Ciudades
Ciudades en transformación: un viaje desde 2018 hasta el futuro urbano

2024: reflexiones sobre el progreso urbano desde el informe de Ciudades disruptivas de 2018 y una mirada al futuro
En 2018, el think tank Future Trends Forum (FTF) «Ciudades disruptivas» de la Fundación Innovación Bankinter analizaba los retos y proponía las mejores vías para transformar nuestras ciudades en ciudades disruptivas. Con expertos internacionales de la talla de John Rossant, John de Yonge, Alfonso Vegara, Jaime Rodríguez de Santiago y Paola Subacchi, el objetivo era mejorar nuestra comprensión de la urbanización y su intersección con la tecnología. En el informe “Ciudades disruptivas” surgido del FTF, se destacaban los desafíos emergentes en sostenibilidad, envejecimiento poblacional, inclusión social y digitalización, anticipando el papel transformador de las tecnologías de la información en las ciudades. Este artículo revisita esos desafíos en el contexto actual, explorando cómo las predicciones se han materializado, qué innovaciones han surgido y qué tendencias se perfilan para el futuro. Mediante la comparación de las realidades de 2018 con los desarrollos recientes, se busca entender cómo las ciudades están evolucionando para enfrentar desafíos complejos y aprovechar oportunidades únicas en el horizonte urbano.
Innovaciones y transformaciones
Desde 2018, las ciudades han experimentado transformaciones significativas en respuesta a los desafíos identificados en el informe «Ciudades disruptivas». La adopción de tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha avanzado, marcando el camino hacia ciudades más inteligentes y conectadas. Proyectos como el desarrollado por Sidewalk Labs en Toronto han ejemplificado cómo la tecnología puede ser aplicada para mejorar la calidad de vida urbana, aunque han enfrentado retos relacionados con la privacidad y la gobernanza de datos.
La movilidad urbana ha visto un cambio radical, con la aparición de soluciones de movilidad como servicio (MaaS), que incluyen bicicletas y scooters eléctricos, como Lime y Bird, ofreciendo alternativas sostenibles al transporte convencional. Estas iniciativas han contribuido a reducir la congestión y las emisiones de carbono, aunque el camino hacia una integración total en los sistemas de transporte público sigue en desarrollo, como apunta el experto del Future Trends Forum, Gordon Feller en este FIBK Voices.
En cuanto a la sostenibilidad, las ciudades han incrementado su enfoque en la infraestructura verde y la resiliencia climática. Los proyectos de infraestructura verde, como parques urbanos y techos verdes, han cobrado impulso, ofreciendo espacios recreativos y también soluciones a problemas ambientales urbanos, como la gestión de aguas pluviales y la mitigación del efecto isla de calor.
La digitalización ha permitido una mayor participación ciudadana en la planificación y gestión urbana, con plataformas como Decide Madrid o Decidim Barcelona, que fomentan un gobierno más abierto y colaborativo. A través de estas herramientas, los ciudadanos pueden participar directamente en la toma de decisiones urbanas, desde la propuesta de proyectos hasta la votación sobre iniciativas públicas.
Estos desarrollos han sido fundamentales para abordar los retos urbanos emergentes, demostrando el potencial de las tecnologías y enfoques innovadores en la transformación de las ciudades. Sin embargo, también han revelado nuevos desafíos, especialmente en términos de equidad, privacidad y sostenibilidad a largo plazo. A medida que avanzamos, es crucial que las ciudades continúen adaptándose y respondiendo a estas preocupaciones, asegurando que los beneficios de la urbanización y la digitalización sean accesibles para todos.
Desafíos que persisten y nuevas preguntas
A medida que avanzamos desde 2018, los desafíos urbanos identificados en el informe «Ciudades disruptivas» han evolucionado, pero también han surgido nuevas preguntas. La inclusión social y la desigualdad siguen siendo retos críticos en el contexto urbano. Aunque las tecnologías y la innovación han facilitado el acceso a servicios y mejorado la calidad de vida para muchos, la brecha digital y la desigualdad económica persisten, dejando a segmentos de la población en desventaja.
La transición hacia una economía circular ha ganado impulso como un enfoque sostenible para el desarrollo urbano. Ciudades como Ámsterdam han adoptado estrategias ambiciosas para minimizar el desperdicio y promover la reutilización y el reciclaje, pero la implementación a gran escala se enfrenta a desafíos en cuanto a la infraestructura necesaria y la participación tanto de empresas como de ciudadanos.
La gobernanza y la participación ciudadana en la planificación urbana han experimentado avances significativos gracias a la digitalización. Plataformas de participación ciudadana, como Decide Madrid o Decidim Barcelona, han mejorado la democracia participativa, permitiendo a los ciudadanos influir directamente en las decisiones urbanas. Sin embargo, estas iniciativas también plantean preguntas sobre la inclusión digital y cómo asegurar que todos los sectores de la sociedad puedan participar equitativamente.
Estos desafíos persistentes y las nuevas preguntas que surgen subrayan la complejidad de gestionar el crecimiento y la transformación urbanos de manera sostenible e inclusiva. La clave para el futuro será encontrar un equilibrio que permita aprovechar los beneficios de la innovación tecnológica y la participación ciudadana, al tiempo que se abordan las desigualdades y se promueve una mayor sostenibilidad.
Mirando hacia el futuro: proyecciones y oportunidades
Mirando hacia el futuro, las ciudades se enfrentan a un panorama de enormes oportunidades marcado por la innovación tecnológica y los desafíos emergentes. La evolución hacia ciudades más inteligentes y éticas destaca la necesidad de una gobernanza que equilibre innovación con derechos ciudadanos. La implementación de tecnologías, como el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA), promete transformar la gestión urbana, mejorando la eficiencia de los servicios, como la recolección de residuos y el mantenimiento de infraestructuras, al tiempo que plantea importantes debates sobre privacidad y seguridad de datos.
La movilidad sostenible y autónoma se vislumbra como un cambio revolucionario en el transporte urbano, prometiendo reducir significativamente los accidentes y mejorar la fluidez del tráfico. Sin embargo, su integración exitosa dependerá de marcos regulatorios sólidos y consideraciones éticas, especialmente en lo que respecta a la equidad en el acceso y el impacto en el empleo.
La adaptación al cambio climático seguirá siendo un eje central para el desarrollo urbano, con un enfoque creciente en la creación de espacios verdes y la implementación de soluciones basadas en la naturaleza. Proyectos innovadores, como los bosques urbanos, buscan combatir el efecto de isla de calor y promover la biodiversidad y el bienestar de los habitantes urbanos.
Estas proyecciones subrayan un futuro urbano de oportunidades y desafíos, donde la colaboración entre gobiernos, sector privado y ciudadanía será fundamental para alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo. La capacidad de las ciudades para adaptarse y responder a estas dinámicas definirá su resiliencia y calidad de vida en las décadas venideras.
Conclusión
Desde 2018, el camino hacia ciudades más inteligentes, resilientes e inclusivas ha avanzado, marcado por innovaciones y desafíos que aún existen. La adaptación continua, el compromiso con la sostenibilidad y la equidad, y la colaboración entre diferentes sectores son esenciales para moldear el futuro urbano. Las oportunidades para mejorar la vida en nuestras ciudades son inmensas, dependiendo de nuestra capacidad para integrar tecnología y participación ciudadana de manera ética y sostenible.
Si quieres saber más, puedes escuchar nuestro podcast Innoverse con Raúl Rojas, sobre Movilidad Inteligente.
También puedes consultar nuestro informe Ciudades disruptivas y leer el artículo Ciudades inteligentes y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.