Robótica

Robótica en agricultura: un nuevo horizonte en el sector

Robótica en agricultura: un nuevo horizonte en el sector

La robótica se aplica de forma habitual en la producción de alimentos, pero esta tecnología llega también al campo abierto o a los invernaderos para contribuir al ámbito agrícola.

La agricultura y la tecnología son dos conceptos que pueden parecer antitéticos, pero solo si se tiene una visión parcial anclada en un mundo ancestral. Hoy en día, la inteligencia artificial, el Big Data y la robótica están emergiendo progresivamente como habilitadores de una revolución que apunta a responder a las necesidades de una población cada vez mayor y con menos recursos disponibles.

La agricultura representa el 6,4 % de toda la producción económica mundial y, en el contexto de un desarrollo sostenible, las nuevas tecnologías son un factor clave para la transformación del sector, como se destacó en el Future Trends Forum dedicado al desafío de la alimentación, organizado por la Fundación Innovación Bankinter. 

Muchas inversiones se están concentrando en la robótica, que puede desempeñar un papel en todas las fases fundamentales: desde la siembra, la eliminación de malas hierbas hasta la cosecha. La creciente demanda de robótica agrícola está impulsada por una serie de factores, entre ellos la disminución de la disponibilidad de mano de obra, la erosión de los terrenos, el crecimiento de la agricultura indoor y la automatización del sector.

Hoy en día la robótica ya está presente en muchas actividades, en los campos y en los invernaderos. Japón es actualmente el líder mundial en investigación y desarrollo de robots agrícolas y el gobierno concede apoyo financiero para la adopción de agro robots en zonas críticas, montañosas y con alta tasa de despoblación. Además, incentiva proyectos relacionados con la formación tecnológica del capital humano a través de plataformas digitales de ‘conocimiento y experiencia’.

En América del Norte se registra una fuerte inversión de privados y del gobierno, en particular para vehículos autónomos, drones y sistemas relacionados con las fases de la cosecha. Carry, por ejemplo, es un robot que utiliza la inteligencia artificial, la automatización y la energía eléctrica para transportar hasta 230 kilogramos de cosechas siguiendo autónomamente a los trabajadores y evitando obstáculos. 

En los Estados Unidos encontramos Abundant Robotics, una empresa que ha desarrollado un robot para la recolección de manzanas capaz de completar el trabajo las 24 horas del día. La solución adoptada es un brazo robótico en forma de ‘aspiradora’, es decir, la fruta es aspirada por el dispositivo y solo entra en contacto con el aire, evitando así dañar su superficie con una herramienta mecánica.

En Europa, el centro de investigación Fraunhofer EZRT está desarrollando sistemas robóticos flexibles para obtener soluciones personalizadas que puedan implementarse a gran escala. Por otro lado, CODECS es un proyecto Horizon Europe que analiza las empresas agrícolas, a través de un sistema de apoyo a la decisión (DSS), para evaluar el impacto de las tecnologías digitales. En esencia, quiere mejorar la capacidad de los agricultores europeos para adoptar la digitalización como factor habilitador y, al mismo tiempo, documentar los beneficios y los costos para crear un vademécum.

Entre las empresas involucradas también hay ganaderos. Se prevé, de hecho, un aumento considerable de la demanda de robots para el ordeño, para suplir a la escasez de mano de obra y ahorrar tiempo. Entre los proyectos europeos activos está Rob4Crops, un sistema robótico a través del cual se actualizan las máquinas agrícolas existentes para trabajar en conjunto con los robots. El sistema se basa en un software de planificación y programación que utiliza la tecnología digital twin.

También en la agricultura indoor se encuentran aplicaciones muy interesantes. Más de dos mil millones de plantas en maceta se venden cada año en los Estados Unidos y casi todas requieren una manipulación repetida, un trabajo arduo que obliga a las personas a estar mucho tiempo en posición encorvada: la robótica puede ser una solución. De aquí la misión de Harvey de Harvest Automation, la empresa que produce un pequeño robot móvil diseñado para su uso en viveros e invernaderos. Puede localizar, transportar y organizar autónomamente plantas en maceta tanto dentro de los edificios como en los campos al aire libre.

La startup israelí MetoMotion ha desarrollado robots capaces de realizar tareas de alta intensidad de mano de obra en invernaderos. La primera aplicación de la empresa fue la recolección de tomates con un robot que combina avanzados sistemas de visión tridimensional y algoritmos de visión artificial para identificar y localizar los frutos maduros y luego coordinar varios brazos robóticos. La máquina también está equipada con un actuador terminal para la recolección no destructiva y un sistema de embalaje a bordo.

En Europa, la startup española Agrobot ha creado un robot recolector de fresas completamente automático, equipado con 24 brazos. La máquina utiliza el aprendizaje automático para medir la madurez de la fruta. En Burdeos y en el sur de Francia, los robots ya están en los viñedos y más al norte, en Cognac, recorren el suelo de los crus Grand Champagne y Petite Champagne. Un robot, denominado Ted, ha sido desarrollado por Naïo Technologies en Toulouse para proporcionar respuestas a los problemas de la agricultura contemporánea, en particular aquellos que conciernen a la agricultura sostenible y las actividades de alta intensidad de mano de obra.

Finalmente, Bosch ha producido con la startup Deepfield Robotics un enorme robot agrícola capaz de detectar autónomamente y eliminar físicamente las malas hierbas en una décima de segundo, a través de un sistema avanzado de reconocimiento de visión artificial. Los drones también se utilizan para la inspección y la seguridad de infraestructuras, la creación de modelos 3D y de mapas extremadamente relevantes para la agricultura de precisión y las aplicaciones agrícolas a gran escala. Por ejemplo, la detección y mapeo de malas hierbas puede ser realizada en un campo por un grupo de pequeños vehículos aéreos no tripulados.

Las soluciones ofrecidas por la tecnología son muchas, el desafío ahora será lograr llevarlas no solo a las economías avanzadas sino también, y sobre todo, a aquellos países cuya población sigue creciendo y donde la agricultura es el motor de la economía pero que no tienen acceso a las maravillas del foodtech.

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