Trabajo

Trabajo flexible: conciliación e igualdad

Trabajo flexible: conciliación e igualdad

Trabajar unos días desde casa y otros desde la oficina puede ser muy bueno para la conciliación de la vida familiar y laboral, una vez evitados los escollos.

El trabajo flexible es ya una realidad en bastantes empresas, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Otras muchas están esperando al arranque del otoño para definir el marco híbrido. Así se desprende del informe de Cap Gemini Research Institute, “The Future of work: From remote to hybrid”: Tres cuartas partes de las organizaciones esperan que el 30% o más de sus empleados trabajen de forma flexible, y más de una cuarta parte espera que más del 70% de su personal esté trabajando de forma remota algunos días a la semana.

Según ese mismo informe, alrededor del 45% de los empleados piensa que pasarán tres días o más a la semana desde una ubicación remota:

Fuente: Cap Gemini Research Institute

En la misma línea, y de acuerdo al estudio elaborado por Boston Consulting Group y el think tank enClave de Personas, “Nuevas formas de trabajar. Reflexiones sobre el futuro”, el 65% de las empresas españolas han decidido o están decidiendo un modelo flexible que combine teletrabajo y trabajoen la oficina. Respecto a los profesionales, el estudio apunta que el 94% espera que sus empresas lancen iniciativas relativas a nuevas formas de trabajar para aumentar su compromiso y sentimiento de pertenencia.

Ante esta nueva realidad, ¿cómo afecta este modelo a la conciliación de la vida laboral y familiar?

De primeras, podríamos pensar que todo son ventajas, pues el modelo aporta a los profesionales mayor flexibilidad a la hora de compaginar ciertas tareas personales y familiares con las profesionales. Pero las ventajas pueden verse ensombrecidas por algunos inconvenientes importantes.

En este artículo queremos apuntarte los escollos que puedes encontrarte y cómo evitarlos, para que, realmente, el modelo de trabajo híbrido sea netamente positivo respecto a la conciliación y a tu calidad de vida.

Encontramos potenciales inconvenientes en 3 áreas:

1.- Salud mental y física:

Los profesionales tenemos la responsabilidad de cuidar razonablemente de nuestra propia salud y seguridad en el trabajo cuando lo realizamos fuera de la oficina. Al trabajar en casa, las personas pueden experimentar problemas como estrés, depresión y ansiedad, tener más dificultades para desconectar del trabajo y trabajar más horas, e incluso sentir presión para trabajar mientras se está enfermo.

Para evitar estos problemas, algunas recomendaciones que puedes seguir son:

  • No trabajes en cualquier sitio de la casa. Ten tu espacio, que te permita trabajar con comodidad y concentrarte.
  • Créate horarios de comienzo y finalización del trabajo, acordados con tu equipo, y establece a quién y cómo informar si no vas a estar disponible por algún asunto personal. Tómate descansos regulares con la pantalla.
  • De la misma manera, tienes que acordar con tu unidad familiar unas mínimas reglas de interrupciones, horarios y disponibilidad.
  • Realiza, al menos, la misma actividad física que hacías cuando ibas a la oficina todos los días. Mejor, fuera de casa.
  • Evita trasnochar, ya que genera cansancio y agrava la condición de ansiedad.
  • Evita la sobrecarga informativa.
  • Come saludable.

2. Relaciones sociales.

El trabajo tiene un componente muy fuerte de relación social, que es algo intrínseco en el ser humano: el trabajo crea redes interpersonales que nos aportan sentido de utilidad y pertenencia. Como apuntaba recientemente Ángel Cabrera, Rector de Georgia Tech y patrono de la Fundación Innovación Bankinter, en el último think tank Future Trends Forum, celebrado en Madrid, esto es algo que la tecnología no puede suplir, se necesita el contacto directo, así que el trabajo presencial, en los locales de la empresa, durante uno o dos días a la semana, es algo necesario. El nivel de comunicación y de entendimiento no es el mismo cuando se está físicamente que cuando nos separa una pantalla y algunos kilómetros.

Además de ir a la oficina para mantener y cultivar las relaciones sociales, hay algunas recomendaciones cuando se está trabajando en casa:

  • Asiste sólo a las reuniones virtuales estrictamente necesarias y ten todos tus sentidos puestos en ellas durante su celebración. Si atiendes otras cosas durante la reunión virtual, es probable que los demás asistentes lo perciban y crean que tienes falta de interés. Además, te provocará sentimiento de culpa por no haber estado al tanto y aportando todo lo que podías.
  • Avisa con antelación suficiente si tienes algún problema de horarios por asuntos personales o familiares.  
  • No dejes de quedar con tus compañeros de trabajo en horas de ocio, aunque trabajes fuera de la oficina. Son buenos momentos para relajarse y para afianzar tus lazos sociales.
  • Comunica y consensua tus planes de trabajo y de socialización con tu entorno familiar, para poder tener una conciliación sana en todas direcciones.

3.- (des)Igualdad de género.

Lo queramos reconocer o no, los datos son tozudos: las mujeres pasan mucho más tiempo que los hombres en trabajos no remunerados (mayoritariamente actividades del hogar y cuidado de niños y mayores). A nivel mundial, más de 1,1 billones de horas al año, en comparación con menos de 400 mil millones de horas para los hombres, según el informe “The future of women at work: Transitions in the age of automation” del McKinsey Global Institute (MGI).

La única forma de que esto ocurra es dialogando, entendiendo con empatía y llegando a acuerdos que se mantengan en el tiempo.

El trabajo híbrido puede y debe equilibrar la desigualdad apuntada: es cuestión de poner en práctica las medidas con las que mayoritariamente todo el mundo está de acuerdo: la desigualdad de género es una rémora del pasado que se resuelve andando el camino y dando ejemplo.

En conclusión, el modelo de trabajo flexible es positivo, pero no es la solución. Además de las recomendaciones que hemos recogido, no debemos de perder de vista lo que dice David  Barroeta Santamaría, profesor asociado de IE Business School y director de Personas de OPTICALIA, en un reciente artículo publicado por la Harvard Deusto Business Review: “No se trata  de teletrabajar por teletrabajar, sino de hacerlo pensando en el por qué y en el cómo, en la eficacia en cada momento y en el mantenimiento satisfactorio de nuestras relaciones humanas”.

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