Movilidad sostenible: es el momento de digitalizar el transporte urbano

Gordon Feller, experto del Future Trends Forums y cofundador de Meeting of the Minds, nos presenta las tecnologías que se están empezando a usar para digitalizar el transporte urbano y conseguir una movilidad urbana sostenible.  

Gordon Feller lleva más de cuatro décadas trabajando en la intersección entre el cambio medioambiental, la seguridad global y la innovación tecnológica. Su objetivo siempre ha sido acelerar la aparición de herramientas y sistemas que fortalezcan nuestras comunidades y mejoren su sostenibilidad. 

De 2010 a 2017, fue Director de Innovación Urbana en Cisco Systems. Gordon fue nombrado por la Administración Obama para formar parte de la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos. 

Gordon formó parte del grupo de expertos que analizó, dentro del think tank Future Trends Forum de la Fundación, la tendencia Internet de las Cosas (IoT). 

Aprovechamos nuestro espacio #FIBKVoices para presentar las ideas y reflexiones de este experto sobre la sostenibilidad urbana y, en particular, sobre el transporte sostenible. 

Situación actual del transporte urbano 

Desde el auge de Uber y Lyft en la primera década del siglo, la micro movilidad y la movilidad compartida han contribuido a mejorar nuestra forma de desplazarnos. Además de añadir un elemento de comodidad, los scooters, los viajes compartidos y otras alternativas a la conducción también mejoran la sostenibilidad. Hay que tener en cuenta que el transporte representa casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de Europa y es la principal causa de contaminación atmosférica en las ciudades.  

Los inversores, los responsables políticos y los empresarios consideran que ayudar a reducir el número de vehículos circulando es una estrategia convincente para reducir esa huella. Por desgracia, el transporte público, especialmente los servicios de autobús, necesita urgentemente un importante rediseño digital. La mayoría de los modelos de funcionamiento del sector público están desfasados. 

Mucha gente vive en las afueras de las grandes ciudades y trabaja en el centro de la ciudad, y viceversa. Mucha gente vive en el centro de la ciudad y trabaja en los polígonos industriales o empresariales de las afueras. Las ciudades dormitorio, las ciudades satélites y los propios centros de las grandes ciudades tienen redes y sistemas de transporte que aún no están en la senda de la sostenibilidad. 

¿Puede la tecnología reducir el número de coches en circulación? 

El actual dominio del coche como medio de transporte es perjudicial para los objetivos colectivos de sostenibilidad, además de suponer un gran coste económico. Según estimaciones del medio Infra Journal, el coste anual de la congestión urbana en Europa es de 180.000 millones de euros. Mientras tanto, entre 2014 y 2020, casi dos terceras partes de los incumplimientos de las normas de calidad del aire notificados en Europa estaban relacionados con el denso tráfico en los centros urbanos y la proximidad a las carreteras principales. Principalmente debido a las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), según informa la Agencia Europea de Medio Ambiente. 

Transformar el futuro del transporte urbano es ahora una prioridad fundamental, no sólo para las administraciones públicas, sino también para las empresas. Es claro el ejemplo de empresas como Amazon y otros minoristas, cuyos modelos de negocio dependen de la capacidad de atender los pedidos de los clientes desde grandes almacenes situados a menudo lejos de los barrios donde viven sus empleados. Pero también en la agricultura y en la industria, los trabajadores del campo y de las plantas industriales se enfrentan a largos desplazamientos que se ven obstaculizados por un transporte público deficiente y un acceso limitado a los vehículos. 

Iniciativas de transporte digital  

Están surgiendo varias alternativas, aunque la mayoría de las soluciones de movilidad compartida, desde el transporte bajo demanda hasta los scooters eléctricos, requieren un nivel de demanda elevado y constante. Por ello, se concentran sobre todo en las zonas urbanas. Los picos de demanda, como los que se producen durante los periodos de desplazamiento al trabajo, conducen a la escasez de oferta. Y, en algunos casos, a la fijación de precios excesivos, lo que dista mucho de ser una situación ideal. 

Los medios de transporte privados (taxis, Uber, Cabify, etc.) son intrínsecamente costosos y no abordan cuestiones clave, especialmente la congestión del tráfico y la sostenibilidad medioambiental.  

Las soluciones de micro movilidad, como las bicicletas eléctricas y los patinetes, sólo son eficaces en distancias cortas y son sensibles a las condiciones meteorológicas.    

Sin embargo, dado que los desplazamientos al puesto de trabajo influyen en nuestra calidad de vida y en la movilidad social, ofrecer un transporte más eficaz y ecológico es crucial para promover la salud y el bienestar de las comunidades urbanas. Las compañías parecen estar tomando nota de estos hechos. Por ejemplo, cuando Aston Martin quiso implantar una solución para los desplazamientos de sus empleados en el Reino Unido, los asuntos claves a la hora de tomar la decisión fueron reducir los atascos y mejorar la sostenibilidad, según BusinessLeader. 

Mientras que algunas empresas ofrecen programas subvencionados de autobuses y coches compartidos, otras, como Microsoft, han optado por combinar la conveniencia con los objetivos de sostenibilidad. El gigante tecnológico, por ejemplo, ha desarrollado una plataforma móvil interna que permite a los usuarios optimizar sus desplazamientos diarios, con integraciones en otros productos de Microsoft, como Outlook.  

Hay una lista creciente de actores clave centrados en la movilidad, entre los que se encuentran algunas de las empresas más innovadoras del mundo, como Alphabet. La empresa matriz de Google ha invertido decenas de miles de millones de dólares cada año, durante los últimos seis años, en el desarrollo de mejores opciones de movilidad sostenible en distintas iniciativas:  

• Google Maps,  
• Waze -la app social de tráfico-,  
• Waymo -que desarrolla vehículos autónomos-,  
• Sidewalk Labs -la empresa de innovación urbana que aplica la tecnología para construir lugares más sostenibles, innovadores y equitativos-, y también en su iniciativa más futurista, 
• X, la empresa que está en la punta de lanza de la innovación mundial, de la que surgió Waymo y que desarrolla proyectos como el Wing, servicio autónomo de entrega con drones cuyo objetivo es reducir la congestión del tráfico en las ciudades y ayudar a disminuir las emisiones de CO₂ atribuibles al transporte de mercancías. Wing también está desarrollando OpenSky, una plataforma de control de tráfico aéreo que permitirá a las aeronaves no tripuladas navegar alrededor de otros drones, aeronaves tripuladas y otros obstáculos como árboles, edificios y líneas eléctricas. 

Reinventando el transporte colectivo 

El transporte colectivo sostenible es un área en el que se están produciendo iniciativas innovadoras. Un ejemplo es la plataforma de autobuses inteligentes Zeelo. La empresa pretende reducir drásticamente las emisiones de carbono fomentando un «cambio modal», combinando la movilidad compartida con vehículos de transporte masivo. Se trata de utilizar Big Data para identificar, construir y mejorar las rutas de autobús, que pueden reprogramarse en tiempo real para maximizar el número de pasajeros. Un solo autobús estándar de 46 plazas, por ejemplo, elimina 30 coches de las calles. 

Muchas empresas que trabajan en el ámbito del transporte urbano han hecho de la movilidad Net Zero un elemento central de sus objetivos. Zeelo va un paso más allá y quiere lograrlo en 2030 (no olvidemos que los objetivos globales Net Zero se han establecido para 2050). Para ello está cambiando activamente todas sus flotas de autobuses en funcionamiento a vehículos eléctricos.  

Según nos cuenta Gordon, esto es lo que se necesita para conseguir viajes Net Zero en el Reino Unido, y supondría retirar casi 12 millones de coches al año. El cofundador y director general de Zeelo, Sam Ryan, deja claro que para alcanzar este objetivo «debe producirse una apuesta colectiva entre empresas, tecnólogos, científicos, ingenieros, responsables políticos y gobiernos«. Añade que «las infraestructuras -como la existencia de suficientes electrolineras en zonas remotas y rurales- son primordiales si queremos cambiar a flotas de autobuses EV y hacer de esto una solución de transporte masivo viable«.   

La empresa diseña las rutas a través de su algoritmo de inteligencia artificial (IA), configurándolas en función del lugar de residencia de las personas a recoger. Las rutas de los autobuses están diseñadas para dejarlos en el lugar de trabajo o cerca de él, lo que evita también la necesidad de hacer múltiples transbordos. Zeelo parece ser idóneo para apoyar soluciones de primera y última milla, como el uso compartido del coche o la micro movilidad. También puede proponer alternativas personalizadas en los casos en que existiesen rutas que requieran de excesivas escalas o transbordos. 

Por su parte, el proyecto Grasshopper de Citymapper, activo en Londres, afirma haber reinventado todo el software necesario para el funcionamiento de las redes de autobuses, basándose en la idea de que los autobuses convencionales no han evolucionado lo suficiente. «Siguen recorriendo las ciudades utilizando sistemas de funcionamiento antiguos y tecnología ineficiente«, afirma la empresa. «Si queremos resolver los problemas urgentes de congestión e infraestructuras, necesitamos que los autobuses mejoren, que funcionen de forma más inteligente. En la era de los smartphones, podemos tener autobuses con capacidad de respuesta que reaccionen a las necesidades de los usuarios en tiempo real.» 

Para acabar, mencionar innovaciones para optimizar las plazas de aparcamiento, como Cleverciti, que resuelve la búsqueda de aparcamiento guiando a los conductores hacia el espacio disponible más conveniente. Así se reduce el tiempo de búsqueda y, por tanto, las emisiones de los vehículos. 

Para profundizar en las grandes tendencias que impulsan estos cambios hacia la movilidad sostenible, Gordon recomienda el informe How shared mobility will change the automotive industry. En él, se afirma que «a medida que la movilidad compartida sigue ganando impulso, los fabricantes de automóviles y sus proveedores deben comprender qué es lo que impulsa su popularidad y adopción«.  

A medida que estos cambios siguen dando forma a la manera en que los responsables políticos y los planificadores urbanos diseñan cómo serán los desplazamientos en el futuro, queda claro que estamos sólo al inicio del camino.