Resumen generado por IA
Las aplicaciones de la inteligencia artificial (IA) en la movilidad están en una fase emergente, con avances iniciales como los vehículos autónomos. Según el experto Raúl Rojas, el futuro del transporte estará dominado por los teléfonos móviles, pero antes de que los coches autónomos se generalicen, se implementarán sistemas de copiloto informático que mejoren la seguridad y el control, como los programas de estabilidad en curvas. Estos sistemas integran sensores, cámaras y radares para asistir al conductor, aunque el mayor desafío es lograr una “conducta enjambre” que permita a los vehículos autónomos adaptarse no solo a mapas y sensores, sino también al comportamiento de otros conductores en la vía.
Además de los retos en el transporte terrestre, la IA también está transformando los ámbitos marítimo y aéreo. Los drones han comenzado a cumplir funciones variadas, desde rescates hasta transporte de mercancías, y se están desarrollando vehículos voladores privados sin conductor. Estas innovaciones, impulsadas por la IA y el big data, están presentes hoy, aunque su despliegue masivo aún demandará varios años de desarrollo y adaptación tecnológica. En conjunto, la IA promete revolucionar la movilidad en múltiples frentes, aunque aún enfrenta complejos desafíos técnicos y de convivencia con sistemas tradicionales.
El papel de la IA en la movilidad aún es emergente, pero ya colabora en su implantación en coches automáticos y drones.
Las aplicaciones de la IA a la movilidad son prometedoras, aunque todavía sean emergentes y apenas den sus primeros pasos en la traslación a la ciudad, como es el caso de los vehículos autónomos.
Para nuestro experto Raúl Rojas, el futuro -ya presente- del transporte serán los teléfonos móviles. Pero antes del despliegue del coche autónomo, veremos el desarrollo del concepto de copiloto informático, con sistemas como los programas de estabilidad en las curvas de las autopistas.
Los retos de la IA para diseñadores y fabricantes también son complejos, sobre todo en el desarrollo de vehículos autónomos dotados de todo tipo de sensores, cámaras y radares. Pero esto cambia cuando la IA colabora en un contexto de convivencia con coches conducidos por personas. Para ello se está desarrollando el concepto de “conducta enjambre”, no sólo comprobar el mapa y los sensores, sino también el comportamiento del resto de conductores que le rodea para poder adaptarse a él en el conjunto completo de la movilidad.
Estos problemas son aplicables al espacio terrestre, pero en el mar y en el aire surgen retos diferentes. Cada vez encontramos más tipos de drones con funciones diversas, desde salvamento hasta transporte de mercancías y todo tipo de productos. Estamos asistiendo a los comienzos del desarrollo de vehículos voladores de transporte privado sin conductor. Todas estas aplicaciones, que no serían posibles sin IA y big data, están ya aquí. Su implementación y despliegue a gran escala, no obstante, requerirá aún de varios años.
Professor of AI at Freie Universität