Innovación
La innovación social, más importante que nunca: iniciativas que buscan una realidad más solidaria
Desde reducir el desperdicio de comida a facilitar el acceso a la justicia a los más vulnerables, estos proyectos comparten la innovación en el ámbito social como denominador común.
Junto a un cambio de paradigma en muchos aspectos, la pandemia también ha traído consigo una serie de iniciativas que buscan dar forma a un mundo más solidario, a través de pequeños y grandes proyectos que impliquen a la población general y a las empresas. La innovación social gana enteros. Y lo hace tanto con propuestas surgidas al calor de esta compleja situación global como con aquellas que ya existían antes de marzo de 2020, pero que se han visto impulsadas por las circunstancias.
Es el caso de Too Good To Go, una startup danesa que de ‘emergente’ tiene ya poco. Cuenta con 33 millones de usuarios en todo el mundo, de los cuales 2,4 millones residen en España. Su misión es reducir el desperdicio de comida y conectar a consumidores con restaurantes y tiendas que venden aquellos alimentos a los que no han dado salida a un precio más bajo.
Con tres años de trayectoria en España y más de 6.000 establecimientos adheridos, Too Good To Go aprovechó el inicio de la pandemia para impulsar su trabajo de concienciación sobre el desperdicio de alimentos con diversas acciones de comunicación y proyectos para ponérselo fácil a todos sus usuarios, compradores y vendedores.
Innovación social en el ámbito empresarial
La innovación social no es solo cuestión de startups o de agentes del sector público. Las empresas privadas también encuentran en ella un área de expansión y desarrollo, un territorio en el que ejercer su labor de RSC (Responsabilidad Social Corporativa).
Así, la Fundación Fernando Pombo y Gómez-Acebo & Pombo, centrada en el ámbito legal, lanzó en 2019 una iniciativa pionera en el sector que tiene como objetivo impulsar proyectos de innovación jurídica para la transformación social.
Lleva por nombre Tokens Pombo y desarrolla proyectos para facilitar el acceso a la justicia a las personas más vulnerables. Se apoya en una solución blockchain elaborada por Blockchain Work Labs, así como en el trabajo de los abogados del conocido despacho Gómez-Acebo & Pombo.
En este proyecto, Tokens Pombo trata de tender puentes entre la innovación jurídica, social y tecnológica con una finalidad clara: ofrecer más y mejores oportunidades a la población más vulnerable en lo que a derechos fundamentales se refiere.
Proyectos colaborativos y propuestas para vertebrar el territorio
Innovación social es, en la gran mayoría de los casos, sinónimo de colaboración, pues estos proyectos no se pueden llevar a cabo de manera individual. Necesitan de la rueda social y solidaria para salir adelante.
¿Otro ejemplo? Espacio RES, una incubadora y lanzadera de startups que se centra en proyectos con impacto social. “Pertenecemos a la primera Alianza de Aceleradoras de Impacto de España. En RES apostamos por el emprendimiento social”, aseguran.
Y añaden que son “un espacio donde desarrollar y potenciar proyectos empresariales basados en la responsabilidad social y la innovación continua, una comunidad multidisciplinar que trabaja en colaboración y camina hacia la sostenibilidad económica de sus proyectos en particular y de la sociedad en general”.
Entre las startups que han impulsado, figuran algunas como Medispenser, un sistema de almacenamiento y dispensación automatizada de medicamentos, o Love, Martina, una marca de moda que busca el empoderamiento de la mujer en todo el ciclo de vida del producto, desde las manos que lo confeccionan hasta los valores que se transmiten a quienes lo visten.
A causa de la pandemia, muchos se plantearon cambiar el estrés de la ciudad por la paz del campo; las dimensiones reducidas de las grandes urbes, por la amplitud del mundo rural. Ese sentir compartido por muchos se venía gestando hace ya unos años, pero la crisis sanitaria ha acelerado el proceso de colocar esta cuestión en el centro del debate público.
Propuestas como Repueblo canalizan ese sentimiento y lo transforman en un espacio para la innovación. El proyecto se define como “un think tank de creatividad, innovación y desarrollo de ideas que tiene como objetivo principal convertir el entorno rural en un lugar atractivo para emprender, crear y vivir”.
A través de una suerte de congresos temáticos e itinerantes, con sedes como Gredos (Ávila), Andorra (Teruel), Baena (Córdoba) o Trujillo (Cáceres), Repueblo analiza las posibilidades del entorno rural para combatir la despoblación. Su última convocatoria tuvo lugar en Béjar (Salamanca) del 25 al 27 de junio, ahondó en la necesidad de reconversión de la comarca y planteó soluciones de generación de nuevas oportunidades a través de la educación, la industria textil y el turismo.
De la cultura a la construcción de hospitales
El confinamiento que vivió buena parte del globo en la primavera de 2020 se tradujo en proyectos de innovación social de lo más variados, centrados tanto en la cultura como en la sanidad.
La compañía chilena Bendito Teatro, formada por actores y actrices con síndrome de Down, estrenó a través de Zoom su obra Cómo me duele chilito, con testimonios en primera persona de lo vivido en aquellas semanas. Así, el grupo, que trabaja la discapacidad como valor y motor creativo, continuó con su labor en un tiempo muy complejo, a la vez que innovó en formatos y lenguajes al llevar el teatro al entorno online.
Otro ejemplo es el de la iniciativa Médicos frente al Covid, desarrollada por médicos voluntarios que ofrecieron telemedicina gratuita en España (a través de la app ‘Quiero cuidarme más’, de DKV). Por su parte, la empresa de materiales de obra Cemex desarrolló un modelo de hospitales móviles para construir en apenas 15 días a partir de módulos prefabricados.
Pero la innovación social no es, ni de lejos, una cuestión reciente o surgida a partir de la pandemia. Entidades como It Will Be la llevan en su ADN desde hace años. Esta ONG surgió en el año 2012 y se centra en “combatir la pobreza con la innovación social”, según explica.
Los proyectos para la infancia y para las mujeres en situación de vulnerabilidad son su seña de identidad, así como la innovación en la gestión, la forma de financiación, el modo de crecimiento y el uso de herramientas tecnológicas que faciliten la labor social.
De las propuestas de creación reciente a las que llevan años de trayectoria, la innovación en el terreno social se consolida como un valor más importante (y con potencial) que nunca.