiente, la agricultura debe adoptar nuevas prácticas de eficiencia en el uso de los recursos, tanto naturales como energéticos. La aplicación de la economía circular en su totalidad, así como de la agricultura de precisión y regenerativa, pueden marcar la diferencia, junto con nuevos paradigmas productivos adoptados por toda la industria.  

En esta tarea conjunta, las tecnologías abren nuevas perspectivas. Frente a desafíos globales como la deforestación, el trabajo infantil y la ineficiencia en el uso de los recursos, los sistemas de trazabilidad avanzados ofrecen una solución innovadora para monitorizar y gestionar los impactos ambientales y sociales de la producción alimentaria. Gracias a herramientas como blockchain y sensores IoT, se puede seguir el recorrido de los alimentos desde su origen hasta el consumidor, recopilando datos en tiempo real sobre el origen de los productos, las condiciones de trabajo y los impactos ambientales a lo largo de toda la cadena de suministro.  

Una mayor transparencia fomenta prácticas más éticas y ecológicas, además de ayudar a identificar ineficiencias y reducir desperdicios. En este sentido, la consultora independiente Julie Sigles considera la trazabilidad como “una estrategia integral que puede llevar a la industria alimentaria hacia un futuro más verde y justo»

Por otro lado, la inteligencia artificial (IA) aplicada a la agricultura de precisión puede aumentar la producción de los cultivos hasta un 20 % y reducir el uso de agua en un 30 %, optimizando los niveles de inventario en tiempo real y previniendo el exceso o falta de stock.  La IA también puede predecir la vida útil de un producto, y así acelerar o retrasar su comercialización para que llegue en óptimas condiciones a su destino. El resultado es una producción más eficiente, que maximiza los rendimientos y minimiza el desperdicio de recursos y alimentos. 

Otro de los frentes estratégicos para ofrecer soluciones sostenibles en tema alimenticio es el de los envases, dado que el 40 % de los plásticos producidos se utiliza para envasar alimentos y bebidas, lo que contribuye significativamente a la contaminación ambiental. Los expertos que participaron en el Future Trends Forum propusieron soluciones innovadoras como los envases activos e inteligentes que prolongan la vida útil de los alimentos y reducen el desperdicio.  

Aquí también la tecnología entra en juego para ofrecer nuevas posibilidades. La compañía estadounidense APTAR, por ejemplo, trabaja en el desarrollo de soluciones de envasado activo y anti patógenos, aprovechando el potencial de tecnologías como InvisiShield™ y SEAWELL. Aplicar esta innovación mejora la seguridad y calidad de los alimentos, contribuye significativamente a la extensión de su vida útil y, por lo tanto, favorece la reducción del desperdicio alimentario. El reto es perfeccionar y escalar soluciones como estas para que se generalicen. 

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