Energía NetZero

Net Zero: ¿qué hacemos con el carbono? Las startups responden 

Net Zero: ¿qué hacemos con el carbono? Las startups responden 

Los ejemplos de tecnología disruptiva abundan en la consecución de Net Zero con soluciones para capturar y almacenar carbono en las que ya trabajan distintas startups.

La captura de carbono para alcanzar el Net Zero es uno de los ejemplos de tecnología disruptiva más interesantes que, según la Agencia Internacional de la Energía, “pueden desempeñar un papel importante y diverso en el cumplimiento de los objetivos mundiales de energía y clima”. 

Esta captura y reutilización también plantea numerosos retos. Por ejemplo, cómo recoger CO₂ de forma eficiente es aún una tarea pendiente y, aunque existen formas de usar todo ese carbono capturado, todavía no se sabe cómo diseñar procesos sin emisiones globales. Es una industria emergente

¿Qué es la tecnología de captura de carbono y por qué es clave? 

La reducción de emisiones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero (GEI) no será suficiente para alcanzar los objetivos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Para evitar graves daños medioambientales también será necesario capturar las emisiones del pasado ahora presentes en la atmósfera. En resumen: limpiar unos cielos sucios. 

Las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono —CCS por las siglas en inglés de carbon capture and storage— son un conjunto de herramientas capaces de recolectar el carbono presente en la atmósfera en forma de CO₂ y almacenarlo con éxito en diferentes formas. Son tecnologías complementarias a la reducción de emisiones y no tanto una solución al calentamiento global. 

El almacenamiento a largo plazo es la forma más coherente de proceder, dado que el propio proceso tiene por objetivo retardar tanto tiempo como sea posible la liberación de ese CO₂. Dicho esto, hay aplicaciones para ese carbono que podrían ser interesantes y no tener una huella demasiado elevada si se aplican a otras industrias. 

Cuando el almacenamiento se lleva a cabo para la reutilización del carbono, las tecnologías se denominan de “captura, utilización y almacenamiento de carbono” (CCUS), según la Agencia Internacional de la Energía. Son ejemplos de tecnologías disruptivas para descarbonizar

¿Cómo se captura carbono? 

Existen muchas formas de capturar carbono del aire. La más conocida es un proceso natural conocido como secuestro de carbono y se da en la vegetación. Al crecer, esa vegetación toma CO₂ y limpia el aire. La reforestación y el rewilding es también un proceso muy asequible con numerosos impactos positivos. Eso sí: hay ciertos límites al reverdecimiento

La captura oceánica tiene muchas ventajas. Sin embargo, los océanos se están acidificando debido a la gran cantidad de CO₂ disuelto y técnicas como la mineralización de las aguas puede causar eutrofización en cascada —falta de oxígeno por plaga de algas—. Por eso no se plantean como tecnología, que solo permite almacenamiento temporal.  

Las tecnologías que sí destacan son: 

  1. Captura pre/poscombustión: sin ser ideal, se trata de capturar el carbono en las instalaciones que lo producen. Al menos no se libera a la atmósfera, aunque no reduce su concentración en esta. 
  1. Captura del aire: existen técnicas para capturar carbono usando hidróxidos y ventiladores. Aún tiene un coste elevado y un impacto alto, aunque ambos se reducen con el tiempo. 
  1. Algas para capturar CO₂: esta solución copiada de la naturaleza consiste en grandes depósitos para criar algas que crecen gracias al carbono del aire. Luego, pueden almacenarse o convertirse en biomasa

En el siguiente vídeo puede escucharse a Ana Karen Zapata, COO de Climate Trade, profundizar sobre la captura de carbono. 

¿Cómo se almacena el carbono a largo plazo? 

Aunque en principio almacenar carbono no es complejo —cualquier mueble de madera es ejemplo de ello— sí hay retos debido a la enorme cantidad de CO₂ que hay que retirar de la atmósfera y los plazos que se tienen para ello. Por eso se ensayan métodos que almacenen el carbono durante tanto tiempo como sea posible. De momento, los ensayos han sido prometedores. 

  • Almacenamiento geológico de carbono: una de las soluciones más interesantes es el almacenamiento de carbono en minas abandonadas, cuevas, acuíferos salinos e incluso en yacimientos de petróleo. Sin embargo, esta técnica no está exenta de problemas, dado que puede haber fugas de CO₂ o contaminación de aguas. 
  • Almacenar CO₂ en forma de madera: producir madera mediante árboles de rápido crecimiento, y mantener esa madera almacenada o usarla para objetos que duren muchas décadas, es otra forma de recircular el carbono y alejarlo de la atmósfera. Aunque no es Net Zero exactamente, sí es una mejora respecto a la situación de partida. 

¿Se puede usar el carbono como materia prima? 

El objetivo de la economía circular es que las materias primas no generen residuos. En la atmósfera, el CO₂ puede considerarse uno de estos residuos. Pero una vez capturado puede convertirse en materia prima para otras industrias, tal y como plantean ya algunas startups. 

CO2 como materia prima
  • Mineralizar carbono: el carbono puede ser usado para mineralizar otros compuestos. Por ejemplo, el hormigón puede convertirse en un material que absorba CO₂ si se fabrica mediante algunos procedimientos hoy costosos pero ya ineludibles. Ya hay startups como BluePlanet que trabajan en ello. También existen pruebas piloto de fabricación de rocas carbonatadas que usar, por ejemplo, en construcción menor. 
  • Combustibles menos lesivos: aunque no cabe duda de que la reducción es imprescindible —reducir, reusar, reciclar—, existen sectores en los que no es posible evitar los combustibles. La industria de transporte marítimo es uno de ellos: velas y baterías ayudan, pero de momento no sustituyen. Lo que sí es posible es usar el CO₂ capturado para crear biocombustibles, como plantea la startup Lanzatech. No son la panacea, pero al menos liberan en su ciclo menos GEI. 
  • Uso para extinciones: el extintor de CO₂ es un tipo de extintor que desplaza el oxígeno para extinguir el fuego. 
  • Disolventes: en la industria química, el CO₂ puede sustituir disolventes orgánicos y disolventes clorados tóxicos.  
  • Aditivo en alimentación: las bebidas carbonatadas pueden usar el carbono del CO₂ atmosférico. 
  • Fertilización carbónica: esta técnica de cultivo usa agua carbonatada para aumentar el crecimiento o reducir los fertilizantes. 
  • Nuevos polímeros: el carbono puede formar parte de nuevos polímeros más duraderos, como el papel de piedra, que permite hasta 500 usos. 
  • Usos quirúrgicos: el CO₂ es interesante para la desinfección de superficies y varios procesos médicos. 
  • Gas refrigerante: la molécula de CO₂ puede ayudar a enfriar componentes electrónicos. 

El CO₂ también puede ser usado como material de fabricación de fibras textiles o envases. Este uso es especialmente interesante si estos materiales son de alta durabilidad. Por ejemplo, usar CO₂ para fabricar cubertería de acero monopieza o cantimploras es una idea fantástica: duran décadas y evitan productos de un solo uso. 

Objetivo: reducir costes 

Las startups no solo trabajan en ofrecer nuevas soluciones para capturar y almacenar carbono: también buscan que sus costes se reduzcan tanto que sean atractivas para su implementación masiva en la industria. Esta es la línea de trabajo de algunas empresas como Carbon Clean

En este objetivo ayuda mucho que los ejemplos de tecnología disruptiva sean cada vez más numerosos en el ámbito de la protección ambiental, la materia y la producción de energía. Desde paneles fotovoltaicos de perovskita a los reactores modulares compactos en generación energética o nuevas formas de alimentarnos. Este entorno efervescente es perfecto para que la filosofía Net Zero se extienda entre las empresas. 

El CO₂ es una molécula. Una de muchas. El actual desequilibrio atmosférico y climático ha sido generado por un mal uso de la tecnología previa, aunque ya se está trabajando por aquella que resolverá buena parte de los problemas de siglos pasados. 

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