Innovación
Metaverso para la investigación médica

Parece que el metaverso pasara en un segundo plano en el año de la inteligencia artificial generativa, pero sigue siendo un ‘espacio’ útil y una tecnología disruptiva para la investigación y la práctica médica
Parece que fue hace siglos cuando, el 27 de octubre de 2021, Mark Zuckerberg anunciaba el nacimiento de Meta. Ese día, el metaverso se convirtió de repente en objeto de especulación, capaz de alimentar promesas a corto plazo, que evidentemente nadie pudo cumplir, sobre todo por la falta de madurez de las tecnologías habilitadoras.
Después de sufrir pérdidas multimillonarias, el propio Zuckerberg se vio obligado a distanciarse del metaverso, afirmando que la empresa, aunque no abandonará por completo el desarrollo de redes sociales ambientadas en mundos virtuales inmersivos, centrará su atención en otra tecnología emergente, la inteligencia artificial (IA). Microsoft y Disney también han anunciado importantes recortes en las inversiones en metaverso, siendo la IA la nueva tierra prometida.
Para explicar de forma sencilla los conceptos que caracterizan el camino hacia el éxito y la afirmación generalizada de las tecnologías, Gartner publica cada año un estudio llamado el hype cycle de las tecnologías emergentes. El ciclo se describe mediante una curva que relaciona las expectativas en función del tiempo. Después de la fase inicial, que implica una verdadera escalada, sigue una fuerte contracción, creada por un sentimiento de desilusión general, generalmente acompañada de una disminución de la confianza de los inversores.
Abandonado el énfasis mediático, el desarrollo continúa
Actualmente, el metaverso, introducido por Gartner en el ciclo del hype de 2022, enfrenta este periodo de repentino declive, desmarcándose del componente puramente especulativo que acompañó a aquella fortuna mediática que resultó completamente efímera. Como se reflexionaba en el informe de tendencias Megatrends 2022 de Fundación Innovación Bankinter, cuando hablamos de metaverso, hablamos de la evolución natural de Internet.
Mientras tanto, continúa el desarrollo del modelo de metaverso al que hoy debemos hacer referencia, compuesto por aplicaciones concretas en sectores que llevan años invirtiendo sin descanso, con la lentitud que caracteriza una implementación sólida en los procesos industriales.
De hecho, como también reconoce el Dr. Julio Mayol, Jefe de la Oficina de Medicina e Innovación en el Hospital Clínico de Madrid, “la atención mediática puede ser un arma de doble filo. Por un lado, la excesiva cobertura de las propuestas más futuristas puede generar expectativas poco realistas. Sin embargo, también puede estimular el interés y la inversión en nuevas tecnologías. Es crucial que los medios mantengan un equilibrio entre el entusiasmo y el escepticismo saludable, ayudando así a distinguir entre la ciencia ficción y las posibilidades prácticas reales”.
La demostración más tangible de ello proviene de la industria 4.0, que desde hace años ve la implementación de los gemelos digitales para monitorear y simular aspectos relacionados con el plan de fábrica. Sin embargo, quizás sea en el sector médico y sanitario donde persisten mayores expectativas y donde se concentran las novedades más interesantes. Especialmente en combinación con la Inteligencia Artificial. La fotografía del metaverso aplicado a la asistencia sanitaria fue tomada por un reciente estudio del Boston Consulting Group titulado ‘The Health Care Metaverse Is More Than a Virtual Reality‘.
La investigación reveló que la mayoría de empresas del sector ya está realizando pruebas con estas tecnologías, particularmente en los campos del imagin médico y quirúrgico, la salud mental y la formación médica. El metaverso se puede utilizar con fines didácticos de diversas formas, por ejemplo, creando un lugar virtual en el que los cirujanos puedan ‘entrenarse’ y prepararse para el quirófano simulando una operación mediante la inserción en la plataforma de los parámetros del paciente.
Las tecnologías para habilitar el metaverso
Desde el punto de vista de las tecnologías utilizadas para habilitar el metaverso, las aplicaciones actuales en el campo de la salud aprovechan principalmente las llamadas ‘realidades extendidas’ (RX), es decir, la combinación de experiencias visuales e inmersivas que ofrecen la realidad aumentada (RV), la realidad virtual (RV) y la realidad mixta (RM). Pero también pueden utilizarse tecnologías y aplicaciones del Web3, como blockchain y recursos virtuales, y M-worlds, es decir, lugares virtuales donde reunirse y crear contenidos.
En particular, según los expertos del Boston Consulting, el metaverso en el ámbito sanitario se está desarrollando en tres fases. Actualmente estamos pasando de la Fase 1, el período de prueba inicial, a la Fase 2 (es decir, los próximos cinco años), que se definirá por una adopción más amplia de los casos de uso actuales y la aparición de nuevas aplicaciones a medida que avancen las tecnologías. La Fase 3 (próxima década) verá el desarrollo de casos de uso más avanzados y la adopción de tecnologías propias del metaverso en muchas áreas del sistema sanitario.
El estudio también destaca que la mayoría de las organizaciones sanitarias clientes, así como de los proveedores, aún tiene que definir una visión y adoptar una estrategia específica para la implementación de estas tecnologías clave. Se trata de herramientas que pueden producir valor para las empresas de diversas maneras, por ejemplo, mejorando el acceso a la atención médica sin las limitaciones geográficas, afinando la precisión de los diagnósticos y la calidad de la cirugía, reduciendo los costes de suministros, formación médica y gestión de datos, y mucho más.
Según Mayol “el desarrollo de un metaverso accesible y sostenible puede transformar la telemedicina, la formación médica y la rehabilitación a través de entornos inmersivos. No obstante, empresas tecnológicas, startups de salud digital y consorcios de inversión están invirtiendo tímidamente en estos desarrollos porque la incertidumbre en el campo sanitario es grande, ya que aún no sabemos muy bien cómo el entrenamiento termina traduciéndose en mejoras dentro de los sistemas sanitarios”.
Muchas aplicaciones que necesitan inversiones
Entre los productos que ya están disponibles en el mercado se encuentran los fabricados por empresas que trabajan con Realidad Aumentada para procedimientos médicos, incluida la preparación quirúrgica y la realización de operaciones de columna. Pero también existen tecnologías que permiten una visualización completa de la anatomía del paciente, lo que conduce a mejores tasas de error, velocidad y resultados.
Otras aplicaciones pueden referirse a la rehabilitación, la fisioterapia, el tratamiento de la ansiedad, las fobias y el estrés postraumático. “En el campo asistencial, el mayor éxito está relacionado con las modificaciones conductuales. Hay claros éxitos en estudios clínicos relacionados con el dolor crónico, aunque no se ha generalizado su implantación”, señala Mayol.
Un informe publicado en mayo de 2023 por MarketsAndMarkets estimaba unos ingresos de alrededor de 9.500 millones para el mercado del metaverso sanitario al final del año, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 52,9 % entre 2023 y 2030. Lo que impulsa este mercado es, sobre todo, la creciente demanda de servicios de telemedicina y la transición hacia una atención sanitaria cada vez más estructurada según una perspectiva centrada en el paciente.
En concreto, entre los principales impulsores del crecimiento del metaverso en el sector sanitario se encuentra la creciente adopción de la realidad mixta en el campo de la cirugía microinvasiva. La RM, según los analistas de MarketsAndMarkets, tendrá un impacto en el diagnóstico en tiempo real y la cirugía guiada por imágenes, además de mejorar la experiencia del paciente y fortalecer las habilidades de los profesionales de la salud.
En definitiva, los márgenes de desarrollo parecen sumamente relevantes. Estímulos importantes provienen también de las crecientes inversiones de empresas privadas en soluciones digitales y tecnologías cada vez más punteras. En todo caso, como subraya Mayol, “esta tecnología, aunque se consiga abaratar costes, necesita una fuerte colaboración público/privada, así como una demostración inequívoca de la generación de valor para todos los actores del sistema”.