Blockchain
Qué son los smart contracts, cómo funcionan y para qué sirven

Los smart contracts funcionan como contratos inteligentes que se autoejecutan en función del cumplimiento de unas condiciones. ¿Qué posibilidades abre esta nueva tecnología?
Las bases de datos distribuidas (más conocidas por sus siglas en inglés, DLT) están revolucionando los sistemas contables gracias a que la información que contienen es 100 % fiable. Es sobre estas bases de datos sobre las que se construyen smart contracts, contratos inteligentes que se activan y autoejecutan cuando se cumplen determinadas condiciones. Seguros, fiables y asequibles, ¿es este el futuro de la burocracia?
¿Qué es un smart contract o contrato inteligente?
Los smart contract, traducidos como contratos inteligentes, son programas informáticos muy simples que usan como soporte la tecnología de registros distribuidos (DLT). Suena un poco intimidante, pero lo cierto es que estos mecanismos son extremadamente sencillos.
A diferencia de una base de datos tradicional (Excel, por poner un ejemplo que todos tenemos en mente), las bases de datos distribuidas no están almacenadas en un único lugar. En vez de esto, se encuentran registradas de forma compartida o distribuida, de forma que muchos usuarios (aquí llamados nodos) tienen una copia de la base de datos en cuestión.
Cuando muchos nodos tienen una misma base de datos, alterarla de forma fraudulenta es prácticamente imposible. Sería como tratar de editar decenas o cientos de archivos ubicados por todo el planeta. De ahí que se consideren un registro excepcionalmente fiable, cercano al 100 %.
Sobre este registro se construyen diferentes disparadores o triggers, que son programas con la forma:
Si [pasa algo] entonces [hago algo]
Estos programas son los smart contracts, que se activan bajo determinadas condiciones de la misma forma en que el termostato le dice al aparato de clima que se ponga en marcha:
Si [baja la temperatura] entonces [se enciende la caldera]
Dada la fiabilidad de la tecnología de almacenamiento DLT, y que los automatismos de los contratos inteligentes se construyen sobre ella, los smart contracts resultan una opción ideal para todo tipo de aplicaciones que requieran de un alto nivel de exigencia en su ejecución.
Las grandes ventajas de los contratos inteligentes
Los contratos entre dos partes no son una novedad. Tampoco lo son los disparadores autónomos y automáticos. De hecho, los primeros termostatos regulables datan de 1620, cuando Cornelis Drebbel usó el termostato de mercurio para controlar la temperatura de una incubadora para pollos. Frente a sistemas más simples, los contratos inteligentes tienen ventajas clave:
1. Validez: los smart contracts se cumplen sin intermediarios
Al no depender de una autoridad central, los contratos inteligentes se ejecutan sin intermediarios. Dicho de otra forma, nadie tiene que apretar un botón, tomar una decisión, equivocarse o, simplemente, cambiar de opinión en el último momento. Si las condiciones del contrato se cumplen, entonces este se ejecuta gracias al procesamiento de datos de forma distribuida.
La seguridad y fiabilidad que esto aporta a acuerdos entre partes simplemente no tiene comparación en los métodos tradicionales. Por ejemplo, un contrato civil puede haber sido firmado por dos o más partes, e incluso regulado ante notario, pero existe la posibilidad de que no se lleve a cabo. Un smart contract no puede no cumplirse, eliminándose el error humano.
2. Reducción de riesgos: seguridad casi absoluta

La tecnología de bases de datos distribuidas suele usar mecanismos de blockchain como la prueba de trabajo (un sistema mediante el cual los nodos compiten por consolidar la información), que soluciona un problema matemático llamado coloquialmente “el problema de los generales bizantinos”. O lo que es lo mismo: cómo hacer que un sistema no centralizado funcione.
Ya sea mediante pruebas de trabajo u otros mecanismos como las pruebas de almacenamiento o de consenso (diferentes formas de confirmar información), ocurre que las redes distribuidas eliminan casi por completo cualquier riesgo derivado de errores. Simplemente, no pueden darse. Son seguros por defecto porque la manera en que fijan información exige que todos los nodos la confirmen.
También aporta seguridad el saber que no pasa nada si un nodo se cae: siempre habrá nodos disponibles con el mismo contenido. Dicho de otra forma: la información no puede ser perdida porque no existe en un único lugar.
3. Automatización: se cumplen siempre
Como se ha adelantado, los smart contracts no pueden no cumplirse si se dan las condiciones del disparador. Esto hace que se autoejecuten instantes después de que todo haya sido verificado. Esto es una ventaja innegable en compras automatizadas.
Por ejemplo, una empresa fabricante podría generar contratos inteligentes para la compra de materias primas si se cumplen varias condiciones: que falte en el almacén, que esté en determinado rango de precios y que vaya a llegar para cuando haga falta. Sin esas condiciones, el contrato no se ejecuta, pero en el momento en que se den (que puede ser de madrugada) se autoejecutan.
¿Para qué aplicaciones son útiles los smart contracts?
La rápida aceptación de esta tecnología de smart contracts sobre tecnología de bases de datos distribuidas DLT es completamente coherente con sus ventajas y aplicabilidad. Básicamente, cualquier sistema que necesite de ejecución bajo determinadas condiciones es susceptible de aplicarse.
Desde compras automatizadas a pagos de nóminas, de firmas de contratos a notificaciones móviles, de alquileres inteligentes a sistemas de alertas tempranas por terremoto. Que puedan usarse para prácticamente todo hará que los contratos inteligentes sean una tecnología básica y horizontal. Multiuso, versátil, ubicua, funcional y segura, parece la nueva iteración para firmar acuerdos.