Salud
Omar Najid (Docline): de sustituir el papel a la salud digital que atiende en 48 horas

En este Café con emprendedores descubrimos la historia de Omar Najid, CEO y cofundador de Docline, la healthtech española que digitaliza la atención médica , incluyendo la receta electrónica.. Este modelo de negocio contribuye a reducir las listas de espera y transforma la experiencia de médicos, aseguradoras, hospitales y pacientes
La iniciativa “Café con emprendedores” de la Fundación Innovación Bankinter te acerca a referentes del ecosistema emprendedor español para conocer de primera mano sus trayectorias, aprendizajes y visión sobre el futuro.
Nuestro último Café lo hemos tomado con Omar Najid, CEO y cofundador de Docline, una startup que ha revolucionado el sector de la salud digital convirtiéndose en uno de los hospitales digitales de referencia en España, que ha iniciado su expansión internacional, incluyendo Latinoamerica y Marruecos, como parte de su estrategia de crecimiento global. Desde sus inicios digitalizando la receta médica privada hasta convertirse en una plataforma integral que trabaja con aseguradoras, hospitales, farmacias y empresas, Docline ha sabido adaptarse al mercado y escalar en uno de los sectores más complejos y regulados.
En su conversación con José Carlos Huerta, nuestro Director del Programa Startups, y con Carlos Montalvo, miembro del equipo, Omar comparte con nosotros cómo ha sido su recorrido personal desde Marruecos hasta liderar una healthtech puntera en Málaga, los retos de emprender en un sector exigente como el de la salud, el papel de la inteligencia artificial y los dispositivos médicos en el futuro de la medicina, así como su visión sobre la financiación en salud digital y la importancia del venture capital y la banca en el crecimiento de las startups.
Omar es un emprendedor que ha logrado algo poco habitual: transformar una necesidad real en una solución escalable, útil y respaldada por grandes corporaciones del sector salud. Docline es hoy uno de los hospitales digitales de referencia en España. Su historia está marcada por la resiliencia, el aprendizaje continuo y la capacidad de ejecutar con foco. Esta es su trayectoria, contada por él mismo.
Aquí puedes ver el Café con Omar Najid:
Café con Omar Najid, CEO y Co Founder Docline
De Marruecos a España: la historia detrás del emprendedor
Omar Najid llegó a España desde Marruecos con 17 años. Estudió Empresariales en Granada y pasó una etapa clave en Inglaterra, donde cursó un Bachelor y vivió su primer choque cultural y profesional con un entorno completamente distinto.
Corría 2008, una época complicada para entrar al mercado laboral. Mientras algunos de sus compañeros se incorporaban a empresas familiares, él decidió probar suerte por su cuenta. Así nació su primer proyecto, una consultora internacional centrada en ayudar a empresas españolas a expandirse en Marruecos, un país que él conocía a fondo. Durante cinco años, esa aventura le permitió ver de cerca lo que funciona y lo que no cuando una empresa intenta saltar de país sin preparación. Aprendió sobre la marcha, cometiendo errores, corrigiendo, escuchando al cliente.
El salto a la tecnología y el inicio de Docline
Pese a no tener formación técnica, Omar siempre ha sido un apasionado de la tecnología. Early adopter confeso, probaba todas las herramientas, apps y plataformas que caían en sus manos. En un momento de saturación con la consultoría tradicional, vendió su participación y se pasó al mundo de la consultoría tecnológica, en pleno boom de las aplicaciones móviles.
Fue entonces cuando conoció a su actual socio, Roberto Medina, médico de profesión. juntos lanzaron una consultora de proyectos digitales centrada en salud. A partir de varios encargos, y tras detectar una necesidad concreta que Roberto vivía en primera persona como médico, surgió la idea de Docline: una plataforma para digitalizar la receta médica privada.
De una idea a una startup (con muchas curvas por el camino)
Docline nació en 2015 como un SaaS para médicos del sector privado. En España, donde el sistema público de salud es fuerte, también existe una sanidad privada que da cobertura a más de 12 millones de personas. Ese era el mercado objetivo. El primer producto permitía a los médicos emitir recetas electrónicas de forma legal, segura y eficiente, sin depender del papeleo tradicional.
La necesidad era real, pero el mercado no estaba preparado. Los médicos no estaban dispuestos a digitalizar sus procesos, y los colegios médicos aún operaban con burocracia analógica. El timing no era el adecuado. Y como bien dice Omar, en las startups no basta con tener una buena idea; hay que tener también el momento correcto y la capacidad de ejecución.
Durante esos primeros años, Docline no encontraba tracción. Pese a haber desarrollado la tecnología, la adopción era escasa. Eso les llevó a repensar el modelo de negocio y pivotar hacia una estrategia B2B. En lugar de vender médico a médico, empezarían a ofrecer su plataforma a grandes aseguradoras, grupos hospitalarios, farmacias y empresas. De esta manera, podían escalar más rápido, ganar volumen y centrarse en lo que sabían hacer mejor: tecnología.
Qué es hoy Docline: un hospital digital de marca blanca
Docline se ha consolidado como una plataforma integral de salud digital. Ofrece videoconsultas médicas, receta electrónica, historia clínica digital, chat médico y conexión con las más de 22.000 farmacias en España. Todo esto con una capa de personalización que permite a las empresas utilizar la plataforma con su propia marca, integrándola en sus servicios existentes.
Este enfoque ha permitido a Docline trabajar con compañías como IVI, Vithas, MAPFRE y otros grandes players del sector salud. Pero más allá de los nombres, lo relevante es el impacto.
Docline no solo digitaliza procesos. Mejora radicalmente la experiencia del paciente, del médico y de las corporaciones que prestan servicios de salud.
Qué aporta a aseguradoras y empresas
En el caso de las aseguradoras, Docline se ha convertido en un aliado para reducir los costes médicos y las listas de espera. Su plataforma permite ofrecer servicios médicos en remoto de forma escalable, eficiente y totalmente integrada en el ecosistema de cada aseguradora.
Para las empresas que ofrecen servicios de salud a sus empleados, Docline representa una solución flexible, adaptable y moderna. Muchas organizaciones que cuentan con seguros médicos corporativos han encontrado en esta plataforma una manera de ampliar la cobertura, eliminar desplazamientos y facilitar el acceso a profesionales de distintas especialidades. Además, la posibilidad de ofrecer atención médica en menos de 48 horas marca una diferencia clave frente al sistema tradicional.
El valor para los médicos
Uno de los pilares de Docline es su relación con los profesionales sanitarios. Lejos de intentar sustituirlos, la plataforma está diseñada para potenciar su trabajo, reducir su carga administrativa y permitirles centrarse en lo que realmente importa: la atención al paciente.
Los médicos que usan Docline disponen de una herramienta profesional, ágil, sin fricciones tecnológicas, que les permite realizar videoconsultas, emitir recetas electrónicas y acceder a la historia clínica del paciente desde un único entorno. Según Omar, muchos médicos valoran especialmente la posibilidad de compatibilizar la consulta presencial con la digital, sin duplicar esfuerzos.
El caso de uso de la dermatología y otras especialidades
Una de las especialidades que mejor ha encajado en el modelo de Docline es la dermatología. Es un área muy visual, donde muchas veces una imagen de calidad puede bastar para diagnosticar o hacer un seguimiento eficaz. Esto ha permitido implementar un modelo de atención remota muy potente, que ha reducido tiempos de espera y ha mejorado la experiencia del paciente.
Lo mismo ocurre con otras especialidades como la psicología, la endocrinología o la medicina general. En muchas de ellas, la presencialidad no es un requisito indispensable para ofrecer una atención de calidad. Y en todas, la digitalización permite una mejor gestión del tiempo y una mayor continuidad en el seguimiento.
Inteligencia artificial, sí. Pero con sentido clínico
Omar Najid no es un tecnólogo sin contexto. Sabe que, en salud, la tecnología es un medio, no un fin. Y que la inteligencia artificial no viene a sustituir al médico, sino a potenciar su capacidad de trabajo.
Durante la entrevista, insiste en la importancia de implementar IA con un enfoque práctico y médico. Docline está integrando funcionalidades de inteligencia artificial que permiten mejorar la experiencia del paciente, agilizar procesos clínicos y asistir a los profesionales sanitarios en tareas como la gestión del historial clínico, la clasificación de síntomas o el análisis de imágenes.
Sin embargo, también alerta contra el riesgo del hype. “En salud, no podemos jugar a la IA sin supervisión médica. Tiene que haber evidencia clínica, seguridad y regulación. No se trata de lanzar un chatbot bonito, sino de aportar valor real”, explica.
En el caso de especialidades como dermatología o medicina general, la IA puede ayudar a prediagnosticar o derivar mejor, pero siempre con un médico detrás. El objetivo es liberar al profesional de tareas repetitivas, sin comprometer la calidad asistencial. Según Omar, las tecnologías más interesantes son aquellas que se integran en el flujo clínico sin fricción, sin molestar, y que aportan información útil y procesable.
Además de esta primera vía -centrada en asistir al profesional desde dentro del flujo asistencial-, Omar habla de una segunda aproximación emergente: el desarrollo de dispositivos médicos conectados capaces de generar decisiones clínicas automáticas. Aquí se abren oportunidades con los wearables, sensores inteligentes y dispositivos que miden constantes vitales en tiempo real. Si están homologados, y cumplen con los estándares regulatorios, pueden activar alertas o incluso gestionar derivaciones al sistema de salud de forma autónoma.
Esto es especialmente prometedor en ámbitos como la cardiología, el control de diabetes o el seguimiento postoperatorio, donde un dispositivo puede detectar anomalías antes incluso de que el paciente lo perciba. Pero, advierte Omar, esta aproximación implica una gran responsabilidad: “Hablar de dispositivos que toman decisiones es hablar de medicina, no solo de tecnología. Aquí la IA no es solo un asistente, puede ser un actor. Y eso exige pruebas clínicas, regulación, y sobre todo ética”.
Ambas aproximaciones -la IA como copiloto del médico y la IA embebida en dispositivos inteligentes- son complementarias. Y, según Omar, marcarán el desarrollo del sector en los próximos años. La clave estará en cómo se integran, se validan y se adoptan en el día a día clínico sin perder nunca de vista lo esencial: la salud de las personas.
El gran reto: atender en menos de 48 horas
Uno de los objetivos que se ha marcado el equipo de Docline es garantizar que cualquier paciente pueda ser atendido en menos de 48 horas por videoconsulta. Este estándar es radicalmente diferente al del sistema tradicional, donde las listas de espera pueden ser de semanas o incluso meses.
Lograr esta meta implica una arquitectura tecnológica robusta, una red de profesionales disponible y procesos internos muy optimizados. Pero también implica una visión clara: que la salud digital no solo debe replicar lo que ya existe, sino mejorarlo.
Omar insiste: “El objetivo no es digitalizar por digitalizar. Es mejorar radicalmente la experiencia de médico y paciente. Y eso pasa por hacer las cosas más simples, más rápidas y más humanas.”
La pandemia como acelerador (pero no como origen)
Cuando llegó la pandemia de COVID-19, muchas startups del sector salud comenzaron a nacer o escalar a toda velocidad. En el caso de Docline, la ventaja era que ya llevaban años desarrollando su plataforma, validando casos de uso y creando alianzas. Así que cuando el mercado explotó, ellos estaban preparados.
Pasaron de cientos a miles de consultas. Escalaron su equipo, su infraestructura y su red médica. Fue una validación en tiempo real de la solidez del modelo.
Venture Capital en salud: una liga diferente
Otro de los temas clave que surgió en el café fue el de la financiación. Docline, como muchas startups, ha levantado capital para crecer. Pero el camino en el sector salud no es como en otros verticales.
Omar explica que levantar rondas en salud requiere paciencia, datos y confianza. “Esto no es e-commerce. Aquí no escalas en 3 meses y haces un exit en 2 años. En salud los ciclos son largos, la regulación es compleja y la validación lleva tiempo. Pero si haces bien las cosas, creas mucho valor”.
En su experiencia, los fondos de venture capital que invierten en salud suelen pedir más evidencia y más tracción antes de entrar. También valoran mucho el equipo fundador, la solidez del producto y las alianzas estratégicas. En el caso de Docline, haber trabajado con grandes MAPFRE fue un argumento muy fuerte a la hora de cerrar inversión.
Omar detalla además cómo cambia el proceso según la fase. Una ronda Seed suele centrarse en la visión, el equipo fundador y el potencial de mercado. Ahí los inversores confían más en las personas que en las métricas, porque el producto todavía está en desarrollo. En cambio, una Serie A es otra liga: se exige tracción clara, clientes relevantes, métricas de crecimiento y un plan de escalabilidad probado. “En la Serie A ya no basta con prometer; tienes que demostrar que tu modelo funciona y que eres capaz de multiplicar con más capital”, explica.
Aquí Omar subraya algo menos habitual en el discurso emprendedor: el papel clave de los bancos en el crecimiento de las startups. La banca, dice, no solo debe verse como un financiador tradicional, sino también como un actor que puede acompañar el desarrollo del ecosistema, tender puentes con grandes corporaciones y apoyar a los emprendedores en fases críticas de crecimiento.
En este sentido, la labor de Bankinter y su Fundación de Innovación ha sido diferencial en España. A través de programas como Startups o Scaleup Spain Network, la Fundación aporta conocimiento, networking y acompañamiento estratégico. El propio Omar recuerda cómo su paso por la red de Scaleup Spain Network fue clave para acceder a contactos de alto nivel y acelerar el crecimiento de Docline. “El capital es importante, pero igual de importante es tener al lado a instituciones que te abren puertas y te ayudan a profesionalizar tu proyecto”, afirmó.
Su mensaje para emprendedores del sector es claro: levantar capital en salud es más difícil, pero también más sostenible. Y, sobre todo, tiene un impacto real en la vida de las personas. Y si a eso se suma el acompañamiento de instituciones como la Fundación Innovación Bankinter, las probabilidades de éxito se multiplican.
Lecciones como emprendedor: foco, persistencia, equipo y cultura
Durante la conversación, Omar comparte varias lecciones clave. La primera es la importancia del foco. En el sector salud hay muchas oportunidades, pero también muchas distracciones. Saber decir “no” es tan importante como saber ejecutar.
La segunda lección es la persistencia. Emprender en salud es lento. Hay normativas, burocracia, resistencia cultural. Pero si el propósito es claro, la recompensa llega.
La tercera es el valor del equipo. Un emprendedor no lo puede hacer todo. Rodearse de personas que complementen tus habilidades, que compartan la visión y que se mantengan firmes en los momentos difíciles, es clave para construir algo que dure.
En este punto, Omar hizo especial hincapié en la cultura y los valores como elementos centrales del éxito de cualquier startup. No se trata solo de contratar a profesionales brillantes, sino de asegurarse de que encajen con la misión de la compañía y con la forma en la que se trabaja en ella. Cada incorporación, dice, puede reforzar o erosionar la cultura existente, y por eso es tan importante cuidar el proceso de selección y el acompañamiento de los nuevos fichajes. “Puedes tener el mejor talento técnico del mundo, pero si no comparte tus valores, acabará siendo un freno en lugar de un motor”, subraya.
Para Omar, la cultura no es un intangible: es el pegamento que une al equipo, lo que da coherencia a las decisiones difíciles y lo que mantiene viva la visión incluso en los momentos de máxima incertidumbre.
El futuro de la salud: interoperabilidad, prevención y personalización
Omar tiene una visión clara del futuro del sector. Para él, la salud debe ser cada vez más interoperable: la historia clínica debe viajar con el paciente, no quedarse en una consulta. También debe ser más preventiva: no esperar a que haya un problema, sino anticiparse. Y debe ser personalizada: adaptar el tratamiento al perfil y contexto de cada persona.
La tecnología -insiste- no sustituye al médico. Pero puede multiplicar su impacto. Y si se usa bien, puede mejorar la vida de millones de personas.
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